Como por arte de magia, los personeros burocráticos, desde el propio Presidente hasta funcionarios de última categoría, disponen a su discreción de los fondos, que pueden encontrarse debajo del colchón o en las gavetas de escritorios en pacas de billetes que se reparten a diestra y siniestra
MIGUEL LÓPEZ TROCELT
Esta medida de paridad cambiaria sucedería inevitablemente, cuando Venezuela viene de obtener los ingresos petroleros quizás más grandes en toda su historia económica. Pero que inexplicablemente es el correctivo, que al lado de los ajustes fiscales, al cual el gobierno le echará mano para enderezar sus finanzas. Esta tesis la maneja Jorge Giordani en su entorno, en el cual ha envuelto al Banco Central de Venezuela.
No es una falacia pronosticar que en este tiempo electoral la gestión oficial ha manejado a su antojo los recursos monetarios a fin de dirigirlos en esta dirección, y a los que le dará mayor rentabilidad por medio de los votos, sin importarle el grave daño que se presentará luego, cuando se ensanche el hueco fiscal, o la falta de dinero en las cuentas públicas.
Como por arte de magia, los personeros burocráticos, desde el propio primer mandatario hasta funcionarios de última categoría, disponen a su discreción de los fondos, que pueden encontrarse debajo del colchón o en las gavetas de escritorios en pacas de billetes que se reparten a diestra y siniestra.
Pero los casi 90 mil millones de dólares que han venido entrando anualmente por la renta petrolera en los últimos años no bastan para ese gasto, debido a que en nombre de la República han crecido una barbaridad los créditos. Sobretodo los externos, sin importar que igualmente se regalan bienes a otros países, cuando existen ingentes necesidades a todo nivel, con un grado de pobreza que aún la promesa de rebajarla o eliminarla ha quedado en los enunciados gubernamentales.
Así se habrá malgastado en los últimos 14 años toda esa fortuna. Cuando llegó este gobierno, en 1998, la deuda del país alcanzaba a los casi 40 mil millones de dólares, y para el primer trimestre de este año, la misma ya era de 107 mil 484 millones de dólares (BCV), previéndose que este año culmine en unos 120 mil millones de dólares solamente en deuda externa, sin adicionar lo referente a los compromisos internos que crecen como el humo.
Y esto último tiene su soporte en las quejas, denuncias y requerimientos de pagos a proveedores, prestadores de servicios y hasta los propios empleados públicos, que han escenificado sus protestas por la falta de pagos. Y cabe la pregunta... ¿En qué se ha gastado tanto?, porqué se ven hospitales maltrechos y sin insumos, escuelas deterioradas, puentes caídos, infraestructuras sin mantenimiento, vías estropeadas, fallas en el servicio eléctrico, exportaciones a granel por escasez de productos e insumos nacionales. Y con ello se dice que el país ha crecido y que el Producto Interno Bruto alcanza a los 300 mil millones de dólares, del cual se debe un tercio, según las estadísticas.
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