Chávez visitó Aragua y Carabobo para marcar el fin de la campaña oficialista en el interior del país. Aseguró que perder los comicios del 7-O “es imposible”
DAYIMAR AYALA ALTUVE
La doble jornada (Aragua y Carabobo) marcó el fin de la campaña oficialista en el interior del país. "Terminó como empezó", dijo una militante. La gente se concentró desde las 10 de la mañana y tuvieron que esperar bajo el inclemente sol por unas 6 horas.
El coordinador del Movimiento de Afrodescendientes del Polo Patriótico en Aragua, confesó que se le habían perdido unos australianos que trajeron para nutrir la concentración. Señaló que estaban siendo trasladados en un autobús "prestado" por el Instituto Nacional de Espacios Acuáticos.
Pero no solo había "invitados internacionales" con sus franelas rojas. La alcaldía de Girardot y la gobernación de Aragua estaban vacías, pues los empleados tuvieron que asistir en fila india y sin chistar. Igual pasó con el personal del Hospital de Cagua que llegó en autobuses al mitin.
Los bomberos no vestían su acostumbrado traje azul marino con el que salvan vidas, por el contrario, tenían franelas rojas y trotaban como una tropa. Entre las unidades de transporte que llevaron gente también hubo algunas que venían de Yaracuy y otros estados aledaños. Los organizadores no dejaron al azar la visión panorámica de la actividad, cercaron las calles paralelas a la avenida Bolívar, para evitar la dispersión de los asistentes.
Aunque el anfitrión era el gobernador Rafael Isea, el exmandatario regional Didalco Bolívar llegó como Pedro por su casa y hasta estuvo en la tarima. "Ese es el que le conoce todos los trapos sucios al Gobernador, seguro le da una indigestión" se escuchó entre la multitud.
LO IMPOSIBLE
Chávez se hizo esperar, la puntualidad no ha sido su fuerte en la campaña. El ánimo de los asistentes decaía a ratos y sólo el toque de la diana los reanimaba ante la espera. En Maracay no hubo caravana, la carroza la guardaron para Carabobo.
El candidato llegó directo a tarima, luego de un breve encuentro con los medios durante el cual dijo que el acto era una avalancha chavista y que todos irían hoy a Caracas al cierre en la otra avenida Bolívar. Por otra parte, sentenció a la oposición y sus presuntos planes desestabilizadores, "estamos llamados a neutralizarlos".
Al ser consultado sobre si entregaría el poder pacíficamente si fuese derrotado el próximo domingo, señaló que su victoria está cantada. "Eso es un imposible, aquí va a ganar Chávez".
Aunque ha negado debatir a toda costa, en la tarima dijo que "ojalá surja una derecha con la que se pueda hablar, discutir, debatir, porque eso le hace falta a Venezuela". Reiteró que "todo 11 tiene su 13", aunque la elección es el 7 de octubre, y llamó a una alta participación, en sintonía con lo dicho por Jorge Rodríguez de que una alta abstención perjudicaría su reelección.


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