Lo más cómico del asunto es que los ahora amigos Jaua y Cabello no se percatan de que en su atribulado proceder por demostrar que se quieren mucho, no están haciendo otra cosa que replicar la estrategia electoral de la MUD, lo cual, como bien saben los entendidos, es tremendo error porque significa que están siguiéndole los pasos a la agenda del ganador: "Ustedes están unidos... Nosotros también"
ELIZABETH FUENTES
Es como si cuando yo me presentara a alguien, dijera: "Mucho gusto, Elizabeth. No soy prostituta ni consumo cocaína". Es decir: no se explica lo obvio. Porque inmediatamente surgen las suspicacias, los a cuenta de qué, los rumores (otra vez los rumores), más la catajarra de analistas de lado y lado que se dedicarán a escudriñar las verdaderas razones por las cuales Jaua y Diosdado tienen que aclarar (que fue lo que realmente hicieron) que son hermanos y panas y amigos del alma.
Que de la nada, salió Jaua a saludar a Diosdado con aquella devoción: "...y cuando le digo compañero se lo digo de verdad porque somos compañeros en la lealtad a Chávez...". Piropo que respondió rapidito Diosdado con "Cómo les duele a algunos que Jaua diga que es amigo mío. Nosotros hablamos de amor, no de intereses personales", como si alguien le estuviera preguntando cuánto hay pa’ eso.
Entonces, claro, vienen las sospechas: ¿Qué querrá decir eso de "compañeros en la lealtad a Chávez?" ¿En qué otro tipo de lealtades no serán tan compañeros, ah? Y ni hablar del gazapo que se le escapó a Cabello con el asuntito ese de los intereses personales.
¿Son amigos pero sólo en el terreno de los afectos, mas no en el de los intereses? Un enredo la cosa. Parecía una puesta en escena mal ensayada donde tuvieron que improvisar y, como suele ocurrir en estos casos si no se cuenta con el equipaje intelectual suficiente, no hubo ni un aplauso después del show.
Por supuesto, imposible ignorar que las muestras de amor mutuas se produjeron casi al día siguiente de que Adán Chávez publicara "Traición o Lealtad", una declaración de guerra dirigida a los Páez de ese Bolívar que cree resucitado en su hermano. La columna publicada en Aporrea, probablemente fue escrita desde La Habana donde, como todos sabemos, otros dos hermanos famosos llevan mas de 50 años deshojando la margarita de quién me quiere y quién no y luego, ante la más mínima sospecha, lo mandan a fusilar efectiva o moralmente, asunto que debe haber generado por estos lares un temor más o menos similar al que sintió el otrora canciller Pérez Roque cuando llegó el Comandante y mandó a pará, como decía la trova.
Pero lo más cómico del asunto es que los ahora amigos Jaua y Cabello no se percataron de que en su atribulado proceder por demostrar que están muy unidos y se quieren mucho, no están haciendo otra cosa que replicar la estrategia electoral de la MUD, lo cual, como bien saben los entendidos, es tremendo error porque significa que están siguiéndole los pasos a la agenda del ganador: "Ustedes están unidos... Nosotros también".
¿O será que como vieron la Cruz del Ávila encendida creyeron que estaban en Navidad y se pusieron a jugar al amigo secreto...?
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