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viernes, 3 de febrero de 2012

Diego Arria: “Esta es la situación más difícil que Venezuela ha tenido en su historia”

CARLOS FLORES | el siglo Carabobo
fotos | MAIKELL HERRERA

Diego Arria entrevistado por El Siglo
¡Es apenas un chamito!, lo veo nuevamente y lo repito: ¡es un chamito!, Oliver Blanco, jefe de campaña de Diego Arria está sentado en un cómodo sofá. Lo que yo imaginaba es que el jefe de la campaña, de alguien como Arria, sería un grupetín de analistas latinoamericanos egresados de Yale o Harvard pero, en lugar de un equipo importado, el otrora presidente del Consejo de Seguridad de la ONU, confió en la juventud venezolana y apostó por un puñado de chamos llenos de ganas y con la mente clara y abierta como el canal de Panamá. O sea, cero politiquería chimba.

La entrevista se realiza en la residencia del candidato. Caracas está húmeda y congestionada. El país convertido en una mutación de lo que alguna vez fue y el panorama político está urgido de cambios. Pero cambios radicales y positivos. Cambios que abran ese baúl donde está guardado el futuro cercano y lejano de Venezuela.

-Veo el estado actual de este país, que yo digo que ya no es Venezuela, sino otra cosa pero definitivamente no donde yo crecí, porque en esa Venezuela todo el mundo era amigo, adecos y copeyanos discutían en el día pero por la noche se echaban palos y todos felices. Esto cambió y el presente es otro, es lo opuesto. Usted ha pasado por todas estas Venezuela, ¿Qué piensa como venezolano, cuando en la noche, tranquilo, se pone a reflexionar sobre el país?
“Principalmente eso me elogia, me halaga. Precisamente mientras más tengas que ofrecer, más obligación tienes de hacerlo. El haber podido manejarme en situaciones muy complicadas en el mundo me permite tener cierto tipo de conocimiento, un respaldo, una visión. Pero eso no significa que Venezuela no sea una sociedad muy compleja, lo es y es así porque es un país donde ocurre el siguiente contraste: la naturaleza y el Señor han sido enteramente generosos... pero lamentablemente sus habitantes no han estado a la altura de sus recursos, ese balance no existe. Nunca imaginé que todo ese tránsito por el mundo, esas experiencias, que más bien me servían para ayudar a otras sociedades a reconciliarse, a recuperar la paz o a reencontrarse, un día me iban a forzar a participar en un proceso como el nuestro, donde yo veo claramente que están frente a nosotros circunstancias que nos pueden convertir en una pesadilla mucho más peligrosa que muchas de las que yo he visto.”

-Aunque la oposición podría decir que esto ya es una pesadilla...
“Yo siempre he dicho que el sueño nuestro no es sólo salir del señor Chávez. Él es una pesadilla. El sueño mío, que además veo compartido sobre todo por los jóvenes en Venezuela, es refundar a un país. Yo no veo en esto una oportunidad para simplemente llegar al poder, todo lo contrario. Hay que erradicar las causas y fundar un país.”

-Eso era lo que decía Chávez. “Pero él lo hizo al revés.”
-Basado en eso, la oposición dice que Chávez agarró este país, destruyó mucho de lo que había y no construyó nada, excepto odio, rencor y separación...
“La diferencia, es que él tenía como antecedente ser un golpista y un magnicida frustrado. Los venezolanos no pueden ni deben olvidar que el propio Chávez es el peor recuerdo de la cuarta República.”

-Pero el cuento eterno es que lo olvidamos, aquí no hay memoria.
“Es una costumbre que hemos monopolizado los venezolanos.”

-No, eso es una costumbre de los latinoamericanos...
“Pero él tiene un pasado, tiene un credencial de golpista y magnicida frustrado. Los venezolanos deben saber eso. Yo siempre estuve clarísimo en la vida que jamás iba a votar por él.

-En su trayectoria internacional, usted ha ido contra bichos malos de verdad, contra Grandes Ligas, los Súper Villanos. ¿Qué opina de Chávez en ese aspecto?
“Dentro de esa lista de súper villanos está Slobodan Milosevic, quien pensaba que a nivel internacional nunca le iban a poner la mano encima. Y diez años después, llegando un día a la Haya, entré a un tribunal y él estaba al fondo. Lo miré: “Te lo dije, te lo dije”, le repetí. Eso mismo lo voy a hacer ahora contra Radovan Karadzic, que era su equivalente Serbio y también lo haré con el general Ratko Mladic, genocida responsable de la masacre de Srebrenica, a donde fui con un grupo de periodistas internacionales. Fue la primera misión de las Naciones Unidas en un escenario de guerra. Al llegar pensé: estamos presenciando un genocidio en cámara lenta. La Guardia Nacional no reaccionó en ese país y una tarde, un año más tarde, asesinaron a ocho mil personas, incluyendo niños. Ese fue el primer genocidio después de la Segunda Guerra Mundial. Eso te dice que la justicia internacional va a llegar... Sí, son Súper Villanos, como tú los llamas, pero al final la justicia internacional los va a agarrar.”

-Sí, son bichos muy malos. Ahora, no me explico por qué usted quiere enfrentarse con todos estos Súper Villanos, ¿Por qué alguien quiere meterse en semejante paquete?
“Yo estuve reflexionando con un amigo, un director del estudios latinoamericanos, hablábamos de eso y me dijo: Pero fíjate que tu carrera por el tema de los derechos humanos empezó mucho antes de que existieran las Naciones Unidas. Y es así, porque cuando yo era gobernador de Caracas, me fui a liberar y negociar con el señor Pinochet la entrega de Orlando Letelier, que era padrino de mi hija.”

-Y después lo mataron, lo mandaron a matar
“Pero me lo traje, negocié. Después tuve a cinco ministros de Allende en Venezuela, no porque yo era socialista, sino que los derechos humanos no tienen colores, estaban presos en la isla Dawson. Luego tuve a Napoleón Duarte, que era expresidente de El Salvador, tuve a Tomás Eloy Martínez, que era perseguido por la Junta Militar Argentina, yo he tenido un conjunto de protegidos en Venezuela. Porque Venezuela era así, un país que protegía a los que necesitaban de ayuda tras ser perseguidos por tiranos. Cuando murió Carlos Andrés Pérez, yo le pedí al presidente Ricardo Lagos que le enviara una nota para el funeral, porque yo iba a hablar en el funeral y el mandó una nota que decía: ‘Hizo a Venezuela un santuario de las mejores causas de América Latina’. Así era Venezuela. Pero hoy se ha convertido en un santuario de las peores mafias y cúpulas que el continente jamás ha visto.”

-¿Cómo era usted de muchacho? ¿Era así, el tipo bueno?, ¿o antes era el muchacho malo que golpea a los demás; de repente usted era el bravucón y éste es un karma que está pagando?, o siempre fue el que defendía a la gente.
“Yo era buen muchacho, sigo siéndolo. No tengo problema en reconocerlo.”

-Mucha gente dice que Venezuela necesita un tipo duro, que venga y le diga a la gente lo que quiere oír, o sea, otro encantador de serpientes, ¿Necesitamos un niño bueno o necesitamos un encantador de serpientes?
“No necesitas un niño, necesitas tener un hombre que tenga la capacidad de ver las cosas claramente, que tenga la voluntad, conocimiento, y que al mismo tiempo tenga la capacidad de hacer interactuar a distintos grupos de la población, que no tenga un sentido racista ni de retaliación. Yo no tengo un pizca de odio en mi cuerpo.”

-Chávez no le ha confrontado a usted. Creo que es el candidato con el que menos se ha metido...
“Fíjate una cosa, ¿Quién se ha enfrentado a Chávez de una manera más directa y fuerte que yo? Nadie, le he dicho que es un ladrón, lo denuncié en la Haya. Él nunca se ha atrevido a ridiculizarme como tal. Él sabe que conmigo la cosa no es en juego, y que así como he lidiado con peores que él, sé perfectamente cómo lidiar con él. Y el venezolano tendrá que decidir si quiere un gobernante capaz para el país y así derrotar a este señor, eso va a ser un elemento muy importante.”

-¿Cómo se combate políticamente contra un político tan carismático como Chávez?
“Yo creo que creando opciones, no creo que haya que combatirlo en su mismo terreno.”

-Vamos a imaginar que usted gana la presidencia...
“Sería magnífico eso.”

-Digamos llegan las elecciones, suponiendo que usted quedó como candidato de la MUD, gana la presidencia y el señor Chávez dice que no entrega porque hubo fraude, ¿qué haría usted bajo ese panorama?
“Lo primero es que hay que organizarse para prevenir que eso suceda. No le puedes dar el menor chance, ni que le pase por la cabeza intentar un comportamiento de ese tipo. Cómo se evita eso, pues yo he estado trabajando en un proceso con gente para que llegado el momento eso no ocurra. Te puedo garantizar que sé cómo manejar eso. Para él llegar a eso debería tener una Fuerza Armada unificada detrás de él. Pero la Fuerza Armada no será capaz de hacer algo de esa naturaleza. Yo tengo la más absoluta confianza en los cuadros medios de las Fuerzas Armadas: Capitanes, mayores, tenientes coroneles y hasta coroneles. En una situación así, yo sustituiría a la cúpula militar por los oficiales medios, lo cual significaría la apertura de la pirámide mixta. Con respecto a esos militares, ¿por qué confío en ellos? Porque no aceptan el tutelaje de la dictadura cubana comunista que nos tiene controlados. No son indiferentes. Nosotros no podremos salir de esto sin las Fuerzas Armadas, porque ¿quién va a controlar a los grupos armados, paramilitares, estos grupos violentos que son amparados por el gobierno?, ¿Cuantos cubanos son violentos? No lo sé, pero habrá muchos, e iraníes también. Mira, ésta es la situación más difícil que Venezuela ha tenido en su historia. No conozco ningún país latinoamericano que lo haya vivido. Será un proceso muy, muy duro.”

-¿Y por qué alguien querría meterse en este paquete de querer ser presidente? Yo saldría corriendo, ¿usted se da cuenta de todo el paquetón que tenemos aquí?, es para volverse loco, tratar de mejorar eso es inimaginable...
“Yo he hablado en todas las universidades del país. Me dirijo a los jóvenes, que es una manera de interactuar con el futuro, y siempre les digo: Todo lo que yo soy, se lo debo a mi país. Porque todos esos cargos me los daban no porque me llamaba Diego Arria, sino porque representaba a Venezuela. Y yo sí siento que tengo una deuda con el país. Cuando veo a Chávez hablar que su futuro no lo verá él, ni sus hijas o sus nietos, yo tengo mis hijas de catorce años, Camila y Manuela, y quiero que el progreso mis hijas lo vean, no los hijos de ellas, ni los nietos. En Venezuela hay una evasión del presente. Todo el mundo habla de futuro.”

-Sí, hasta hace poco sentíamos que éramos el presente pero ahora se regresó al mismo cuento de antes, que la juventud es el futuro...
“Yo le digo a los jóvenes que no se dejen hacer eso. Porque es ahora que están construyendo o destruyendo su futuro.”

-O sea que usted está mil por ciento seguro de que es la mejor opción electoral...
“Aquí todo el mundo dice que está preparado para cualquier cosa. Pero en estas circunstancias yo estoy mejor preparado que ellos. No estoy perfectamente preparado, porque no lo sé todo, de todas formas, ¿quién lo sabe? Pero aquello que no sé, sé con quién consultarlo aquí o en cualquier lugar y eso no me quita humildad. Eso es realismo. Yo sé perfectamente con lo que estamos lidiando.”

