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martes, 5 de marzo de 2013

Un país "a pérdida"

Tal Cual

Cuando las mercancías son vendidas por debajo de su costo es porque se ha decidido liquidar el negocio. Lo que sucede con los alimentos sucede con todos los bienes que el gobierno vende o regala al pueblo, es decir, todos son "a pérdida"

JORGE ARMAND

Para un comerciante la expresión "vender a pérdida" significa vender a precios por debajo del costo.
Generalmente, cuando las mercancías son vendidas por debajo de su costo es porque se ha decidido liquidar el negocio. Pues bien, esto, aunque parezca mentira, parece ser lo que busca el gobierno.

El gobierno, en lugar de crear las condiciones para producir en el país los bienes más importantes que necesita el pueblo, lo que de paso generaría mucho empleo e independencia nacional, se dedica a importarlos y luego venderlos masivamente por debajo del costo, con lo cual busca crearse la imagen de ser "el gobierno del pueblo".

Lo que sucede con los alimentos sucede con todos los bienes que el gobierno vende o regala al pueblo, es decir, todos son "a pérdida". ¿Pérdida para el gobierno? ¡No!, ya que más temprano que tarde todos los venezolanos tendremos que pagarla.

Es lógico pensar que esta política significa "pan para hoy y hambre para mañana". ¿Entonces por qué el gobierno la emplea? Porque vender a pérdida es una estrategia política altamente rentable en un país petrolero, y no es necesario entrar en análisis históricos ni buscar motivaciones esotéricas o carismáticas para saber que el éxito electoral del chavismo durante 14 años se debe a la misma.

Pero seamos honestos, la política del "pan para hoy y hambre para mañana" no la inventó el chavismo. Existe desde la IV República, aunque con el chavismo esta ha alcanzado dimensiones insólitas.

De allí que en cierto sentido podamos afirmar que la llamada Quinta República es la "fase superior" de la llamada Cuarta República, la cual, a partir de los años 70, se convirtió en una república eminentemente rentista y paternalista.

La esencia de la estrategia del chavismo para perpetuarse en el poder consiste en destruir sistemáticamente toda fuente de riqueza y de empleo distinta a la generada por el gobierno, para así garantizar la dependencia y sumisión absoluta de los venezolanos a este último. Obviamente, esta estrategia representa una estafa, incluso para aquellos que se benefician de las políticas sociales, ya que conduce a la liquidación de Venezuela en el mediano plazo.

Con una inversión social tan masiva como la del gobierno, sustentada exclusivamente en la renta petrolera, no solo se está fomentando el desempleo y la destrucción del aparato productivo venezolano, sino lo que es más grave, se está socavando la soberanía nacional, sobre todo alimentaria, la cual podría llegar a ser no ya simplemente necesaria, sino de vida o muerte, en el caso de que los precios del petróleo llegasen a desplomarse o el precio internacional de los alimentos llegase a duplicarse, por causas relacionadas con el cambio climático global o con una eventual profundización de la recesión económica mundial.

De allí que el gobierno chavista pasará a la historia no solo por haber sido el más demagógico y derrochador de los gobiernos de la era petrolera venezolana, sino además por haber sido históricamente el más imprevisivo e irresponsable.

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