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domingo, 3 de febrero de 2013

Prado: "Hay que sacar el dinero de las cárceles porque crea problemas"

"Los gobiernos regionales son los primeros interesados en que las cárceles cambien, porque así se aseguran que las personas que están dentro, no salgan peor de lo que entraron"

Para Prado la solución al drama carcelario se encuentra en la Constitución, la cual prevé la descentralización del sistema y la construcción de espacios adecuados OSWER DIAZ MIRELES

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NO ESPERA NADA EN CASO URIBANA


JUAN FRANCISCO ALONSO | EL UNIVERSAL
domingo 3 de febrero de 2013 12:00 AM 


869 presos han sido asesinados en las cárceles desde que en julio de 2011 el presidente Hugo Chávez creó el Ministerio de Servicios Penitenciarios y colocó al frente de él a Iris Varela. Ante este desolador balance Humberto Prado exige a la funcionaria y al Ejecutivo un giro, porque advierte que su política de "como vaya viniendo vamos viendo" lo único que va a dejar es más sangre.

Para el Director del Observatorio Venezolano de Prisiones el problema carcelario ciertamente es complejo y difícil, más no insuperable; y en entrevista con El Universal asegura que en buena medida la solución está desde hace 14 años esperando por su aplicación en la Constitución de 1999.

-¿Ante lo ocurrido en la cárcel de Uribana (Lara), que es la peor masacre ocurrida en una prisión desde 1994; y que en 2012 fallecieron más reos que en 2011, entonces se puede concluir que el Ministerio no ha servido?

-Los cargos no hacen a las personas, sino que las personas hacen a los cargos. La ministra Varela ha tenido en su mano lo que nadie ha tenido para cambiar las cárceles, lo que pasa es que cometió un gran error desde el principio, porque en lugar de rodearse de personas que saben del tema se rodeó de personas que no saben y que están aprendiendo. Ninguno de sus asesores o directores son conocidos en el mundo de los estudios carcelarios. Aquí comenzaron viendo qué es lo que hay qué hacer, en lugar de tener gente que está clara en que los problemas de las cárceles son cinco: El retardo procesal, el hacinamiento y falta de clasificación de la población reclusa, el ocio, las fallas en la infraestructura y la falta de personal capacitado para administrarlas.

-¿Vienen aplicando la técnica del ensayo y error?

-Sí, fíjate que al inicio del Gobierno el presidente Chávez unió los ministerios de Interior y de Justicia. En el despacho de Justicia estaba la Dirección de Prisiones y cuando se hizo la fusión se decidió darle a esta el nivel de General y la rebautizaron como Dirección General de Custodia y Rehabilitación del Recluso. Años después le volvieron a cambiar el nombre y la llamaron Dirección General de Servicios Penitenciarios; y por último crearon el Ministerio, pero nada de esto se ha traducido en una mejora porque no es una cuestión de nombres ni de estructura, sino de personas.

En materia carcelaria no se puede llegar a inventar o experimentar, porque lo que está en juego es la vida de una persona. Los presos ciertamente son personas que violaron la Ley, pero al llegar a la cárcel ya están pagando su infracción, pero en Venezuela además se les aplican penas accesorias como dormir en el piso, comer con la mano entre basura y estar 100 en un espacio diseñado para 25.

-Las autoridades sostienen que este es un problema de vieja data y que es muy difícil de resolver. ¿Esto tiene solución o no?

-Claro, tenemos la herramienta para transformar el sistema penitenciario. Una de las grandes fallas es que las autoridades no se han sentado con los gobiernos regionales para descentralizar el sistema, tal y como lo prevé el artículo 272 de la Constitución (...) Pero estamos en una situación donde no se cree en la descentralización y si eres de un color distinto al mío te dicen: A ver cómo resuelves, si no renuncia. Eso fue lo que le dijo la Ministra al gobernador de Lara (Henry Falcón), cuando él dijo que tenía más de 520 personas detenidas en la Comandancia de la Policía, la cual no es sitio de reclusión.

El mejor aliado que puede tener un ministerio es el Gobernador, porque él tiene toda una estructura que puede poner a su disposición para mejorar la situación de los reos.

-¿La Constitución es la herramienta de la que hablas? ¿Si se aplica cabalmente la Constitución se podría adecentar el sistema?

