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lunes, 21 de mayo de 2012
Entre balas y votos
HERNÁN CASTILLO - Tal Cual
Desde la campaña electoral de 1963 no teníamos en Venezuela un cuadro político tan enrarecido como el que actualmente pretende crear el gobierno. Con algunas diferencias importantes, en aquella elección Rómulo Betancourt luchaba contra los residuos violentos que iba dejando la derrota de la subversión castro-comunista. El sistema democrático, que recién se iniciaba, le dio el mayor de los golpes políticos que haya recibido algún sector violento en este país.
Raúl Leoni, de Acción Democrática, ante el saboteo y la abstención ganó la Presidencia con una participación de casi el 95% del electorado.
Resulta que hoy, ante las votaciones presidenciales del próximo 7 de octubre, es el propio gobierno quien alimenta varias vertientes de violencia. Por un lado, utiliza políticamente al hampa común y la criminalidad para atemorizar a los ciudadanos.
Además, estimula la organización de "colectivos", milicias, y grupos paramilitares.
También amenaza con crear un caos en las regiones donde gobierna la oposición para tratar de suspender las elecciones por la enfermedad y la derrota de Chávez, tal como lo plantea Castro Soteldo, coordinador de Medición y Evaluación de Campaña del Comando Carabobo y gobernador de Portuguesa. A estas fuentes de violencia, hay que agregarles las declaraciones de un grupito de integrantes del Alto Mando Militar, algunos de ellos relacionados con narcoterroristas de las FARC y militares cubanos, que pretenden desconocer la victoria de Henrique Capriles.
En las circunstancias políticas por las que está pasando Venezuela, la intervención de los militares en las elecciones debería limitarse al apoyo logístico y al mantenimiento del orden público, más nada. Este aspecto es de vital importancia ya que la FAN, conjuntamente con el CNE, participa del Plan República y los militares tienen el abusivo privilegio de llevarle al Comando Estratégico Operacional (CEO) una copia del acta de cada una de las mesas de votación del país. ¿A cuenta de qué los militares se quedan con una copia de las actas de votaciones?, cuando por ejemplo, entre otras cosas, se le ponen objeciones a la presencia en el país de la observación internacional y llegan incluso a la irresponsabilidad de amenazarnos con sacar a Venezuela de la OEA a fin de evadir el monitoreo del escenario violento que están propiciando, ante la derrota del candidato del socialismo del siglo XXI, sea Chávez o no.
Los altos mandos militares, ahora que intervienen directamente en la batalla electoral, no constituyen ninguna garantía para el tipo de cambio democrático que exige la sociedad venezolana y el mundo moderno. La FAN debe ser sacada de la lucha partidista entre el PSUV y la Unidad Democrática. Tal como dice Richard Kuhn: "Los militares son para defender a la sociedad y al Estado, no para definirlos". De tal manera que, el próximo 7 de octubre, contra las balas, votos.
@CastilloHernan
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