Ocariz sostiene que mientras más obstáculos le ponen a Henrique Capriles en su carrera a la presidencia, más irresistible se hace su fuerza política | VICENTE CORREALE
ROBERTO GIUSTI | EL UNIVERSAL
domingo 13 de noviembre de 2011 12:00 AM
No se siente como discípulo de Enrique Mendoza pero reconoce que su carrera política se inició con el entonces Gobernador de Miranda, cargo al cual aspiran ambos, en la escenificación de un ritual que reproduce lo que en Psicología se conoce como el "complejo de Aristóteles". Pero la confrontación se sitúa bastante más allá de lo generacional y plantea un dilema cuya resolución resulta implacable, independientemente de quien logre imponerse.
-Te toca competir en las primarias con Enrique Mendoza, con quien, siendo gobernador, iniciaste tu carrera. ¿Cómo te lo tomas?
-Yo trabajé tres años con Mendoza hasta el 2000. Lo conozco bastante y lo admiro. Es un buen político a quien le gusta trabajar. Uno de los problemas de la Cuarta República es que no permitieron el surgimiento de las nuevas generaciones. Y eso impidió una renovación política. Eso afectó a los partidos, a las instituciones y a los liderazgos, porque a cualquier cabeza que se asomara le metían un machetazo.
-¿Refleja la candidatura de Mendoza esa actitud?
-No. Cuando empecé a trabajar con Mendoza yo era muy joven y él me ayudó. Se arriesgó. Pero han pasado muchos años. Mendoza demostró que fue un buen gobernador en su momento. Ahora vivimos otros tiempos y su momento ya pasó. Y eso lo digo con el mayor respeto. Yo lo aprecio y nunca diré nada malo de él. Entre otras razones porque todos somos necesarios y a partir del 13 de febrero más que nunca.
-¿Más allá del tema generacional, qué los diferencia?
-Miranda necesita, primero que todo, continuidad de la gestión de Henrique Capriles. Luego innovación y creatividad, como lo hemos venido haciendo en la Alcaldía de Sucre. Esta candidatura surgió de abajo hacia arriba. No estaba en mis planes, a corto plazo, pero de repente llegas a una encrucijada y debes tomar decisiones. Si yo hubiera sido egoísta me quedo aquí. Tengo alta popularidad y seguramente habría optado a la reelección por consenso.
-Pero también tienes un compromiso con tus electores de Sucre que no has cumplido totalmente.
-Yo no me voy de Sucre. Más bien vamos a expandir a Miranda lo que estamos haciendo aquí. Entonces es una buena noticia porque habrá continuidad en la gestión con quien venga después de mi.
-¿Estás seguro de que habrá continuidad administrativa en la Alcaldía?
-Totalmente. Hace tres años yo les pedí confianza a los vecinos de Sucre. Confianza en un proyecto para el Municipio. Ellos confiaron y en ese tiempo hemos logrado transformar el Municipio, aunque todavía falta y eso corresponderá a quien me suceda en el cargo.
-Te cambio de escenario. ¿Habrá continuidad en Miranda? ¿No es Mendoza un candidato poderoso?
-Que sea Mendoza el contrincante son cosas que pasan en la vida y en la política. Él no es mi enemigo ni mi adversario. Simplemente vamos a competir para una postulación. Él es importante y necesario, pero Miranda necesita modernidad, progreso, cambio, y los tiempos de ser gobernador ya le pasaron a Mendoza.
-¿No sientes que vas a cometer un parricidio?
-No. En absoluto. Para nada. Simplemente se van a exponer visiones, posturas. Las primarias son muy buenas porque le permiten al elector contrastar y escoger. Pero sí creo que esos errores de castrar liderazgos nacientes no deben repetirse. Si nosotros queremos progreso, debemos mirar haya el futuro, no al pasado.
-Ahora pasa todo lo contrarios. Las nuevas generaciones se están imponiendo.
-Pero nos ha costado mucho.
-Incluso, hay quienes piensan que los nuevos liderazgo, incluyendo a los precandidatos, no están aún maduros. Que todavía no han llegado al estadio de plenitud necesarios para asumir la conducción de un país.
-No lo comparto. Todos los precandidatos con opción (Henrique, Pablo, Leopoldo, María Corina) son personas que, pese a su juventud, tienen muchos años en esto. Fue duro el camino y hemos cometido errores, pero aprendimos. Maduramos y en ocasiones, a golpes. Pero por alguna razón ellos son los principales aspirantes en medio de tantos otros que también querían serlo. Los venezolanos estamos buscando una alternativa distinta, que nos lleve a la modernidad y no al pasado. Y eso también ocurre en Miranda.
-¿No fue un error unir la celebración de primarias para la candidatura presidencial con las de aspirantes a gobernadores y alcaldes?
-Lo más importante es el 7 de octubre. Lo demás es secundario. Incluyendo las gobernaciones. Aquí habrá un país si ganamos el 7. Pero habrá otro país si perdemos. No es una elección cualquiera.
-Es obvio que si Chávez o el candidato chavista gana el 7, tu elección como gobernador está comprometida.