-¿Cómo arrancaría esto de construir un país... otra vez?
“Para mí arranca con una constituyente. Si nosotros no convocamos una constituyente para remover los poderes que quedan. Quiero poner en la calle o en otro lugar que no sea la calle a estos 23 miembros del Tribunal Supremo, a la Fiscal, al Contralor, a todo el poder moral y los miembros de la Asamblea; te digo que sin los jueces, sin la complicidad de la Fiscalía no se pueden haber cometido todos los delitos que se han cometido en Venezuela. Ese es el propósito fundamental de una reforma, una consulta popular. Por eso es que yo no ando prometiendo que voy a hacer un millón de casas porque esas son ‘obligaciones del jefe de Estado o que voy a construir autopistas, todas esas son obligaciones del Jefe de Estado. Es lo normal, lo mínimo que debe hacer. Pero aquí se han convertido las obligaciones en algo extraordinario.”

-Desde el momento en que llega Chávez al poder, ¿cuándo le pasa a usted por la cabeza, por primera vez que quiere sustituirlo, y que quiere ser el próximo presidente de Venezuela?
“Mira te diré algo que nunca he contado: el 4 de febrero yo tenía un día de haber llegado de las Naciones Unidas porque tenía una reunión con el Presidente Pérez. Entré con él caminando hacia los soldados de Chávez que estaban en la avenida Urdaneta frente a Miraflores, pasamos encima de ellos, los tenían bocabajo, tirados y desarmados. Cuando entramos al despacho, estaban limpiando la sangre de un teniente que mandó Chávez para liquidar al presidente Pérez con una ametralladora. Le habían disparado a todas las ventanas de la oficina de Pérez. A este teniente lo matan los guardias personales del Presidente, ahí conocí yo quién era Hugo Chávez. Por cierto un delito que está escrito y por el cual nunca ha sido juzgado. Su primer intento no sobre magnicidio, sino el primer intento de matar a toda una familia presidencial. Eso jamás ha pasado en la historia. El presidente Pérez quería que yo fuese uno de sus ministro pero yo no quería. Yo vine en 2004, era secretario asistente de las Naciones Unidas en este momento, pedí permiso, vine como voluntario de Súmate para participar en el proceso de encuestas. En el 2006 volví otra vez y pasé seis meses en Venezuela. Es cuando comienzo a ver que la descomposición del país estaba acelerándose y noté que no había ninguna persona en el panorama que tuviese los recursos para enfrentar una situación como ésta.”

-Así que como vio que nadie estaba al nivel de ser Presidente de Venezuela...
“Te confieso que si lo hubiese visto no habría participado. Por eso cuando presenté mi candidatura dije que no habían candidatos pequeños o grandes. Fui candidato una vez, era joven, tenía 39 años, el arrastre de los partidos era muy fuerte, tenían 90% de la gente, hoy los partidos son el 15%, apenas un cuarto lugar.”

-Pero usted estaba casi ido del país...
“Hubo una serie de circunstancias. Cuando a mí me quitan las fincas, yo lo enfrento. Y me di cuenta que había una moneda de baja circulación que era ‘plantarse’ y eso había tenido un efecto muy importante en la opinión pública. Entonces en esos días me entrevistó Patricia Janiot y me dijo: ‘¿es que usted cree que puede llegar a ser candidato a presidente?’ Y yo le dije: ‘él me montó al ring y no me voy a bajar’. En el boxeo se estila que si tú no contestas entonces paran la pelea. Pero no voy a parar esta pelea. Desde ese entonces empecé a viajar por el país, pero sin ninguna obsesión y sigo sin la misma obsesión, no tengo un hambre por llegar a un puesto. Yo he tenido todos los puestos en mi país.”

-Menos ese...
“Menos ese.”

-Antes necesitábamos a un Presidente que supiera manejar el dinero con inteligencia y sentido común...
“Antes eran problemas gerenciales. Pero ahora ha cambiado todo porque la interacción de Venezuela con el mundo es muy distinta. En aquella oportunidad se podía ser un presidente parroquial, local y no pasaba nada. Pero ahora, quiéranlo o no, estamos en las Grandes Ligas al máximo, para eso tienes que tener un inventario de experiencias y conocimiento que te coloquen a ese nivel.”

