fotos | JAVIER TROCÓNIZ
La gente se perdía entre el monte |
Las familias tuvieron que ir bien equipadas y con mucha energía para ellos mismos quitar el monte |
Así lucía parte del camposanto a pesar de que supuestamente se hicieron labores de limpieza |
Resentidos por los anuncios de las autoridades gubernamentales sobre las “perfectas” condiciones y/o acondicionamiento del lugar, los visitantes coincidieron en denunciar en el abandono a la par de pedir que efectivamente se hagan las labores de mantenimiento, pues si es un fecha como esta tan concurrida lucía en tales condiciones, no se quieren ni imaginar como queda esto en un día normal.
Mercedes Castillo fue la primera en abordar al equipo reporteril de este medio de comunicación apenas llegó al sitio, para denunciar que la tumba de su señora madre había sido profanada.
“Hago la denuncia pública y también iré a Funcemar, porque cómo es posible que ocurran estas cosas. Todos los que están cerca del barrio La Cueva de Humo padecen esta situación, y a pesar de que eso se sabe no se hace nada para impedir que profanen las tumbas”.
De igual forma calificó que hay un irrespeto con los dolientes, “porque ya no podemos estar tranquilos por el aumento de este tipo de irregularidades. Es fuerte la desidia que hay y las autoridades deberían tomar cartas en el asunto. Además como puede decir el gobernador que esto está limpio si realmente no lo está, será la fachada lo que medio limpiaron”, dijo bastante molesta Castillo.
Selmira Fernández señaló que también se llevaron el cadáver de su mamá y lamentó que estas cosas sigan ocurriendo. Incluso mencionó que ella también fue víctima de la delincuencia en la zona, porque hasta le robaron sus pertenencias mientras estaba en el sitio.
Fanny Carrasquel también criticó la proliferación de santeros que orientados por sus creencias destruyen las tumbas sin respetar el dolor ajeno de los familiares, mientras la indolencia aparentemente se apodera de los entes encargados de la necrópolis.
Asimismo coincidieron decenas de personas que conforme se avanzaba en el cementerio se quejaban a vox populi de la falta de mantenimiento en la parte posterior que colinda algunos sectores populares.
Rosa y Carmen Morgado señalaron que ellas y sus familiares tuvieron que pasar a duras penas por el montarrascal, porque tampoco podía estar pagando para que la limpiaran, pues aseveró que en el sitio habían personas que “cobraban hasta 100 bolívares fuertes para poder limpiar. Ligia Margarita Esaa hizo el mismo señalamiento y detalló que ni siquiera pudo llegar a la tumba porque el monte estaba demasiado alto, me tocará ponerle las flores y prenderle una vela en mi casa porque así no se podía pasar”.
Como los numerosos testimonios ofrecidos voluntariamente por los presentes, Miriam Belmonte comentó que vino desde una ciudad vecina del estado Carabobo a visitar la tumba de su madre y se topó con este escenario funesto.
Hasta comentaban: “Debe ser que ni el alcalde ni el gobernador tienen familiares aquí”, dijo María Jiménez.
La expectativa entonces clara de los que acudieron al sitio sacramental es que es necesario que se refuerce las labores de mantenimiento y la vigilancia en el lugar para evitar que se siga perturbando a quienes quieren que sus seres queridos descansen en santa paz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario