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miércoles, 30 de enero de 2013

Secuelas siguen a la vista a dos años de la explosión en Cavim (Fotos)

Temores siguen vigentes entre los vecinos afectados

El Periodiquito
Martes, 29 enero a las 20:03:19


Los habitantes de sectores aledaños a la compañía estatal de municiones todavía sienten que por muy poco pudieron perder la vida

Exigen explicaciones sobre el origen del incidente y piden que el almacén donde se generó el fuego sea retirado de la zona


Como si hubiese sido ayer, los miles de habitantes radicados en las adyacencias de la Compañía Anónima Venezolana de Industrias Militares (Cavim), no olvidan la fatídica madrugada del 30 de enero de 2011, fecha en que se produjo uno de los desastres más recordados por la memoria colectiva de los aragüeños.

La explosión del arsenal que se encontraba almacenado en dicha sede militar, se tradujo en el amanecer más atemorizante para los vecinos de nueve comunidades, y en horas de consternación para el resto de los habitantes de la región, que en ese momento sentían zozobra por lo que ocurría en la principal ciudad del estado.

Hoy la sensación de amenaza aún permanece a flor de piel entre los vecinos, quienes abogan por la pronta reubicación del arsenal, en cuyos alrededores han ido asentándose decenas de urbanismos y comunidades, que pudieran resultar afectadas si un nuevo episodio como el de aquel enero vuelve a producirse.

TEMOR VIGENTE

Nadie que no haya vivido en carne propia la explosión del arsenal, podría entender a plenitud el terror que supone para los habitantes de las comunidades cercanas a Cavim, escuchar la más mínima señal de una detonación. Gladys Pérez, quien reside en la vereda 22 del sector 5 de José Félix Ribas, señala que hasta los fosforitos y cohetes que se escucharon durante la pasada navidad, causaron sensación de pánico en su zona.

“No se nos olvida”, dijo la mujer, quien contó que en la madrugada del 30 de enero de 2011, huyó junto a toda su familia hacia el centro de Maracay, al percatarse de que el Cavim ardía en llamas. Ella considera que el polvorín debe ser reubicado. “Eso (el arsenal) ya no debería estar aquí, porque vive mucha gente cerca, y siempre es la comunidad la más perjudicada”.

RECURSOS PARA CONTINGENCIA

La Gobernación de Aragua contó con recursos para atender la emergencia. En febrero de 2011, el Consejo Legislativo Bolivariano del estado Aragua (Cleba) aprobó un crédito adicional de Bs. 20 millones. Aparte, en marzo de ese mismo año el presidente Chávez dispuso 141 millones, de los cuales los primeros 50 millones fueron aprobados por la Asamblea Nacional (AN) en abril.

Entre las atenciones que la gestión nacional y regional ofreció para el momento, fue la habilitación de refugios para albergar a aquellas personas, cuyas casas resultaron afectadas. También se inició la reparación de cientos de viviendas afectadas por la onda expansiva de la explosión, y las municiones que se dispararon. A estas alturas, muchos de los dueños de estas propiedades, aún reclaman que los daños que sufrieron sus inmuebles no fueron resarcidos.

LAS INVESTIGACIONES

A dos años del siniestro, aún el público no conoce el estatus ni los adelantos de la investigación sobre los hechos, la cual recayó en manos de la Fiscalía Militar, órgano de justicia que depende del Ministerio de la Defensa. Tampoco fue detallado lo que representó en pérdidas para los arsenales de la nación, el material bélico incendiado en Cavim.

PIDEN MUDANZA DE CAVIM

Los vecinos no apuestan a una convivencia llena de sobresaltos. Luego de la explosión en Cavim, muchos se plantearon la necesidad de que el arsenal no esté ubicado cerca de las zonas residenciales, que han ido creciendo con el pasar de los años en sus alrededores.

Encarnación de Peraza, quien reside en la vereda 25 del sector José Félix Ribas, califica como “peligroso” el hecho de tener a pocos metros de su casa un depósito de municiones. “Sentimos miedo, porque lo que pasó fue bastante fuerte y se nos quedó en la memoria”, asintió la vecina, que además abogó para que las autoridades nacionales consideren reubicar Cavim en otra zona.

