Paula Vásquez - Tal Cual
¿Cómo extraer la esencia del populismo de Hugo Chávez? La calificación de populista engloba un conjunto de fenómenos heterogéneos y diversos que han surgido a lo largo de los siglos XIX y XX en Rusia, Estados Unidos, América latina y Europa. El populismo venezolano se ha manifestado bajo las formas de caudillismo, caciquismo, personalismo y clientelismo. Todas estas manifestaciones están presentes en el fenómeno del chavismo. El fenómeno del chavismo es paradójico porque implica, a su vez, la aparición de una figura personalista con el retorno de un discurso ideológico. Es clásico y novedoso, viejo y nuevo, reciclaje e innovación. No soy de las que piensa que Chávez sea más de lo mismo y que no haya novedad en este fenómeno.
Por supuesto que es nuevo.
La relación Estado-ciudadanos que se ha ido consolidando a la largo de estos quince años es similar a la de los adecos y la repartición de cabillas y bloques pero a la vez es distinta, es diferente. Recordemos el concepto de Gino Germani y su "masa disponible de adeptos". Los discurso del chavismo han sido el caldo de cultivo de una serie de relaciones psicosociales que particularizan la adhesión al chavismo. La dimensión mística y mesiánica, los dispositivos de excepción, el papel fundamental del sentimiento de compasión: dichos elementos hacen que se pueda contradecir a Ernesto Laclau cuando dice que el populismo es una cuestión puramente ideológica. Y el populismo socialista es una alternativa para Laclau. No, el populismo de Chávez no es cosa sólo de ideologías sino que implica antes que nada prácticas y conductas, posturas y maneras de ser.
La construcción del candidato opositor es pues compleja porque podría pensarse que Capriles "arranca", "despega", en la medida en que propone una relación con los ciudadanos de este tipo. Me dijeron que a Capriles ya le estaban dando papelitos en las concentraciones. Capriles no se puede constituir como candidato en otro terreno sino en el del neo populismo. Es lo que pienso. Al menos durante la campaña. Claro, habría que preguntarse si de ahí podrá surgir una democracia que consolide instituciones. Quizás para deslindarse de ese modelo, lo primero que tendría que hacer Capriles es romper con el personalismo y afianzar la idea de que tendrá un equipo de gobierno que rinda cuentas. Las diferencias entre caudillismo, personalismo y populismo son tenues. El clientelismo está además profundamente afianzado en la cultura política venezolana porque todo el mundo vive del estado y sus contratos.
Reitero que la cosa tiene más que ver con prácticas muy concretas que con ideologías. Sino no se entendería cómo conviven perfectamente capitalismo de estado, socialismo del siglo XXI y neoliberalismo salvaje en Venezuela hoy.
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