foto | ENRIQUE SILVA
Monseñor Julio Salas, párroco de la iglesia matriz de La Victoria |
El párroco de la iglesia matriz de La Victoria, monseñor Julio Salas, destacó que 2012 debe ser un año de exigencia personal. Los seres humanos deben asumir una actitud orientada a unir a las familias, a los compatriotas y renovar los valores dentro del hogar.
“Antes de pedir cosas materiales, un carro o ganarse la lotería, hay que pedir porque se acabe la violencia en las calles. Es preocupante ver cómo niños, hombres y mujeres, decenas de inocentes, son víctimas de todo tipo de crímenes”, manifestó Salas.
“Este incremento de la violencia -prosiguió- no nos lleva a nada bueno. Nos lleva a la perdición, a un abismo de oscuridad. Pero si vemos hacia los lados nos encontramos que en Dios hay el amor y la prosperidad que todos deseamos”.
“Deberíamos trabajar para eso. La palabra del Señor nos exhorta a ser constructores de la paz empezando por nosotros mismos y nuestros hogares. A medida que el ser humano mejore como ‘materia prima’, que cultive la armonía interna, comenzarán a desaparecer los rasgos de la violencia que tanto daño hace a los hijos de Dios que no somos más que los seres humanos. Mi mensaje en víspera de Año Nuevo es de tolerancia y unidad entre los venezolanos para encontrar el camino de la paz”, comentó.
Por último, consideró que estas son cosas tan elementales en la vida de las personas y que se pueden encontrar en Dios. Él es ese camino por el cual es difícil transitar por las cosas malas de la vida pero en que debemos andar sin necesidad de llegar a faltarnos el respeto. Debemos hacerlo con humildad y sabiduría para darle paso al entendimiento y la aceptación del otro con todas sus diferencias.
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