Ribas: Vecina del 23 de Enero en La Victoria lanza un SOS al Gobierno

SCARLET BARBERA PINTO
el siglo- La Victoria
fotos | ENRIQUE SILVA

Rancho del callejón El Carmen del 23 de Enero se encuentra en alto riesgo

Las condiciones en las que habita la dama son precarias

A dos años de haberse registrado el “palo de agua” que arrasó con el sanitario de su vivienda y amenazó con derrumbar el resto de su humilde morada, una vecina del callejón El Carmen del 23 de Enero en La Victoria, clama a las autoridades locales y regionales se apiaden de ella y le echen una mano en estos días de lluvias que desatan deslizamientos de tierra e inundaciones que podrían, no sólo dejarla en la calle, sino que además atenta contra su vida.

“No sólo ya no estoy en edad para subir y bajar la chorrera de escaleras que me llevan a mi hogar, sino que las condiciones en las que habito no son nada seguras; mi rancho está en riesgo y, prueba de ello, es que el baño se desplomó con uno de los aguaceros registrados hace ya dos años (...) el cerro amenaza con caer sobre la pared posterior de mi casa, el deteriorado techo amenaza con volar con los fuertes ventarrones y ¡ni hablar! del agua que entra y acaba con los pocos enseres que me quedan”.

Ello fue relatado por la agraviada Ligia Montenegro, quien explicó “dado que ni mi edad, ni mi salud me permiten estar constantemente bajando y subiendo escaleras, mi hija Elizabeth Rodríguez se ha dedicado a realizar -ante la alcaldía ribense y el gobierno aragüeño- las gestiones necesarias para mi reubicación, con la penosa salvedad de que no ha obtenido más que falsas promesas (...) en un principio me dijeron que sería beneficiada con el famoso Plan 8, pero, a la fecha éste brilla por su ausencia”.

Al asegurar que “el propio gobernador Rafael Isea me ofreció ayuda cuando lo intercepté en una de sus tantas visitas al municipio”, la señora Montenegro finalizó vociferando su deseo de recibir una ayuda gubernamental a la brevedad posible. Dejó claro “no sólo soy una persona de bajos recursos, sino que además ya no estoy en las condiciones para trabajar (...) del Gobierno no he recibido ni un solo bloque y, quiero dejar claro, el riesgo que corro viviendo aquí no es un juego. ¡Por fortuna! una vecina me ha prestado su apoyo y en días lluviosos he podido resguardarme en su vivienda”.