ATENCIÓN USUARIOS DE ARAGUA SIN MIEDO

La computadora desde donde actualizamos la página web de la organización y publicamos los anuncios de los eventos está dañada desde la mañana del domingo 12 de marzo de 2017, por lo que les informamos que haremos una pausa técnica en la actualización mientras resolvemos los inconvenientes. Gracias por su atención!!!

viernes, 30 de marzo de 2012

La subversiva sensatez


ALIDHA ÁVILA - Tal Cual

Chávez se enferma y sin que exista razón médica que lo justifique, decide tratarse en Cuba, adonde, contraviniendo el ordenamiento constitucional y jurídico, se lleva a todo su tren ejecutivo y a toda su familia, en un ir y venir de viajes y estadías que le han costado al país una millonada de dólares. Nueve meses después de detectada la enfermedad, el país sigue sin conocer un parte médico proveniente de un equipo profesional y los ciudadanos disponemos sólo de la confusa y sesgada información que da el Presidente, según la cual, un día está curado, al otro lo operan de un nuevo tumor; un día le dan quimioterapia, al otro radioterapia, y así, asegurando que vencerá a la enfermedad porque él ya no es Chávez: se ha transmutado en el pueblo y los pueblos nunca mueren (sic). ¿Y toda esta locura por qué? Porque Chávez delegó el poder en los hermanos Castro que son los que deciden su tratamiento y cómo y cuándo informar a los venezolanos acerca del cáncer presidencial, mientras ellos toman las disposiciones necesarias para garantizar ­no vaya a ser que muera o pierda las elecciones­ la supervivencia del régimen castrista, que no depende de otra cosa que de los recursos de todos los venezolanos, que el apátrida ­este sí­ de Chávez les entrega de manera irresponsable. ¿A cambio de qué? A cambio de que le susurren al oído el discurso mesiánico sin el que ya no puede vivir, en cuyos vericuetos el país se le perdió para siempre. Así de banal y de siniestro es todo este asunto.

Mientras tanto, el país al garete. Nada funciona. Cada día asesinan a 56 venezolanos. PDVSA está casi quebrada. Los hospitales y las escuelas se caen a pedazos.

Las carreteras intransitables. La crisis eléctrica sin superarse y ahora nos cae la del agua. El Metro es un infierno. Los trabajadores protestan por sus beneficios laborales. La inflación devora el poder adquisitivo de los más pobres. Y ningún funcionario del alto gobierno da la cara ni se hace responsable de nada, ocupados como están en insultar a Capriles, cuya sensatez, definitivamente, los tiene locos, y en ofrecer el más nauseabundo espectáculo de adulación, para ver quién se queda con el coroto.

Es precisamente la sensatez del discurso de Capriles lo que trae al régimen de cabeza. En su diálogo incansable con los ciudadanos logra transmitirles cuestiones tan sensatas como que cada ser humano es dueño de una voluntad propia y que nadie puede degradarlos a la condición de instrumentos de una voluntad ajena. Que la democracia es la expresión política de ese concepto de dignidad humana, por lo que deben huir de mesías que intentan secuestrarles la conciencia y conducen siempre al atraso: las sociedades progresan sólo cuando cuentan con ciudadanos libres y críticos. De allí que nos convoque a replantearnos el país y a nosotros mismos dentro de él, de manera que, entre todos, podamos superar la destructiva insignificancia de estos años de chavismo: no quedó nada, todo está por hacer.

Tenemos un camino: la subversiva sensatez.

alidhavila@gmail.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario