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jueves, 15 de marzo de 2012

En defensa de la razón

EDUARDO VÁSQUEZ - Tal Cual

Hay varios articulistas en nuestro país que escriben continuamente contra la razón: Emeterio Gómez, Francisco Rivero, Rigoberto Lanz. Es sabido que los sociólogos filósofos, religiosos, se declaran post-modernos. Esto permite inferir que la postmodernidad es una corriente de pensamiento adversa a la razón. La época de la razón tuvo su apogeo en la llamada época de la Ilustración con Rousseau, D’Alembert, Diderot, Holbach y tantos otros. Los grandes filósofos de esa época fueron Kant, Fichte y Hegel. Esa época produjo cambios importantes en el pensamiento político.

Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano; sustitución de la monarquía por la soberanía del pueblo, etc. Una de las categorías más importantes de la razón es la universalidad. Está presente en todas las llamadas leyes de la naturaleza. Los fenómenos naturales no son caprichosos, arbitrarios, sino que ocurren de manera regular y son previsibles si se conocen las leyes o razones por las que ocurren.

Esas leyes naturales no han sido creadas por nadie (a menos que se crea en un ser superior). En cambio, en la esfera de las sociedades humanas ello es distinto.

En ellas rige el derecho, esto es, leyes que a diferencia de las naturales son leyes que provienen del hombre. Los hombres comienzan viviendo en el estado de naturaleza. Allí no existe el derecho, sino que los hombres se comportan como animales. Algunos lo consideran una situación idílica. Pero Hegel dice que hay que salir de ella lo más pronto posible. Hegel, en contra de Rousseau, sostiene que no se sale del estado de naturaleza por un contrato (lo cual supone una sociedad organizada) sino por la lucha. Lo que Hegel llama la lucha por el reconocimiento (entre los que serán amos y esclavos) es una para ser reconocidos como iguales. El resultado de esa lucha es la igualdad humana. Una vez lograda esa igualdad en la sociedad ya no habrá más amos ni esclavos, ni lucha por el reconocimiento, pues en la sociedad donde rige el derecho todos son reconocidos como iguales. Fukuyama, Kojeve, Hyppolite se equivocan cuando hablan de una lucha eterna, que se produce en cualquier tipo de sociedad. Si esto llega a ocurrir es porque la sociedad humana ha recaído en el estado de naturaleza donde los hombres tendrán que luchar para ser reconocidos, como ocurre actualmente en Venezuela y en Cuba.

En lo anterior hay dos categorías que hay que destacar. Una es la igualdad humana y otra la universalidad. Esta última es una categoría discutida y rechazada por todos los que sostienen que la desigualdad es de más valor que la igualdad. Los nazis fueron enemigos de la razón. No podían admitir que el esclavo o el judío fueran iguales al amo.

Esa democracia de la igualdad fue rechazada por Nietzsche, quien la consideró como una conjura de los inferiores y resentidos contra los superiores.

Todos los que sostienen que los pueblos o etnias tienen algo propio que desaparece ante la universalidad se oponen a la universalidad de las leyes del derecho. Entre esos pensadores se encuentra Martin Heidegger, quien según Emeterio Gómez puso fin a las trivialidades y falsedades de la razón.

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