fotos | OSWALDO CABRERA
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Al menos unas 300 familias residentes del sector Virgen de Lourdes, ubicada en Villa de Cura, una invasión de al menos 5 años, aseguran estar “viviendo como cochinos”, pues, según explicaron, cada vez que llueve las calles del lugar se convierten en un lodazal que les impide salir y entrar de sus residencias, y quienes deben hacerlo, llegan a la carretera empantanados.
Entre ellos se encuentra José Flores, quien indicó: “nosotros estamos viviendo como animales, en medio de cochinadas y desidias, porque estas calles son de pura tierra y cuando llueve es que nos las vemos mal, porque el lodo se pone baboso y peligroso. Los niños tienen que ir a la escuela, todos empantanados porque no tienen otro lugar por donde pasar. Ya hemos pedido ayuda a la Alcaldía en varias oportunidades solicitándoles algo de relleno para medio mejorar las condiciones de las vías, pero no nos han dado ninguna respuesta”.
Al respecto, María Pérez señaló que, además del problema de las calles, tienen también el de la falta de alumbrado, de tuberías de aguas negras y blancas. “Nosotros pedimos a algún organismo que nos preste la ayuda necesaria, porque no contamos con ningún tipo de servicios. El agua la estamos agarrando de la escuela, pero no es suficiente para tantas casas. Sabemos que somos invasores, pero si lo hicimos es porque queremos vivir mejor, no así como animales”.
“Queremos el asfaltado de las calles para no seguir viviendo así, después que llueve pasan días convertido en un lugar intransitable, porque ni los carros pasan porque se quedan atascados, eso sin contar las caídas que sufrimos, al igual que los niños que están acostumbrados a salir a jugar y no pueden por el lodazal. Aquí no hay consejo comunal, aquí no hay nada, sólo varias familias con deseos de vivir como gente y no en estas condiciones”, destacó Beryeni Lincon.
Por su parte, Darianis Rangel, manifestó que como vecinos organizados han acudido a varios entes pidiendo ayuda de todo tipo y nadie les ha dado respuesta; “desde los concejales para arriba y hasta el Gobernador saben como estamos viviendo y nadie hace nada por nosotros, aquí hay niños, personas mayores, gente enferma y seguimos en el olvido, como que si no existiéramos. Mi rancho se inundó el día sábado y el domingo, y aquí no vino nadie a ayudarme, yo sola con la colaboración de algunos vecinos logré salvar mis corotos, porque no sabía dónde estaba lloviendo más, si adentro o afuera”. Pero la situación está aún más difícil para Neidy Peña, quien explicó que desde hace 3 años está viviendo con su esposo en el lugar, en un ranchito en condiciones infrahumanas, el cual recibió un disparo en la cabeza y está parapléjico, “no tenemos recursos para irnos a vivir a otro lado, no tenemos más familiares, no sabemos qué hacer porque estamos viviendo en este ranchito que está apunto de desplomarse. Mi esposo necesita otras operaciones y no tenemos cómo hacerlas, tenemos un hijo con problema psicomotor. La vida de nosotros no es nada fácil”.
Finalmente, los pobladores hacen un llamado a aquellas personas u organismos que quieran prestarles la colaboración necesaria, pues aseguran estar concientes de que son invasores, pero sólo piden una ayuda sincera para mejorar su calidad de vida.
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