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domingo, 13 de noviembre de 2011

Responden por mi vida

El forense que avaló los informes médicos presentados por Henry Vivas, alertó que de no ser abordadas a tiempo las afecciones, pueden conducir a consecuencias irreversibles o fatales. Por Francisco Olivares

¡Confíe en Dios! Fue una de las expresiones que se escuchó en el tribunal de Maracay cuando el comisario Henry Vivas fue presentado para escuchar la sentencia que le negó la medida humanitaria | VICENTE CORREALE

EL UNIVERSAL
domingo 13 de noviembre de 2011 12:00 AM

Cuando el comisario Henry Vivas, flanqueado por varios funcionarios, arribó al tribunal de Ejecución de Maracay, todavía guardaba grandes esperanzas de salir en libertad. A su paso recibía toda clase de mensajes solidarios de la gente humilde que día a día acude a los tribunales para acompañar a algún familiar detenido o que está siendo procesado: ¡Tranquilo comisario ya vamos a salir de esto! le gritaba alguno. ¡Adelante comisario estamos rezando por usted, confíe en Dios! Lo alentaba una señora que se encontraba en la sala de audiencia. Aún teniendo que disimular, alguaciles, secretarios o personal de limpieza, le hacían guiños de solidaridad mientras se disponía lo necesario para la comparecencia.

La sentencia no pudo ser peor: "Negativa de medida humanitaria". No bastaron las 18 patologías que sufre el comisario de 61 años de edad, condenado a 30 años de prisión y quien, por varios de sus padecimientos, debe dormir con un brazo amarrado para no caerse y mantenerse sentado, ante el temor de morir ahogado.

La juez Marlene Mendoza, al negar la medida humanitaria que había sido solicitada por la defensa, señaló en su escrito: "En el caso que nos ocupa, es evidente que estas circunstancias de grave o terminal no están presentes en las condiciones de salud del penado Henry Jesús Vivas Hernández, ya que la declaración del médico forense, en audiencia especial, fue muy clara al manifestar al tribunal lo siguiente: El término de estas patologías (tumor de cuerdas vocales y laringeo, esófago de Barrett y poliposis intestinal) son premalignas, las cuales como lo dije anteriormente, para evitar la evolución tórpida de las mimas y convertirse en patologías graves, deben ser intervenidas quirúrgicamente y estudiadas por biopsias para saber a qué nos enfrentamos, es todo." Seguidamente exhortó al penado Vivas, "a que consigne informe médico actualizado una vez al mes, con objeto de constatar la evolución de su estado de salud". Así la juez suplente expuso en sus conclusiones, que: "considerando que no estamos ante una enfermedad en estado terminal, es por lo que este juzgado de Primera Instancia del Circuito Judicial del estado Aragua, en función de Ejecución, administrando justicia en nombre de la Ley, niega al penado Henry Vivas, la medida humanitaria".

Ante esta decisión Vivas, con la piel muy amarilla por siete años sin recibir el sol, tomó la palabra y le dijo a la juez que lo estaba condenando definitivamente a la pena de muerte. Que si no era suficiente para su tribunal que se estuviera quedando ciego y sordo: "¿No es grave ciudadana juez que yo salga de aquí sordo, ciego y mudo porque tengo un tumor en las cuerdas vocales, o muerto? increpó Vivas. "Usted es responsable por mi vida, usted y la fiscal Nadia Pereira. Yo quiero que mis abogados vayan después contra ustedes por lo que me pueda pasar, porque esta es una condena a muerte". De esa manera concluyó la sesión y otro capítulo más en la vida de prisionero de este sentenciado que comparte la prisión con otros 9 policías a quienes culparon por dos muertes durante la jornada de protesta del 11 de abril de 2002.

El exhorto de Hugo Chávez

Antes de julio de 2011, pocos abogados intentaban conseguir medidas humanitarias a favor de sentenciados por problemas de salud. Algunas solicitudes tardaban hasta un año para ser respondidas. Morirse en la cárcel por alguna enfermedad no ha sido una novedad en Venezuela, tal vez un mal menor, en medio de una violencia que deja miles de muertos cada año.

Pero esa indiferencia tuvo un cambio significativo desde el momento en que el Presidente fue notificado por Fidel Castro, que padecía de un tumor maligno y tuvo que ser intervenido en dos ocasiones. Chávez habría comprendido que como él, cientos de penados estaban sufriendo enfermedades graves o terminales en las cárceles del país, sin la posibilidad de recibir el tratamiento adecuado.

Así pues el presidente Chávez, rodeado por equipos médicos del más alto nivel a los que llamó: "Mi estado mayor médico" y asistido por las mejores tecnologías adquiridas para la ocasión, según sus propias palabras, emitió un pronunciamiento que puso a correr a todo el Poder Judicial.

"Yo no soy el dictador que da órdenes a los demás poderes (... ) pero sí me atrevo a hacer un exhorto al Poder Judicial para que a estas personas, independiente de quiénes sean y de sus opiniones, que se ha demostrado que de verdad tienen dolencias graves, se les dé algún recurso, algún beneficio, una medida cautelar, a lo mejor ir a su casa, con su familia y que además tengan todo el tratamiento médico que necesitan".

El país siempre fue testigo de órdenes públicas, emitidas por Chávez en distintas situaciones al Poder Judicial. La más emblemática y cuestionada internacionalmente fue cuando ordenó 30 años de prisión para la juez María Lourdes Afiuni, luego de una medida de su tribunal que iba en contra del los intereses del Presidente. En esta ocasión, por tratarse de una medida humanitaria, nadie puso objeción, dada lo justo de la orden Presidencial, al tiempo que generó expectativas, especialmente en los casos de presos con tinte político.

