Sabemos a quién favorece la abstención que unos cuantos pregonan por ahí. Puede que por no manifestarse para defender los terrenos ganados el "premio" sea un futuro-sin-elecciones, donde ser hijo de mamá y de papá sea tan punible como votar
MARISA ITURRIZA
A demasiados niños de mi país no se les puede endilgar ese "insulto" porque la violencia se encarga de evitárselo matándole al padre o a ambos progenitores.
Quedan huérfanos pero libres del estigma denigrante. La participación activa de la delincuencia está garantizando que muchos de los huérfanos que produce ahora contribuirán en el futuro a la cosecha del huérfano actualizado, o sea al "hombre nuevo".
En las arengas oficialistas relativas a la elección del pasado 7 de octubre destacó la "advertencia" de El Candidato de que si no la ganaba lo que tendríamos sería una Guerra Civil de la cual emergería triunfador, apoyado por hordas que no dudarían (demostrado a manera de ensayo en algunas oportunidades) en defenderlo valerosamente del peligro que representa la oposición... desarmada.
De rodilla en tierra en adelante se nos habla de guerras, de enfrentamientos, de batallas, de la disposición de derramar hasta la última gota de sangre (de los demás) por la victoria de la causa, aunque aparte de más huérfanos que dejarían de ser "hijitos de mamá y de papá", solo sea para producir muertos, inválidos, amputados, tullidos, desquiciados e indigentes, quienes luego tendrían que agradecer si queda algo la limosna que les proporcione la nueva "misión" que se improvisaría al respecto, pagada con la satisfacción de poder presenciar nuevamente la gloriosa victoria del super-super-héroe.
Una "gloriosa victoria" apuntalada además por una oposición decepcionada porque no ganamos ese "round" ventajista que enfrentamos con mucho coraje, afirmando que, como perdimos, en diciembre no acudirán a elegir autoridades locales, beneficiando así a quien dicen oponerse.
No dejan de ser magallaneros si Magallanes no gana el campeonato. No, señor, vuelven a apostar por el equipo en la temporada siguiente y no dicen infantilmente: "ay, como perdimos, boto tierrita y no juego más". Evoco a Andrea de Ledezma enfrentando a Preston cuando los habitantes de Caracas huyeron ante la invasión y él solo, solito, salió a enfrentar a esa cuadrilla de piratas, quienes, reconociéndole su valor, le brindaron honores fúnebres después de ejecutar a ese real hombre que no se rindió.
Quienes no somos afines del "hasta la victoria siempre" de triunfadores como Hitler, Stalin, Hussein, Bin Laden o Ghadafi (QEPD todos) estamos con aquellos que pierden pero continúan enfrentándose a poderes enormes, como Gandhi, Martin Luther King, Mandela o Payá y otros, y miles de anónimos que "no se bajan los pantalones" al primer descalabro.
Sabemos a quién favorece la abstención que unos cuantos pregonan por ahí. Puede que por no manifestarse para defender los terrenos ganados el "premio" sea un futuro-sin-elecciones, donde ser hijo de mamá y de papá sea tan punible como votar. ¿Prohibirse manifestar la libertad de elegir nuestra opción, rendirnos antes de tiempo? Ya está mal que nos roben el voto, peor aún que lo regalemos. No hay que rendirse...
No hay comentarios:
Publicar un comentario