No obstante, a estas alturas nadie pareciera estar realmente seguro de sí todavía existe material bélico almacenado en dicho polvorín. Luego del siniestro, el Jefe de Estado refirió que valoraba la posibilidad de desalojar por completo el terreno y destinarlo a la construcción de casas.

De acuerdo a datos oficiales, la superficie donde se encuentra Cavim cuenta con 340 hectáreas, en las cuales también está asentado un proyecto habitacional del gobierno conocido como El Arsenal.

CLAVES DE LA EXPLOSIÓN

*Habitantes de las zonas cercanas escucharon las primeras detonaciones entre las 3:00 y las 4:00 de la madrugada del 30 de enero de 2011
*Casi 10 mil personas radicadas en nueve comunidades aledañas iniciaron por su cuenta la evacuación que posteriormente fue canalizada por los organismos
*El saldo que dejó la explosión fue al menos 20 heridos y una mujer que resultó muerta al ser alcanzada por una esquirla
*El Gobierno de Aragua contabilizó 3.332 viviendas afectadas por la onda expansiva y las esquirlas que liberó la explosión
*Comisiones militares y de inteligencia recolectaron más de 30 artefactos explosivos que cayeron en las comunidades, sin contar las metrallas que se dispersaron
*En febrero de 2011, el exministro de Defensa, Carlos Mata Figueroa, afirmó que sólo 25% de las municiones almacenadas en Cavim se habían perdido en el incendio

EL ÚLTIMO DÍA DE EVELYN

La amenaza que supuso la explosión para todos los habitantes que viven en las adyacencias de Cavim, se tradujo en el último día de Evelyn Marrero, de 46 años, quien figuró como la única víctima mortal del incidente, al ser alcanzada por una esquirla mientras intentaba huir del lugar junto a su familia, con la que residía en la avenida número 1 del sector José Félix Ribas, una de las comunidades más cercanas al arsenal. Marrero era trabajadora de un canal estatal de televisión, que para ese entonces era conocido como Color TV.

APOYO LEGISLATIVO

El presidente del Consejo Legislativo Bolivariano de Aragua (Cleba), diputado Alberto Mora, ratificó que el apoyo hacia los vecinos afectados de parte de la instancia que representa, sigue vigente a dos años de la tragedia.

Agregó que el Parlamento servirá como ente canalizador de soluciones a todas aquellas personas que puedan comprobar que fueron afectadas por la explosión, y que sus necesidades no fueron cubiertas.

Mora aseguró que en aquel momento se materializó una amplia respuesta por parte de la gestión regional, y que aún existe esa disponibilidad por parte del nuevo gobierno que encabeza Tareck El Aissami en Aragua.

TESTIMONIOS

GLADYS PÉREZ (afectada): Lo que pasó es difícil de olvidar. Esa madrugada me tuve que ir corriendo de la casa, con mis hijos y nietos para salvarnos. Mi casa resultó dañada.

YARITZA RODRÍGUEZ (afectada): El piso y el techo de nuestra casa resultó dañado y aún esperamos respuestas del gobierno. Les pedimos que nos ayuden.

WILFERSON SALAS (afectado): Mis niños lloran por el miedo que les produce escuchar cualquier detonación. Algo como eso es difícil superar.

ENCARNACIÓN DE PERAZA:
Cavim debería ser mudado de donde está. Es un peligro para todas las comunidades y los vecinos que estamos cerca.

Así vivieron aquella madrugada los vecinos que huyeron de sus casas durante la explosión

Son muchos los vecinos que consideran conveniente la reubicación del arsenal de Cavim

Cientos de personas fueron desplazadas preventivamente hacia refugios que se habilitaron en aquel momento

José Luis Ramírez
Fotos Edgar Azuaje/Pablo Ramos


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La explosión que aterrorizó a Maracay
El Aragueño
30-01-2013
Eilyn C. Torres
eilyn.torres@elaragueno.com.ve


El domingo 30 de enero de 2011 lo recordarán para siempre todos los aragüeños, sobre todo, las miles de personas que habitan en zonas cercanas a la Compañía Anónima Venezolana de Industrias Militares (Cavim). Ese día el amanecer llegó antes que el Sol y muchos tuvieron que correr para salvar sus vidas.

