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martes, 24 de mayo de 2016

Ex ministros de Salud envían una carta a la OMS: en Venezuela hay una crisis humanitaria en desarrollo

Por Redacción Runrun.es
Fecha: 23/05/2016

Dra. Margaret Chan
Directora
Organización Mundial de la Salud
Ginebra.

Distinguida Dra. Chan.


Le escribimos esta carta en nuestra condición de ex ministros de salud de Venezuela para manifestarle nuestra preocupación por la creciente crisis humanitaria de salud que se desarrolla en nuestro país.

Venezuela: Crisis humanitaria de la salud en desarrollo

En Venezuela, el sistema de salud en los últimos 15 años, ha venido deteriorándose progresivamente. Hasta el punto en que en los actuales momentos no es capaz de atender las necesidades de salud de la población. La carga de enfermedades es compleja, Un volumen creciente de enfermedades no transmisibles, demandan cada vez más servicios de salud, hospitalización y cuidados de altos costos, mientras que las causas externas, derivadas de la violencia criminal y los accidentes, impacta al grupo de población joven, especialmente a los varones en etapa productiva. A la vez que, enfermedades transmisibles, prevenibles, mediante vacunas, o mediante eficientes programas de control de vectores, saneamiento ambiental, calidad del agua de consumo humano y educación para la salud, (que no se cumplen eficientemente), por lo que estas enfermedades han reaparecido y amenazan con la ampliación de las áreas de transmisión. Es el caso de la malaria y del dengue, entre otras. Así lo confirma el Informe Mundial de Malaria de 2015, (1) que sitúa a nuestro país, junto de Guyana, como uno de los dos países en el mundo en los que la incidencia de la enfermedad ha aumentado. Así como la mortalidad por esta enfermedad.

La pobre capacidad de respuesta del sistema de salud, para realizar la vigilancia y control de las enfermedades endémicas y epidémicas, se ha visto rebasada con la introducción reciente de enfermedades infecciosas emergentes, como chikungunya y zika, a las que se le ha dado respuesta insuficiente y tardía.(2)

Aumenta la debilidad del sistema de salud la falta de transparencia del gobierno nacional, que reiteradamente en los últimos 9 años, ha censurado la publicación de información epidemiológica, continua, periódica y completa. Esta conducta es contraria al derecho de las personas de acceder a fuentes de información sobre temas de interés general y priva a los profesionales de la salud, de una herramienta valiosa para el diagnóstico y conducción de casos clínicos y a la población general a reconocer factores de riesgo y como prevenir enfermarse. Esta conducta es un obstáculo para el ejercicio pleno y efectivo del derecho a la salud y contraria a la calidad del sistema sanitario.(3)

A la incapacidad del sistema de salud, para promover conductas saludables, garantizar la calidad del ambiente y la disponibilidad de agua en cantidad y calidad suficiente, se suma el deterioro de acceso y cobertura de los servicios de asistencia médica, severamente afectados, por el deterioro de su infraestructura, mantenimiento y actualización planificada de recursos técnicos y equipos, fallas agravadas de medicamentos e insumos, a lo que se agrega un grave déficit de personal de salud, altamente calificado, como consecuencia de la migración masiva de profesionales de la salud, impulsados por razones de inestabilidad política, social y económica. Estas carencias han afectado la red pública de hospitales y más recientemente a las clínicas y hospitales privados. Estos último no se dan abasto para atender un volumen creciente de consultas que no pueden ser atendidas en la red de servicios públicos.

Una inversión masiva de recursos financieros en el sector salud por parte del Gobierno Nacional, entre 2003 y 2015 llevó a crear un sistema paralelo de salud (Misión Barrio Adentro), esta inversión, carente de auditoría y controles, no ha sido eficiente para alcanzar la calidad de los servicios y ha sido incapaz de mejorar los indicadores de salud.