-Totalmente. La Constitución te da la salida este problema, la cual pasa por descentralizar las cárceles, por construir recintos con espacios para el trabajo, el estudio, el deporte y la recreación que serán gestionados por penitenciaristas profesionales e incluso privatizar alguno de ellos.

En Uribana, por ejemplo, había 2.400 presos y si se hubiera hecho un censo para determinar quiénes estudiaron y quiénes no, pues el Ministerio podría haberle pedido a la Gobernación educadores para que formaran a los reclusos. Lo mismo podría pasar en materia de deportes y salud. Y si se sentaran con la empresa privada podrían lograr que ella capacitara a los reclusos para ciertas actividades productivas, por las que se les pagaría mediante cuentas bancarias y así se podría evitar la circulación de dinero en las cárceles para eliminar, en al menos 70% el problema de la corrupción. Los gobiernos regionales son los primeros interesados en que las cárceles cambien, porque así se aseguran que las personas que están dentro de ellas no salgan peores de lo que entraron.

-Hablas de sacar el dinero de las cárceles. ¿Por qué habría que hacerlo?

-Porque con eso te sacas el problema de la corrupción. Si tienes dinero en la mano puedes comprar drogas, armas, espacios y a funcionarios, pero sin él es difícil que alguien te fíe cualquiera de esas cosas. En Colombia hicieron eso y los resultados han sido muy positivos, porque ha disminuido la corrupción y con ella la violencia que generan la posesión de armas y de drogas.

Nosotros le hemos presentado el modelo colombiano a las autoridades, porque sino quieren hablar con nosotros o con nadie en Venezuela, pues al menos que vean modelos de otros sitios que funcionan. Pero cuando hablo de modelos no me refiero al cubano, al boliviano ni al nicaragüense.

-¿Qué tiene de malo el modelo cubano?

-Si uno ingresa a una cárcel de La Habana como observador ves el miedo que tienen los presos en sus ojos. Te das cuenta que no se te quieren acercar ni que tú te les acerques para conversar sobre su situación.

-¿El colombiano sería el idóneo para ti?

-Sí, porque uno de los países a los que nos parecemos más es Colombia y eso lo ves cuando hablas con un preso, porque los presos colombianos y venezolanos utilizan términos similares y eso se debe a que en nuestras cárceles hay muchos colombianos. Colombia tiene un sistema interesante y se lo hemos expuesto a las autoridades, a las que les hemos preguntado: ¿Por qué no impulsan un programa de 0 dinero en las cárceles? Eso fue lo primero que hizo Colombia para reducir la violencia y allí hay más de 100 cárceles y 112 mil presos.

-Cada vez que hay un problema en las cárceles se le achaca la culpa al retardo procesal como si las cárceles funcionaran a las mil maravillas, como si no hubiera hacinamiento, ocio y armas o como si la comida y la atención médica estuvieran siempre aseguradas.

-Lamentablemente predomina la ignorancia en la gerencia penitenciaria y la incapacidad para atacar el problema estructural. El retardo procesal es uno de los grandes problemas y es el que más le preocupa al preso, a quien no le preocupa dormir en el piso o que le den palos, sino cómo está su causa y muchas veces te encuentras que incluso el preso quiere que lo sentencien cuanto antes, sin importar si es justo o no el proceso, para luego optar por algún beneficio. Sin embargo, el retardo no es el único problema y su solución depende de muchos factores, porque es un problema del Poder Judicial, del Ministerio Público, de la defensa y de la Asamblea. En particular me quiere detener en esta última, porque ella tiene que legislar para agilizar los procesos penales, pero lamentablemente las reformas hechas al Código Orgánico Procesal Penal (COPP) y al Código Penal lo que han hecho es endurecer las penas y complicar que la gente salga de la cárcel. Antes para optar por un beneficio un condenado debía cumplir un tercio de su condena, pero ahora tiene que cumplir la mitad.

-¿A tu juicio la reforma del COPP hecha por el Presidente servirá para solucionar el problema?

-Para nada. Se necesita uno nuevo para poner orden en el desorden que han creado.

-¿Es lógico que el Presidente haya colocado a Varela al frente del tema carcelario y que haya formado parte del equipo que reformó el COPP, cuando en 2005 ella impulsó otra reforma desde el Parlamento que incentivó el aumento de la tasa de encarcelamiento?

-Para nada, es una locura.

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