Me extrañó, sí, que para incorporar la nueva flota se creara una división especial, cuando es sabido que nuestras embarcaciones petroleras están adscritas a PDV-Marina. A medida que he ido conociendo detalles del nuevo departamento, me ha abordado una enorme frustración, por lo que le agradezco me acompañe en esta catarsis.
FLOTAVEN, que quede claro, existe, tiene personal adscrito, depende de los altos mandos de la operadora, tiene grandes costos para la industria, la integran personas de carne y hueso pero ¡me cachis en el Excremento del Diablo!, no tiene un solo barco. Sin embargo, y aunque no sea en el mar, algo flota.
Y es que los trabajadores que pasan a integrar la nómina de esta rara filial adquieren de inmediato la cualidad de ente ingrávido, sus humanidades sienten desaparecer los jalonamientos de las fuerzas gravitatorias, los invade una inevitable levedad corpórea y entonces su destino es flotar y flotar, flotar y flotar, así como el de José Alfredo fue rodar y rodar. No se elevan del piso, pero levitan de aquí para allá y de allá para acá, sin aterrizar en ninguna función, en ninguna tarea, en ningún escritorio. Están en suspensión permanente, pero no ascienden nunca.
En las entrañas de la petrolera se sabe que si todos esos trabajadores subieran como muñecos inflables, en algunas oficinas ya no dejarían ver el cielo raso. Allí están los que tuvieron la infeliz ocurrencia de no ir a las marchas de la hueste roja-rojita, no se enfraneló del mismo color cuando hubo algún acto interno presidido por el Gran Caporal o simplemente es sospechoso de no simpatizar con la corte única de la adoración perpetua, babeante y carantoñosa, en que algunos quisieran ver convertido el país. La idea es que los flotantes se vean forzados a renunciar y a salir volando por la ventana.
No hay que extrañarse porque quien rige los desatinos (ojo, que no dije destinos) de la operadora hace tiempo proclamó que PDVSA es roja-rojita y que a quien no lo quisiera entender así, lo harían comprender "a carajazos". Vaya modales los del refinado personaje. ¿Ese no es el código del "Chapo" Guzmán? A su lado, el atolondrado "Chacal de la Trompeta" resultaría todo un correctísimo caballero, atildado, flemático y circunspecto.
De cómo la política de recursos humanos de la principal industria nacional degeneró en la creación del Gulag Gravedad Cero, que no se ve pero se siente, es materia sobre la cual vendrán muy pronto análisis y acciones de diversa índole. Mientras, es bueno resaltar que el proceso comienza desde que alguien pretende ingresar a PDVSA y sus datos son sometidos a las famosas listas discriminatorias. La consigna es: Primero Déjenos Verificar Su Amor. Y cuando viene el reclamo de los flotantes, la respuesta es Patalee... Después Veremos su Asignación. Asignación que nunca llega.
Si hacemos cuenta, llegaremos a la conclusión de que FLOTAVEN es tal vez la única filial con una actividad verdaderamente eficiente. Porque si de PDVAL se trata, el resultado de su gestión pudiera sintetizarse en la frase Pudrimos De Verdad Sus Alimentos. A menos que aceptemos que también ha sido eficientísima en regalar lo que extrae del subsuelo patrio y que se supone debería transformarse en recursos para nuestra gente. De allí que PDVSA también resuma Plata De Venezolanos Se Aleja. Y qué decir de la manera tan lucida como se evaporaron 486 millones de dólares de los fondos de los pensionados de PDVSA. Allí el lema que funcionó fue Podemos Dejar Vacíos Sus Ahorros.
El más desavisado se pregunta cómo es posible que una gerencia a la que se le hunden plataformas petroleras, le explotan instalaciones de refinación, se le descubren maletines que vuelan repletos de dólares, fracasa distribuyendo alimentos, se llevan en sus narices los recursos de los trabajadores pensionados, desatan derrames petroleros que acaban con recursos hídricos, fauna y flora, y no rinde cuenta de nada se mantenga tan campante e incólume en el cargo. Hay una sola razón que garantiza la supervivencia y permanencia de esa gestión, una sola línea maestra de acción, una sola directriz que orienta su desempeño, un solo mérito que la justifica y que puede reducirse a este enunciado: Presidente Déjenos Ver Sus Antojos, para complacerlo enseguida metiendo la mano en caja hasta el hombro.
Ya ve usted cómo PDVSA, a cado paso, le hace honor a sus siglas. Qué duda cabe.
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