ATENCIÓN USUARIOS DE ARAGUA SIN MIEDO
La computadora desde donde actualizamos la página web de la organización y publicamos los anuncios de los eventos está dañada desde la mañana del domingo 12 de marzo de 2017, por lo que les informamos que haremos una pausa técnica en la actualización mientras resolvemos los inconvenientes. Gracias por su atención!!!
sábado, 26 de mayo de 2012
La reaparición
GREGORIO SALAZAR - Tal Cual
Ni por twitter, ni por Facebook, ni por el teléfono conectado a la tele, ni por los mensajes de texto (sms) que una vez utilizó para saludarnos en navidad. Nada...
Durante cinco días con sus noches los venezolanos no tuvimos noticias de la salud ni el paradero del ciudadano presidente de la República.
Para algunos de nosotros fue un período interminable que casi llevó a extremos incontrolables el síndrome de abstinencia.
Zozobra. Incertidumbre. Rumores...
El tema es delicado, de modo que vamos entrándole de a poquitito.
El viernes 18, ¡al fin!, pudimos escuchar de nuevo la voz que más se ha modulado a través de las ondas hertzianas y las microondas desde que la radio y la televisión hicieron su estreno en Venezuela.
Se refirió a sí mismo, a su salud, a búfalos y caballos desbocados. Por haberlo visto y oído a través de un muy cuestionado canal, preferí cerciorarme en medios más confiables.
Al día siguiente busqué el Correo del Orinoco (2da. Época), N° 969, que dedicó un tercio de toda su primera página a las declaraciones de su fundador y propietario.
Ese texto, más que La Artillería del Pensamiento parecía una pieza salida de "la fusilería del encantamiento": un cañonazo de 1.500 millones por aquí, un metrallazo de 250 millones por allá, otro bombazo de reales acullá...
Pero, qué sorpresa, ni una sola palabra sobre lo otro. No creo que en el antiguo Correo del Orinoco (1ª. Etapa) se hubieran atrevido a censurar de manera tan flagrante al antiguo Libertador, que, por cierto, hoy pareciera ir rumbo al desuso.
Si así se trata al amo, saquen ustedes la cuenta de la parte del pastel que nos tendría reservada la mentada (y recontramentada) hegemonía comunicacional.
Lo que en la prensa nacional e internacional fue la frase que copó los titulares, en el vocero de la casa donde las ideas son granadas y misiles intercontinentales, no mereció un guáimaro, ni un mísero balín de tinta.
Tampoco era para tanto celo: "no seguiré siendo el caballo desbocado por ahí", fue la sencilla y franca afirmación hecha por el jefe del Estado.
La mezquina prensa capitalista, por supuesto, no hizo énfasis en la infinita carga de modestia que encierra ese "por ahí", que no se trata, ni remotamente, de soltarse al galope tendido hacia la iglesia de Pagüita, allí al ladito del palacio, sino volar de Tokio al Kremlin, de la Muralla China a Damasco y de ahí a Tucacas, a El Sombrero, etc, etc...
Antes de proseguir, una precisión. Si la incertidumbre sobre la salud del primer magistrado gravita sobre todas y cada una de las hojas que se mueven en el árbol (¿arbusto?, ¿matorral?, ¿manigua?) de la vida nacional y sobre ello no hay información formal, sino datos soltados al voleo, en clave, en símiles y metáforas, ¿qué nos dice la lógica y, en este caso, hasta la zoológica? Pues que nada más legítimo que tratemos de descifrarlos, siempre y cuando guardemos el debido respeto. Es un derecho constitucional. Y en atención a ello pasaremos a la parte de la declaración, donde se le pidió a Dios "la fuerza del búfalo antes que la del caballo".
De la manera más neutral y objetiva diremos que si lo que se requiere para la coyuntura es fuerza, no es necesario aspirar a la de un bóvido, pues así como hay caballos de carreras, también los hay percherones que, según nos dice la fascinante Wikipedia, "por su impresionante corpulencia, puede llevar largos carruajes, transportar más de 25 personas y arrastrar toneladas de peso". Es decir, puede cargar con el frondoso gabinete ministerial completo y hasta darle la cola a Loyo y Barreto, esos otros dos briosos corceles nada menudos del "proceso".
De manera que para estar a la altura de la exigencia de los tiempos no hay que trastornar (también) la cadena evolutiva.
Y esto debería saberlo él, que de bóvido no tiene un pelo.
Pero por algo no se escogió esa comparación. A lo mejor para no traer a evocación aquella famosa cita de Churchill en la que aseveró que la empresa privada no es una vaca para ordeñar ni un tigre para matarlo, sino "un robusto percherón que arrastra un carro muy pesado". No, por favor, tiene razón, cerca de la empresa privada, ni en sentido figurado...
Finalmente, cualquiera sea la mutación que escoja, que esté muy bien, que en lo que respecta a quienes en estos predios ni vamos ni iremos uncidos al carromato del "proceso", ya llevamos bien adelantadas las previsiones para liberarnos de coces y/o embestidas.
@goyosalazar
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario