"Chávez se empeñó en cerrarlo (RCTV) y lo logró, pero creo que fue su gran punto de inflexión. Yo tengo, no la esperanza, sino la certeza, de que eso va a pasar (RCTV de nuevo al aire)", afirmó el veterano actor.
Rodríguez tiene un rol en "Mi ex me tiene ganas" (Oswer Díaz Mireles)
ÁNGEL RICARDO GÓMEZ | EL UNIVERSAL
lunes 28 de mayo de 2012 12:00 AM
Lo dijo Marcel Granier, presidente de las empresas 1BC, el año pasado; lo dice el ciudadano común; lo confiesa el actor Gustavo Rodríguez: "Jamás pensé que esta gente se iba a atrever a semejante infortunio, a una idea tan descabellada como cerrar un canal". Lo cierto es que el Gobierno -al menos en 2007- se salió con la suya. A cinco años de la salida del aire de RCTV, el chavismo todavía sostiene que no fue un "cierre", sino la "no renovación de la concesión para explotar el espectro radioeléctrico". Mas la mayoría sabe que un "privado de libertad" es un "preso", que una "persona en situación de calle" es un "indigente", que Venezuela se escribe con "V" y no con "B", y que en octubre el país debe cambiar para bien.
Gustavo Rodríguez lo sabe, y en esta entrevista analiza lo que ha significado un canal menos en el televisor y en el alma de los venezolanos.
-¿Cuál es su balance a cinco años de la desaparición de RCTV?
-En lo laboral estamos bastante desguarnecidos. Quedó un solo canal que produce, quedó una masa laboral, artística, y técnica, considerable. Luego, eso representa la reducción del número de producciones y escasez de trabajo para actores, técnicos y todo tipo de empleados de un canal de televisión. Yo diría además, que la falta de competencia en los canales de televisión, hace que se haga todo por un solo camino, sin un estímulo, sin riesgo.
-Ha habido una migración de figuras de la televisión a las tablas ¿Eso es beneficioso o negativo para el teatro?
-Eso ha traído consecuencias alternativas. Una de ellas es que al ser figuras de la televisión, con ascendencia sobre un público masivo, han atraído la atención de ese público y por supuesto, ha crecido la oferta teatral y la asistencia de público. Pero por otra parte, el nivel de la cartelera ha disminuido considerablemente, es decir, estamos haciendo en gran parte vodevil -y no estoy en contra del vodevil cuando está bien hecho-, pero en muchos aspectos se hace a la carrera, de manera irresponsable, sólo para llenar la sala, y eso es negativo para la actividad teatral. Además, el actor no crece y hay que crecer con buenos textos, con buenas puestas en escena.
-¿Qué puede decir de las telenovelas?
-Como no hay esa posibilidad de que otra alternativa se te monte encima y la gente te compare, falta riesgo. Las producciones se hacen cómodas, olímpicamente, y eso trae como consecuencia que se afloja el trabajo. Eso le pasa a cualquiera, no es lo mismo hacer boxeo de sombras que pelear con un contrincante sobre el ring.
-¿Y en materia de noticieros?
-Hay un caballito de batalla, un adalid, que representa la combatividad, la pelea, en el escenario político y comunicacional, que es Globovisión. Eso es incontestable. Y los otros canales van un poco a la zaga, yo creo que respetando cierta objetividad, cierta correspondencia con las realidades, con las cosas como ocurren, sin asumir posiciones políticas ni editoriales. Globovisión lleva la ventaja largamente. Creo además que técnicamente, todos carecen de lo que tenía RCTV, porque la información y el equipo informativo de ese canal era de primera y no solamente en lo humano, el centro de noticias era una cosa del primer mundo y hay que resentir esa ausencia.
-Radio Rochela ¿Ha surgido un programa similar?
-Radio Rochela no sólo fue decano de los programas de humor en Venezuela sino récord Guinness. La ascedencia y el peso que tenía todavía no se ha cubierto y creo que va a ser difícil que lo logre otro espacio, a menos que cubra el tiempo de vida que le tocó transcurrir y desarrollar a Radio Rochela. Además, fue la cantera de los grandes humoristas de Venezuela. Así mismo -y hay que ser honestos y objetivos en esto-la gran mayoría de actores, escritores, técnicos y productores, salieron de las filas de RCTV.
