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viernes, 2 de marzo de 2012

¿Cabemos todos?

ALBERTO LOVERA - Tal Cual
alberto.lovera@gmail.com


H ace algunos años en un programa de VTV se hacía esta pregunta alguien que ha ejercido en varias ocasiones funciones de ministro y embajador del actual gobierno.

Recientemente el presidente Chávez ha planteado la misma interrogante. Desde que lo escuché por primera vez me estremecí por lo que supone tal interrogante, más aún para quienes promovimos una serie de iniciativas que la convirtieron en una afirmación: ¡Aquí cabemos todos!, contando con adherentes de todo el espectro político venezolano. Un intento temprano para salirle al paso a un esquema de polarización que tantas heridas ha producido en el tejido de la sociedad venezolana. Una tarea que forma parte de la agenda del cambio democrático en nuestro país.

Poner en duda que todos cabemos en la sociedad venezolana es el regreso a los esquemas totalitarios que pretenden poseer el monopolio de la verdad y la legitimidad de imponérsela a todos los ciudadanos. Es negar la capacidad de la sociedad de llegar a acuerdos que reflejen su diversidad.

No se trata de negar la existencia de contradicciones, antagonismos e intereses contrapuestos en la sociedad. Lo que es inaceptable para la convivencia ciudadana es pretender que se puedan anular por la acción autoritaria de quienes ejercen el poder en un determinado momento, que sabemos que es pasajero, esa diversidad de puntos de vista.

Lo pretendieron hacer regímenes autoritarios comunistas, fascistas y ultraliberales, para descubrir que a la postre era un ejercicio destinado al fracaso. Se ha podido tardar mucho o poco, pero recurrentemente reaparece la diversidad social y la búsqueda de consensos, sin anular los disensos.

Ante la estrategia que trata de negar la existencia de los otros, de los que piensan y actúan diferente, lo que se impone es reconocer la diversidad y respetarla. Tomar nota de que esa pluralidad debe tener espacio para desplegarse. Intentar ahogarla no la hará desaparecer, como creen los regímenes autoritarios.

Se revitalizarán más tarde o más temprano.

Que cabemos todos es una base sustancial de cualquier sistema social y político que quiera conjugar la libertad y la equidad. No estará exento de tensiones, pero es la plataforma ineludible para la convivencia ciudadana y para hacer próspera una sociedad. Nadie sobra, todos tenemos que aportar.

Cuando se pone en duda que cabemos todos en este esfuerzo colectivo que es construir una sociedad donde se conjuguen libertad, prosperidad y justicia, se está negando a una parte del tejido social, se está ignorando al otro, en vez de reconocerlo, se está mutilando la contribución de una parte de la sociedad a la construcción de un proyecto compartido.

En la Venezuela que deseamos cabemos todos.

Quienes lo niegan o lo ponen en duda están dándole la espalda a un pueblo que ha demostrado que sabe encontrar un camino común entre coincidencias y diferencias.

No quieren ya mesías que creen poder decirle a la gente lo que le conviene, sino un liderazgo que los convoque a todos juntos a construir un país solidario y próspero. ¡Aquí cabemos todos!

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