Desde la madrugada, una situación, que aún hoy no está esclarecida, se produjo en dos de los galpones de la empresa de explosivos y pocos minutos bastaron para que el depósito, donde se guardan las municiones, sucumbiera ante las llamas.

A eso de las 4:30 de la madrugada de ese intenso domingo una primera explosión se escuchó en las zonas más cercanas. Muchos confundieron la detonación con la celebración de los fanáticos de la pelota, pero otros dos estallidos más fuertes, producidos a los pocos minutos y casi de manera continua, sacaron a los ciudadanos de su tranquilidad, quienes salieron de sus casas, muchos de ellos en pijamas, en la búsqueda de un lugar seguro.

Quienes vivieron en carne propia lo ocurrido ese día describen que posterior a la primera explosión, hacia la zona de Cavim, se observaba una intensa llamarada que cambió el color del cielo.

La tiniebla de la madrugada se vio sustituida de inmediato por un fuego que se propagaba a lo alto, flanqueado por enormes columnas de humo negro, parecido a un inmenso volcán que despertara luego de mucho tiempo dormido. De allí emanaban toda clase de municiones y explosivos de guerra que iban a dar a las calles y a las casas vecinas, produciendo cuantiosos daños.

Ante la amenaza de una explosión mayor que acabara con media ciudad, los pobladores empezaron a salir en bandada de sus casas profiriendo gritos por cada calle en la que pasaban. “¡Corran que está explotando Cavim!” era una frase común entre los que, a toda carrera, se esforzaban por salvar sus vidas.

Las patrullas de los cuerpos de rescate pasaban por cada calle desalojando a las personas y pidiéndoles que se alejaran lo más posible “A mí me dijeron que si podía me fuera más lejos de San Jacinto, porque si se producía la explosión más grande la onda expansiva llegaría hasta allá”, comentó Silvia Blanco, residente de Caña de Azúcar.

Las esquirlas de municiones y otras tantas aún sin estallar cayeron en casas y calles de las zonas circunvecinas. Los grupos antiexplosivos sacaban con cuidado las que no habían detonado y en las semanas siguientes las hicieron explotar a través de métodos controlados para tales fines.

Atención

Cuando ya despuntaban las 5:00 de la mañana, el Cuerpo de Bomberos, grupos voluntarios, Protección Civil, Policía regional y municipal, Emergencias 171 y demás cuerpos de rescate empezaron a reunir a los afectados en el Cuartel Páez, el Parque El Ejército y en el Coliseo de El Limón. Allí se colocaron refugios provisionales para atender personas heridas, dar comida, bebida y descanso por unas horas a quienes habían tenido que abandonar sus casas en la madrugada de manera intempestiva.

Pudo ser peor


De este hecho sólo se produjo una víctima que lamentar y otras tres personas heridas. Evelyn Marrero de 46 años, quien residía junto a sus hijos en el sector José Félix Ribas, perdió la vida de manera instantánea cuando en el intento de huir fue atravesada por la esquirla de un mortero.

Pese a la muerte de esta ciudadana aragüeña, los vecinos de las comunidades aledañas aseguran que para la magnitud de lo ocurrido la situación fue controlada rápidamente y los daños no fueron tan grandes como los que se habrían generado de haberse producido una explosión mayor.

Algunos de ellos atribuyen este hecho a la rápida respuesta de los cuerpos de seguridad, rescate y salvamento, mientras que otros creen que sólo una mano divina pudo intervenir para que la desgracia no fuera mayor. “Dios nos vio con ojos de piedad, porque si la explosión es más grande, habrían sido miles los muertos”, argumentó Cristina Zuleta, una amable viejecita que vive en una de las comunidades afectadas.

Aún y cuando de este escabroso suceso no se registró ninguna otra baja por causa de las municiones de guerra que salieron fuera del arsenal, con el paso del tiempo han aparecido algunas secuelas de estos hechos entre algunos de los vecinos de los sectores aledaños.

