La actualidad política

Tal Cual

Estamos muy conscientes de las dos derrotas que acabamos de sufrir y de las consecuencias que ellas pueden tener para el entero futuro de nuestra sociedad. Nada más legítimo, entonces, que, ante las posibilidades de unas nuevas elecciones presidenciales

OSWALDO BARRETO

En la primera parte de esta Balanza de palabra (1-2-13), apenas si nos ocupamos de lo enunciado en su título para manifestar nuestra preocupación porque percibíamos que, ante los comicios municipales pautados definitivamente para el próximo 14 de julio, en el seno de la oposición, a pesar de de lo decisivos que pueden ser para el futuro de nuestra sociedad, nos situábamos literalmente a la sombra de las nuevas elecciones presidenciales que se avecinan, pues en la crisis política que vivimos en la actualidad todo lo vinculamos con las posibilidades de nuevas elecciones presidenciales.

A propósito de esa desafortunada coincidencia que queríamos resaltar en esta ocasión algunos aspectos de la relación entre municipio y política en los cuales, desafortunadamente también, no se nos ocurre pensar en este tan grave trance político-electoral que estamos viviendo. Estamos muy conscientes de las dos derrotas que acabamos de sufrir y de las consecuencias que ellas pueden tener para el entero futuro de nuestra sociedad.

Nada más legítimo, entonces, que, ante las posibilidades de unas nuevas elecciones presidenciales, no nos ocupemos sino de lo que puede hacer posible un resultado distinto. ¿Cómo podríamos, entonces, ante tan prioritaria exigencia, ocuparnos de asuntos de menor escala en lo que atañe a poderes públicos? Y quería recordar que, a pesar de esta aparente no hay en estos probables comicios presidenciales algo que pueda ser tan decisivo para la nueva elección de presidente que recordar lo que han sido las posiciones del presidente Chávez ante el municipio y sus poderes.

Ha sido Chávez quien rescató el poder del municipio y de sus actividades económicas, políticas y culturales, en la historia de Venezuela y, específicamente, en la aclimatación real en nuestro país de una democracia del pueblo, para el pueblo y por el pueblo. Art. 168 que asienta categóricamente que el municipio es la "Unidad política primaria de la organización nacional "y que en el art. 178 nos dice explícitamente cuales son esos poderes del municipio que lo convierten en unidad política primaria : autonomía en materia de organización territorial , patrimonio, arquitectura, vialidad urbana, salubridad, protección social, etc. etc.".

Ha sido Chávez quien con esta visión del municipio rescató lo que la Constitución de la provincia de Caracas reconocía como poderes del municipio, en reconocimiento de lo que habían sido los poderes de aquel Municipio Libertador del 19 de abril y el comienzo de nuestra independencia. Y este mismo Chávez quien, en abandono de esas posiciones nacionales y asumiendo una posición "revolución interna (de clases contra clases), contrapone a esos poderes del municipio, de los consejos municipales, los poderes de la Comuna y de los Consejos comunales.

Chávez nos ha dejado sin definirse plenamente sobre su propio proyecto o programa: velar por la soberanía y los intereses de todos (soberanía y liberación nacional) o cuidar tan sólo por intereses de una parte de la nación ( revolución interna). Héroe o mártir de toda la nación o héroe o mártir de una parte de ella. La historia comenzará a decirlo y precisamente con la posición que ante el municipio y su autonomía asuman desde el poder sus herederos de la actualidad.