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martes, 24 de enero de 2017

FOTOS Marcha del 23 de enero, entre el cansancio y la resistencia por la democracia

Runrunes
Por Lisseth Boon
Fecha: 23/01/2017

Texto y fotos: @boonbar
Imágenes video: @boonbar y @franciscozambrano
Video: Abraham Moncada


Una joven madre aprieta el paso en Altamira para alcanzar la marcha del 23 de enero de 2017 que partió desde el Parque Cristal, en el municipio Chacao. Con una mano carga una cesta con unos cuantos pepitos para vender y con la otra sujeta al mismo tiempo una bolsa gris llena de chucherías y a su hijo de unos 10 años. Es hora de ir a la escuela, pero el niño, vestido con una camisa blanca percudida y sin planchar, acompaña a su mamá a ganar algo de dinero en la concentración de la oposición.

Ella sabe bien que una marcha en Caracas es buen momento para vender lo que sea: agua mineral, refresco, mandarinas, platanitos. Pero igual puede estar ajena a las razones que la convocan. En esta ocasión, a los 59 años de la caída de “la última dictadura”, el llamado fue a exigir al gobierno de Nicolás Maduro que vuelvan a celebrarse elecciones, a votar de nuevo.

La marcha del lunes 23 de enero comenzó a tomar forma hacia el mediodía y la altura de Chacaíto. Allí confluyeron los que habían partido desde el distribuidor Santa Fe y nada más. Los otros puntos de concentración no llegaron a reunir mucha gente.

A los que portaban banderines de Primero Justicia, Voluntad Popular y Vente Venezuela, se sumaban jubilados con atuendos deportivos, estudiantes universitarios, jóvenes gerentes que dejaron su chaqueta en la oficina y abuelas que quieren un cambio porque “ellas ya vivieron una dictadura”.

Frente a la estatua de Martí en Chacaíto, un grupo de artistas hicieron un minuto de silencio tendidos sobre el asfalto de la avenida Francisco de Miranda para repudiar el asesinato del animador de televisión Arnaldo Albornoz y todas las muertes violentas en Venezuela. De aquellos a los que no le permitieron seguir viviendo.



La caminata se alargó por el segundo piso de la avenida Libertador con la intención de llegar al Consejo Nacional Electoral (CNE) para exigir una fecha de elecciones. Pero en el ambiente se intuía que eso no iba ocurrir. Que una vez más, no llegaría hasta el destino final. Que el gobierno bloquearía la manifestación violentando todo el derecho a la protesta consagrado en la Constitución.

Guión conocido: en la avenida Libertador con la avenida Las Acacias, un doble piquete de mujeres de la Policía Nacional Bolivariana en la primera línea más un refuerzo de agentes antimotines con sus respectivos escudos impedía el paso. Por si fuera poco, fue apostado un vehículo antimotines con una cinta electrónica que rezaba: “Bienvenidos al Comando Nº 43 del Distrito Capital de la GNB, casa de los expertos y cuna de la doctrina pública. Comprometida con el orden público de nuestra revolución bolivariana”.

El rector del CNE Luis Emilio Rondón debió acercarse en moto hasta esa línea limítrofe impuesta por las fuerzas de seguridad bolivarianas para recibir de la mano de Henrique Capriles el pliego de la MUD y su exigencia de convocar elecciones. Los manifestantes enardecidos gritaban en cara de las policías, con sus cabellos amarrados en cebollita como sus rostros: ¿por qué no nos dejan pasar? ¿Ustedes están contentas con este gobierno? ¿Ustedes no están pasando hambre?

Mientras, al otro lado de la ciudad, se desarrollaba la marcha oficialista convocada para acompañar el traslado de los restos del ex guerrillero Fabricio Ojeda desde el Cementerio General del Sur hasta el Panteón Nacional por orden de Maduro. Era custodiada en una esquina frente a un Mc Donald de la avenida Victoria por una legión de milicianos con uniforme caqui y sombrero de campaña, que sin armas ni escudos antimotines, contrastaba con la estampada de los piquetes de seguridad empotrados a la marcha de la oposición.

En el hombrillo de la avenida Fuerzas Armadas, una madre con un niño en brazos vendía sentada unos pepitos, aprovechando los compradores de la concentración chavista. Tampoco sabe nada de Fabricio Ojeda. Ni del 23 de enero. Ni la pérdida de la democracia en Venezuela.






Foto: Rectoría CNE – Luis Emilio Rondón

Foto: Rectoría CNE – Luis Emilio Rondón

Foto: Miguel Gutiérrez /EFE

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