Es así que la Defensoría del Pueblo, entre otros organismos, procedieron a identificar a todos aquellos procesados que habían solicitado permisos o introducido solicitudes para ser atendidos en centros hospitalarios debido a padecimientos graves.

Diez días después de la "orden presidencial", el 26 de julio de 2011, la Defensoría logró una lista de sentenciados de todo el país con padecimientos graves. En total resultaron 65 personas, ubicados en internados de todo el país. En total 57 hombres y 8 mujeres. Entre todos estos candidatos a recibir el beneficio se encontraban, Henry Vivas, Lázaro Forero y el sargento Julio Rodríguez, estos dos últimos excarcelados por medidas humanitarias. Y ahora está el caso de José Sánchez Montiel (Mazuco), aún esperando una medida humanitaria, quien tiene cáncer de próstata y el informe médico indica la necesidad de una "cirugía radical" y urgente. Los exámenes se le practicaron en el Hospital Militar. A Julio Rodríguez se le encontró también un cáncer de próstata en estado avanzado y desde hacía un año estaba solicitando que se le permitiera atenderse. Fue luego de la orden del Presidente, que finalmente pudo obtener su libertad para ser intervenido quirúrgicamente.

A partir de esa declaración muchos presos han tenido acceso a los servicios médicos.

Pero la medida humanitaria no es una dádiva que otorga el Poder Judicial, aclara la abogada Theresly Malavé, del equipo de defensa de Henry Vivas. Tal beneficio está contemplado en el Código Procesal Penal. El artículo 502 del código establece que: "Medida humanitaria. Procede la libertad condicional en caso de que el penado o penada padezca una enfermedad grave o en fase terminal, previo diagnóstico de un o una especialista, debidamente certificado o certificada por el médico forense o médica forense. Si el penado o penada recupera la salud, u obtiene una mejoría que lo permita, continuará el cumplimiento de la condena."

El artículo 503 señala: "Decisión. Recibida la solicitud a que se refiere el artículo anterior, el juez o jueza, de Ejecución, deberá notificar al Ministerio Público, y previa verificación del cumplimiento de los requisito señalados, resolverá en los posible, dentro de los tres días siguientes a la recepción del dictamen del médico forense."

18 enfermedades

El médico forense, Alfredo Martins, de la Coordinación Nacional de Ciencias Forense, quien avaló el informe médico de Henry Vivas, registra 18 afecciones que el especialista describió como múltiples patologías de las cuales tres tienen que ser manejadas quirúrgicamente de manera inmediata y así "evitar la malignización de dichas patologías". Señaló además el forense la necesidad de atacar todo el cuadro por un equipo multidisciplinario y así "poder dar prioridad a patologías, que si no son abordadas a tiempo, pueden conducir a consecuencias irreversibles o fatales".

Una de las más graves es un tumor localizado en las cuerdas vocales que está ocasionando lesión en la garganta. Ello requiere de una intervención quirúrgica urgente por la forma del tumor y poder realizar la biopsia posterior.

Presenta además pólipos en el colon por lo que lleva ya dos intervenciones no logrando recuperarse.

Presenta glaucoma en ambos ojos lo que indica una pérdida de visión irreversible. Se requiere tratamiento continuo para detener o retardar la ceguera.

Otro mal es el "Esófago de Barrett" que es una lesión pre-maligna, que hace que los ácidos del estómago se trasladen al esófago. Su incidencia en los últimos años ha desplazado al "carcinoma epidemide". Ello requiere de tratamiento continuo. Esos daños se complican con gastritis erosiva del antro, que denominan hemorrágica. Problemas de asma bronquial y problemas auditivos con diferentes lesiones que lo han llevado ya a perder 40% de la audición. El cuadro se completa con la"apnea del sueño" que lo obliga a dormir en posición vertical porque le da asfixia durante la noche, hipertensión arterial que requiere de estricto control permanente en prevención de un accidente cardiovascular.

Todo el conjunto de enfermedades, contraídas en los años de reclusión, señala Igor Hernández, quien además de abogado de la defensa, es médico gastroenterólogo, forman un cuadro de gravedad. La juez alegó que no es una enfermedad grave o terminal, pero el tiene, no una, sino varias condiciones que pueden ser consideradas graves. Un informe mensual no evitará que aparezca un cáncer de esófago, acota Hernández. Dice no entender la decisión de la juez que contravino lo señalado en el artículo 502 del COOP, que no solo se refiere a enfermedades terminales sino también "graves."

Durante la audiencia en la que se solicitó la medida humanitaria, indica Hernández, el médico forense ratificó que había certificado las enfermedades asentadas en el informe. Allí explicó que en las condiciones de reclusión en las que se encontraba Vivas, las enfermedades que padecía irían hacia la "malignidad".

Por su parte la Fiscalía planteó que se hicieran las diligencias pertinentes para las diversas intervenciones médicas, pero una vez practicadas, se devolviera al sitio de reclusión.

Dada las circunstancias de dependencia en que se encuentra el Poder Judicial y el carácter político del proceso contra su defendido, Theresly considera que la medida humanitaria está ahora, en manos del Presidente de la República".

Un preso necesario

El comisario Henry Vivas fue sentenciado a 30 años por la muerte de dos personas durante las protestas del 11 de abril. La defensa entonces demostró que esas dos personas murieron a manos de francotiradores y no por alguna de las armas de la Policía Metropolitana, de la cual Vivas era su director. Una de las pruebas fundamentales presentadas por la Fiscalía fueron las grabaciones de las transmisiones policiales. Pero, en medio del tiroteo, en ellas lo que se destacó fueron las advertencias de Vivas a quienes estaban bajo sus órdenes para que no dispararan. A pesar de fuego que venía de los activistas del oficialismo.

twitter: folivares10

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