-Recientemente estuve conversando con varios profesores universitarios y todos coincidían en que usted debería ser presidente, pero también decían que el problema era que usted no va a ganar. Esa es la mentalidad del venezolano, de apostar al ganador sin importar lo que pase, sin importar el criterio personal, ¿Cómo se puede convencer a la gente?
“El diagnóstico es correcto, en su percepción, hay un colaborador nuestro que dice que si todos los que dicen eso, que Arria puede ser el mejor para presidente, votaran por él, seguramente arrasaría. Yo me estoy proponiendo como un gobernante, no como un alcalde o como un gobernador, ni como un candidato, esa es la diferencia. Yo veo en este proceso que hay planteamientos de alcaldes, planteamientos de gobernadores pero no hay planteamientos de estadistas. La diferencia es que el estadista piensa en el futuro, en cómo resolver los problemas que tienen adelante y en asumir las responsabilidades que toma en el presente para asegurar cosas de esta manera. Yo soy optimista.”

-Bueno Recuerdo cuando Irene estaba de primera en las encuestas, porque era la que iba tener un país bonito y qué sé yo, y al final en vez de ganar la belleza ganó Chávez....
“En aquella oportunidad yo le comenté: Tú sabes Irene, yo tenía 39 cuando fui candidato, y había sido diputado, gobernador de Caracas, presidente de municipios autónomos y de noche me acostaba y me decía que no estaba preparado para eso. Ella me miró y me dijo: ‘Yo sí.’ Pero era Chacao, es muy distinto hacer Chacao que hacer el país. Tal vez la gente se cree un microclima y con ese microclima se empuja como una burbuja, ése es el problema. Al mes ella colapsó, aquí pasará exactamente eso.”

-Si Diego Arria no gana, ¿cuál cree usted que es el escenario que se presentará para Venezuela? 
“Hoy día, veo que se está abriendo una grieta entre la unidad partidista y la unidad nacional, cuando la unidad partidista coincide con el interés nacional es muy positivo, pero cuando no es así, el que sufre generalmente es el venezolano. Yo estoy muy preocupado y se debe tener claro si aquí vamos a defender el interés nacional o vamos a defender intereses que le acomoden o le convengan en un momento dado a la oposición. Noto una coexistencia con el régimen actual, de hecho la oposición actualmente forma parte del régimen, es como las víctimas que les pegan, se acostumbran y el abusador se acostumbra a ser más duro, en ese proceso de acomodo resignación y sumisión.”

-Pero usted es oposición...
“Yo no soy de oposición, tengo una posición que es una cosa muy distinta. Cuando tú te llamas oposición, te auto parcelas y es un problema entre los venezolanos. Yo veo con profunda preocupación la existencia de ese deslizamiento a una coexistencia por el hecho de querer ganar todo con ansia o apetito. Lleguemos y luego vemos, eso me tiene muy alarmado, porque quiero un país distinto, quiero un país con otros valores. Porque en la cima... el hecho de llegar por llegar, en mi experiencia no tendría mayor profundidad, no importa que llegara o no, pero si es posible hacer otro país, vale la pena.”

-Está pintando la cosa muy oscura...
“Si gano las elecciones, por ejemplo, habrá una revolución, porque significaría que las fuerzas independientes del país han reflexionado y han hecho una transición. Si no gano, seguiré haciendo todo en lo que estoy involucrado. Pero en realidad yo no puedo perder, puede que no gane pero no voy a perder, porque todo lo sea es para ayudar a nuestro país es un triunfo. Pero jamás podré formar parte de una opción que no defienda esos principios o que piense que la impunidad es permisible en una sociedad que busca labrar su futuro.”

Finalizada la entrevista, Arria busca un librito que publicó hace tantos años que, en la foto de la portada, su cabellera luce negrita. Me lee un fragmento. Habla de lo que lo espera que no ocurra en Venezuela... tengo un Déjà vu... lo que publicó en ese entonces es, básicamente, todo lo que está pasando ahorita. En ese momento Diego Arria sabía perfectamente de qué va pavimentado el camino al fracaso de un país.

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