María Rincón, ambientalista y habitante del sector La Coromoto, asegura que posterior a las explosiones se generaron en las comunidades diversas enfermedades por efecto de la contaminación.

“Después de lo ocurrido a mi mamá le daba asma constantemente y le sobrevenían paros, por esa causa murió a los siete meses de los sucesos de Cavim”, dijo.

Otras dolencias, entre ellas las enfermedades nerviosas producto del estrés vivido esa madrugada, también se hicieron frecuentes entre los habitantes de la zona. La gente seguía presa de los nervios en los días siguientes cuando se produjeron las explosiones controladas.

Todavía hoy, después de dos años, los pobladores de El Recurso, Santa Rosa, La Coromoto, 23 de Enero, San Vicente, Caña de Azúcar y otras poblaciones cercanas a la empresa de municiones, sienten un “susto en el pecho” cuando se escuchan fuegos artificiales.

Siguen esperando

La explosión en los galpones de Cavim generó de inmediato la reacción de sectores que fustigaron la peligrosidad de un arsenal en medio de la ciudad. Innumerables fueron los grupos que pidieron se investigaran a fondo las causas que dieron origen al incendio, no obstante, a dos años del hecho aún no se sabe nada, ni siquiera se conoce a ciencia cierta si el hecho fue realmente investigado y los resultados de esa pesquisa.

Adicionalmente a esto, las esquirlas y morteros que cayeron indiscriminadamente por las calles de Maracay, cual si se tratara de una cruenta guerra, generaron daños que aún no han sido resarcidos, igualmente la onda expansiva de las detonaciones que se generaron partieron vidrios y abombaron las santamaría de los negocios, generando pérdidas y gastos que tuvieron que ser sufragados por los particulares. Pese al compromiso del gobierno regional en hacerse cargo de todo, fue poco lo que se vio.

Juan Moreno, uno de los afectados, expresó que en su casa cambiaron los techos pero que en el sector dejaron una hilera de materiales regados para otros afectados que nunca pusieron y se terminaron deteriorando. “Los trabajos que hicieron no fueron de la mejor calidad, muchos afectados han tenido que sacar de donde no tienen para reparar los daños”.

Cifras

* Centenares de esquirlas y explosivos quedaron esparcidos por las zonas afectadas.
* 6 mil personas evacuadas.
* 310 casas evaluadas.
* 140 familias indemnizadas.
* 84 viviendas con graves daños.
* 20 como mínimo, fueron las comunidades afectadas.
* 3 heridos.
* 1 persona muerta.

TESTIMONIOS: Una madrugada que no se olvida

MARÍA RINCÓN: “Ese día fue horrible, todos salimos corriendo despavoridos pensando que en cualquier momento podía ocurrir una desgracia. Hubo quienes salieron desnudos y en pijamas, otros con los perros y cosas en las manos, yo sólo recuerdo que quería poner a salvo a mi familia y alejarme de las explosiones tan fuertes para resguardar mi vida”.

JACK POLANCO: “Yo soy de San Vicente, que está cerca de Cavim, con las primeras explosiones pensé que eran las celebraciones del juego, pero al darme cuenta que no era eso me asusté mucho, agarré a mis dos hijos y salimos de la casa tal como estábamos sin buscar más nada, fui a tener hasta Brisas del Lago, me alejé lo más posible junto con ellos y mi esposa”.

VICKY GONZÁLEZ: “A mi familia la desperté yo porque venía llegando de una fiesta, enseguidita que escuché las primeras explosiones me di cuenta de que algo raro estaba pasando, cuando vi la humareda de verdad me asusté y los llamé a todos, cuando ya habíamos salido de la casa me acordé que el perro estaba en el patio y me regresé a buscarlo”

ALFONSO ROJAS: “Pensábamos que nos íbamos a morir, yo vivo con mi familia en el 23 de Enero y cuando escuchamos las explosiones salimos corriendo de la casa así cómo andábamos, no recuerdo haber corrido tan rápido antes, fue todo tan de repente que cuando vinimos a darnos cuenta ya estábamos en la encrucijada de Palo Negro”.

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