-¿Qué balance hace de TVes? ¿Ha cumplido con su promesa de televisión de servicio público?
-Esa es la contradicción más grande: Hace falta RCTV pero hace falta también TVes. Eso no existe, es un fantasma, un adefesio, eso no lo ve nadie, además no lo digo yo, lo dijo el presidente Hugo Chávez.
-¿Salva algo de ese canal?
-Yo realmente he visto muy poco. Imagínate, que han pasado películas en las que yo estoy y ni siquiera eso he visto. Es una cosa insólita, porque es una programación tan anodina y una imagen tan grisácea, tan opaca, que no provoca, no te llama la atención. Entonces hace falta una verdadera televisión social. Ahorita se adueñaron de todos los canales, que ya no son sociales, ni siquiera del Estado, sino del partido de Gobierno.
-Viendo la salida del aire de RCTV en perspectiva ¿Cuáles fueron sus grandes aciertos y pecados?
-Aciertos: haber sido cantera, universidad, formadora de gran parte del talento venezolano; haber sido audazmente la precursora de la televisión en Venezuela. El pecado: su tinte político, su carácter editorial, su posición ante el statu quo, ante el estado de cosas. Pero yo te confieso que si ese fue el pecado, yo seguiría siendo pecador.
-¿Y no cree que debió manejarse la crisis con más diplomacia? A Venevisión le acaban de renovar la concesión por cinco años más...
-Es verdad, pero esa es una espada de Damocles que les está durando cinco años más, es una concesión que te pone en riesgo la inversión misma. Por ejemplo, no puedes comprar equipos de nueva generación, como tecnología HD o 3D, si tienes una concesión que va a fenecer en cinco años, eso es absolutamente riesgoso, y es además chantajista. Yo creo que el problema era que se quería cerrar RCTV. Se trató por todos los medios, la presión del público fue grande y, sin embargo, tozudamente, el presidente Chávez se empeñó en cerrarlo y lo logró, pero creo que fue su gran punto de inflexión.
-¿Suscribe la teoría de que el fracaso electoral posterior del chavismo, fue por lo de RCTV?
-Absolutamente. Sobre todo en esa interrelación casi mágico-religiosa que ha existido con respecto al presidente y su manera de ser y de proyectarse, la gente sintió en su fuero más íntimo que era un maldad. Era no solamente quitarle la concesión a los Phelps y a Marcel Granier, sino dejar a toda una población laboral en la calle, y a todo un país sin información, además sin la opción de entretenimiento. La gente sintió que este hombre hace y sigue haciendo las cosas de manera absolutamente autocrática. Yo creo que eso marcó su primer rasgo de desnudez.
-En lo personal ¿Cómo lo afectó la desaparición de RCTV?
-RCTV fue mi canal de origen y de verdad hice cosas interesantes; allí sentí siempre gran solidaridad de equipo y gran unión, así que el cierre representó para mí, un luto, un desgarramiento total.
-¿Tiene esperanza de que RCTV recupere su señal?
-Por supuesto que la va a recuperar, yo tengo, no la esperanza, sino la certeza, de que eso va a pasar. Y creo que además lo que se abrió con TVes debe conservarse, de la misma manera que todos los canales que han iniciado. Ahora tenemos la posibilidad de verdad, de tener televisoras que llenen el espectro social y el interés particular de cada quien y que tengamos para desarrollar un gremio sólido y comprometido con la sociedad venezolana.
-¿Cuál debería ser la lección aprendida?
-La nueva RCTV debería ser la punta de lanza de la nueva televisión. Deberíamos vernos reflejados en el espejo de la televisión colombiana, que tiene mucho que ver con su propio entorno, con lo que pasa en su país, hablan de una manera descarnada de su propio perfil sociológico y humano, y en esa medida han pasado a constituir la muestra de televisión más universal que hay en Latinoamérica.


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