En los dos últimos años, como consecuencia de la crisis financiera del país, la falta de planes de contingencia y el poco interés del Gobierno Nacional para asegurar los recursos financieros necesarios para atender las necesidades básicas en salud de la población, ha producido una insolvencia comercial en el sector farmacéutico y de insumos y equipos médicos, cercana a 6.000 millones de dólares, que provocó el cierre del crédito con proveedores internacionales y explica porqué la carencia de medicamentos e insumos se ha acentuado; además, la capacidad de producción nacional de estos bienes es limitada y la gran mayoría de estos bienes deben ser importados. Venezuela es el país más vulnerable de América del Sur, respecto a los medicamentos esenciales. El desabastecimiento de estos medicamentos esenciales para atender la demanda de la población, ampliamente ha superado los niveles críticos y alcanza cerca del 80 % en el área metropolitana de Caracas. La carencia es mayor en el resto del país. La falta de respuesta y soluciones oportunas del Gobierno Nacional para atender con urgencia estas necesidades, está contribuyendo de manera decisiva a un mayor sufrimiento de la población, al empeoramiento y complicaciones de las enfermedades de todo tipo, al deterioro de la calidad de la vida y muertes, como consecuencia de la falta de disponibilidad de medicamentos, equipos esenciales y pérdida de la calidad de los actos médicos.

El pasado 26 de enero de 2016, La Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela, aprobó una Declaración en la que exhortó al Gobierno Nacional a garantizar los medicamentos e insumos esenciales, básicos, indispensables e imprescindibles, que deben ser accesibles en todo momento. (4) A la vez, a restablecer la publicación de información epidemiológica e invitó a las autoridades de salud a establecer reuniones de trabajo para buscar soluciones en conjunto con la industria farmacéutica y de insumos para la salud, las sociedades científicas médicas y farmacéuticas, los gremios de la salud y las organizaciones que representan a los pacientes. Además, la Asamblea Nacional invitó al Gobierno Nacional a reconocer la existencia de la crisis humanitaria de la salud, agravada por la escasez de divisas, e incapacidad del Gobierno a ofrecer soluciones y por negarse a aceptar iniciativas de apoyo y donaciones de diversas instituciones públicas y privadas, nacionales e internacionales, para activar los mecanismos de ayuda humanitaria internacional. Desde entonces, han transcurrido más de tres meses, sin que el Gobierno ofrezca respuestas y soluciones.

La Asamblea Nacional, aprobó el 21 de abril de 2016, la Ley Especial para atender la Crisis Humanitaria de la Salud, con el voto salvado de la bancada oficial, en un intento fallido de no reconocer el problema.

La crisis humanitaria de la salud en Venezuela acentuará el deterioro del derecho a la salud de las personas que viven en Venezuela, y empeorará los indicadores de salud, (Cuadro 1) ya deteriorados, como la mortalidad materna, la mortalidad neonatal, o la incidencia de enfermedades endémicas, o el acceso y cobertura a medicamentos y servicios esenciales. Así mismo abrirá más brechas para que Venezuela cumpla con los compromisos para el desarrollo sustentable de las Naciones Unidas.


La coexistencia de crisis de diversa naturaleza, en el país, tales como la derivadas del déficit de gobernabilidad, el déficit de libertades y respeto a los derechos humanos fundamentales, de inestabilidad política y social, de deterioro de las instituciones, de la escasez de alimentos balanceados, calidad del ambiente, la inseguridad, la inflación monetaria, sumados a la crisis del sector sanitario, de no ser atendidas en su conjunto, a tiempo, causará la re emergencia de enfermedades asociadas a la pobreza, con sus graves consecuencias para la salud de la población.

La magnitud de este reto, nos convoca a todos los venezolanos a promover un ¨Contrato Social¨, a participar, colaborar y trabajar, para conciliar posiciones y alcanzar acuerdos, en la medida de nuestras capacidad, a aportar soluciones y a comprometernos a contribuir entre todos, para re establecer el diálogo democrático en Venezuela y la gobernabilidad necesarias, para responder urgentemente a las necesidades de la población, tarea que puede ser facilitada con la colaboración y la ayuda de la comunidad internacional.

No hay tiempo que perder, se trata de un imperativo de consciencia y de solidaridad, garantizar los recursos para la salud de los habitantes de nuestro país.

Apreciamos su liderazgo en pronunciarse acerca del desarrollo de la crisis de salud en Venezuela y urgir a la Organización Mundial de la Salud, a atender la crisis en circunstancias que son muy difíciles para nuestro país.

Como los ministros de salud y los líderes de salud mundial se darán cita en Ginebra con motivo de la 68· Asamblea Mundial de la Salud, mucho le estimaremos que en sus palabras de apertura, usted alerte acerca de las fallas críticas para proveer medicinas y otros insumos esenciales y básicos para atender a la población.

Le anticipamos las gracias por la atención prestada a nuestra carta.

José Félix Oletta L, Ángel Rafael Orihuela, Pablo Pulido M, Carlos Walter V.
Ex ministros de Sanidad y Asistencia Social de Venezuela.

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