ATENCIÓN USUARIOS DE ARAGUA SIN MIEDO

La computadora desde donde actualizamos la página web de la organización y publicamos los anuncios de los eventos está dañada desde la mañana del domingo 12 de marzo de 2017, por lo que les informamos que haremos una pausa técnica en la actualización mientras resolvemos los inconvenientes. Gracias por su atención!!!

viernes, 2 de marzo de 2012

El peligro de la guerra civil

Se acaban de cumplir 23 años del Caracazo: ¿este pueblo recuerda esa pesadilla de tirolocos? Varios sucesos vuelven a poner el tema de la violencia en el tapete, y parece haber un acicate oficial detrás

SEBASTIÁN DE LA NUEZ - Tal Cual

Alguien me lo contó: en una de las invasiones recientes provocadas, o al menos toleradas, por individuos como Elías Jaua o Jorge Rodríguez, había un niño de unos 9 años con piedras en la mano. Fue una de estas madrugadas.

Algunos vecinos de la urbanización clase media asediada por tres flancos salieron de sus apartamentos a echar tiros al aire. El niño formaba parte de uno de los grupos invasores.

Hubiera podido armarse una pequeña guerra civil mientras la atención internacional se fija en el Presidente que se fue a Cuba a operarse de algo en alguna parte del cuerpo.

Este pueblo, o una parte de él, es violento porque nadie le da razones para no serlo. La frase de Gonzalo Barrios sigue vigente.

Y si en este pueblo anida la violencia es porque le falla la memoria. Se han cumplido 23 años del Caracazo. Yajaira Vera es una ex miss Venezuela que se graduó de médico cirujano en la UCV en 1986. En 1989 se encontraba trabajando en el Hospital Periférico de Coche. Estuvo varios días sin dormir atendiendo las emergencias que llegaban desde los alrededores del hospital. Como ella misma me contó dos años después, entonces ejercitó la medicina de guerra y, con sus colegas de la emergencia, debía decidir a quién atender y a quién dejar morir. Vio madres y niños a quienes les llegó una bala perdida, aun estando dentro del rancho, y en varios casos ya no había nada que hacer. Vio también a un grupo de soldados trayendo a un teniente pero cuando lo recibieron ya estaba muerto.

Recordó Yajaira que cuando al teniente lo colocaron sobre una camilla, sus granadas rodaron por el suelo y la gente que allí esperaba salió huyendo. Lo recordaba, me dijo, como en cámara lenta, las granadas rebotando en el piso, como habrá recordado hasta el día de hoy a los soldados "con cara de niño" que se apostaron en la azotea, temblando y fumando, y al niño que llegó con las vísceras afuera, y a otro que le dijo que se había cortado al salir de un comercio saqueado, azuzado por su madre.

Y AHORA

La más irónica de las jugarretas del salvajismo ha sucedió esta semana y tuvo como víctima a OneChot, el hijo de un intelectual venezolano, brillante y dedicado a pensar al país, este país que precisamente le ha parido la desgracia. Ojalá le llegue a Alfredo Chacón, y también a su ex mujer Luna Benítez, el abrazo solidario de todos los venezolanos de buena voluntad.

Juan David Chacón hizo buena música, sobre todo reggae , y ojalá pueda seguir haciéndola en el futuro a pesar del tiro en la frente.

Realizó un videoclip, irónicamente, sobre la violencia caraqueña: comienza con unos muchachitos en un barrio jugando metras.

A veces, la violencia y la sangre comienzan así, como un juego de metras.

Salgo en pantalla, estoy prendido en olor a multitud, excitado por el poder recién conquistado y se me ocurre esto: "Ay, si yo pasara hambre también robaría, ¿no es así, Fulanito?" Imbécil. Volviendo a Yajaira Vera, me contó cuando se echó, en medio del Caracazo, en las colchonetas dispuestas en un pasillo (donde no podían llegar las balas), a descansar mientras limpiaban la sangre del pabellón de operaciones. Estaba con su novio: "Veíamos a los agentes de la Guardia Nacional subiendo y bajando de la azotea; creo que los pobres estaban más aterrados que nosotros. Fumaban y temblaban. Desde la azotea disparaban a los francotiradores, que a su vez disparaban desde los bloques contra el mercado y contra el propio hospital. Unos locos, yo no sé".

Ella no sabía entonces, pero ahora sí sabemos: probablemente algunos de esos francotiradores estén hoy en el Gobierno.

Y los mandos medios que enviaron a esos soldados también, qué duda cabe.

Y en el medio un pueblo enajenado. Yajaira lo vio de cerca, dos hombres heridos hablando de camilla a camilla sobre su propia rapiña: "Yo me llevé un colchón", decía uno. "Nooo, yo me llevé un ventilador y un televisor, allá los tengo en el rancho", decía el otro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario