OTRA FANTASÍA LEGAL

JUAN USLAR GATHMANN - Tal Cual

Además de la manera como se ha aprobado la nueva Ley del Trabajo, la cual se encuentra en las fronteras de la legalidad y de la sana praxis democrática, lo cierto es que se ha tomado una vía ejecutiva e inconsulta para aprobar otro texto más de los que solemos producir en Venezuela, dirigido a una nación imaginaria donde hay poco desempleo y el subempleo es la excepción y en la que la productividad es elevada y que continuará su ritmo ascendiente. Para dar la apariencia de normalidad y progresismo y para complacer con un plato de lentejas, que quien sabe si podrá comer, a la minoría que hoy en día tiene la suerte de tener empleo con un patrono formal.

En efecto, el sector privado (en su versión formal e informal) sigue siendo el gran proveedor de empleo en el país ya que genera casi 80% de los puestos de trabajo que mantienen ocupados (más no necesariamente bien empleados) a la mayoría de los venezolanos. Esto a pesar de que durante los últimos doce años el número de empleadores privados formales se ha reducido 20%, al pasar de 500.000 a cerca de 400.000, y donde por supuesto la enorme mayoría son pequeñas y medianas empresas que tienen una productividad relativamente modesta y se encuentran debilitadas como efecto del entorno antiempresarial. El resto de la ocupación la genera, como todos sabemos, la famosa economía informal que, por lo demás y aunque parezca increíble, nadie ha definido ni medido formalmente aunque sí se habla mucho de ella pero sin hacer mayor cosa al respecto.

Al no ser declarante (pues no se sabe cómo justamente por lo anterior) ahora quien allí labora tendrán derecho a los beneficios de la Seguridad Social pero sin proveerle un camino de inserción y formalización apropiado en la sociedad y en la economía.

El problema real a resolver es generar empleos y evitar destruirlos, pues en un país como el nuestro, donde entran anualmente cientos de miles de jóvenes al mercado laboral (con escasa o ninguna preparación para el mismo) y donde el empleo es en su mayoría precario y las empresas se encuentran entre las menos productivas de la región; eso es lo que hay que abocarse a solventar y no a frenar la incorporación de la gente al trabajo mediante beneficios fantasiosos que solo son pagables por las grandes empresas minoritarias y llevan a la gran mayoría de las pequeñas empresas al cierre o a la informalidad. Generar empleos de calidad para todos es nuestro reto.