-Más allá de eso, si Chávez gana sería la perpetuación del atraso, la exclusión y el retroceso. Si ganamos nosotros, será la modernidad, el progreso, los planes sociales, inversiones, generación de empleos. Pero hay ciertos factores que no están pensando en el 7 de octubre, sino en defender alcaldías o gobernaciones que si bien son importantes, pasan, necesariamente, por las elecciones presidenciales. Si todos consideraran a éstas como la prioridad, las primarias de alcaldes no habrían sido adelantadas, (año y medio antes de los comicios). Eso desvía el foco de las presidenciales y no fue la decisión más acertada.
-Ustedes hablan de maniobras que responden a agendas particulares. ¿No indican estos hechos que la unidad no es tan monolítica como se quiere hacer ver?
-Ya nosotros pasamos la página de las diferencias en la MUD. Pero las reglas de la unidad no impiden que digas lo que piensas. Se trata de un grupo heterogéneo y hay diferencias lógicas, lo cual no quiere decir que la unidad esté en peligro. Nosotros estamos comprometidos con la unidad ciento por ciento. Ese es el camino
-Ustedes han defendido la preeminencia de los principio y valores por sobre el pragmatismo. Pero el impasse surgido con Yván Olivares, ¿no indica lo contrario?
-Yván es un dirigente social y deportivo a quien aprecio y valoro. Ahora, esa fue una decisión que tomó el partido en Libertador. En todo caso, también habrá unas primarias. Y lo bonito del proceso unitario es que al final no deciden los partidos sino la gente con su voto. Y ya pasó la época en que la gente votaba por quien ordenaban los partidos. Por eso el 7 de octubre habrá un cambio.
-¿Sea quien sea el candidato de oposición?
-Yo creo que el cambio lo personaliza Henrique Capriles. El viene en una carrera ascendente sobre la base de sus logros. Tiene los atributos para gobernar sin exclusiones y la autoridad para dirigir al país en los próximos años. Y hagan lo que hagan eso es así. Hay gente que le pone obstáculos a los procesos históricos, pero la fuerza que viene de abajo hacia arriba es irresistible. Es como un huracán que adquiere mayor fuerza mientras más obstáculos le pongan. Cuando Chávez ganó pasó lo mismo y los mismos errores que cometieron con él, los está cometiendo ahora. En 1998 se separaron las elecciones y ahora él hace lo mismo. Pero el ciclo de Chávez se está cerrando porque viene uno nuevo con estos jóvenes liderados, pienso yo, por Henrique y la Venezuela que teníamos antes de Chávez no volverá. Lo que viene es una Venezuela mejor. Las propuestas de los precandidatos son para un país moderno y con progreso.
-Sin embargo, ustedes necesitan a los partidos que representan ese pasado.
-Todos somos necesarios.
-¿Pero no hay allí un desencuentro?
-Hay un debate de dos posturas. Está Pablo, apoyado por los partidos tradicionales (AD, Copei) y UNT. Y está Henrique, respaldado por PJ y partidos de izquierda. Pero eso se acaba el 12 de febrero. Los electores dirán cuál de las dos opciones es la mayoritaria. Y partir de ese momento todos trabajaremos por el ganador
-Entonces, ¿si gana Pablo, trabajarían ustedes por una vuelta al pasado?
-AD y Copei pueden ser partidos tradicionales, pero sus dirigentes están conscientes de que aquella época no volverá. Lo bonito es que quien pierda respetará los resultados y trabajará por el ganador. En el 2006 Julio Borges perdió en la encuesta con Manuel Rosales por un 4% y todos trabajamos por esa candidatura. Nosotros respetamos las reglas.
EL TICKET TRICOLOR
"Miranda, con un presidente amigo, que será Henrique Capriles, podrá convertirse en vanguardia del progreso popular. Será posible generar empleo en las zonas industriales de los Valles del Tuy, multiplicar el turismo y la agricultura en Barlovento, desarrollar el área de Guarenas- Guatire. También repetiremos la experiencia de la Policía de Sucre, la mejor pagada del país y con logros como la disminución de los homicidios en un 30%. Pero también le daremos continuidad a los programa desarrollados por Enrique. El Plan de Educación implementado en Miranda no lo tiene nadie en el país con un 60% de inversión. Lo mismo en salud. Trabajaremos para que nos devuelvan los hospitales, en un penoso estado de postración desde que pasaron a manos del gobierno central".
-¿No has descuidado a Sucre ocupado, como estás, con la candidatura?
-Mientras soy alcalde y candidato, sigo con mi foco en Sucre y dedico las tardes a visitar los municipios mirandinos. Estamos trabajando día y noche, sábados y domingos. Y esté donde esté mi corazón seguirá en Sucre, deseoso de cumplir con mis compromisos luego del voto de confianza que me han dado y que, espero, le den, a la persona que va a continuar al frente de la Alcaldía. En MIranda pensamos, por ejemplo, intensificar, expandir y multiplicar el tema del Presupuesto Participativo. Nosotros esperamos superar, con Henrique en la presidencia, las limitaciones a las que fue sometido él en materia presupuestaria. Tenemos, por otra parte, una propuesta unitaria de candidatos a alcalde porque trabajamos en equipo. Capriles en la presidencia, yo en la gobernación de Miranda y los 21 candidatos a alcaldes del Comando Tricolor. Entonces, si el elector quiere el cambio y el progreso, podrá votar por un ticket que trabajará junto con él en la solución de los problemas.
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