Yanes recuerda con alegría los grandes desfiles electorales que realizaban los partidos previo a las elecciones EDSAÚ OLIVARES
ANYIMAR COVA LUGO | EL UNIVERSAL
domingo 7 de octubre de 2012 12:00 AM
Cuando se le pregunta sobre la evolución de los procesos electorales en el siglo pasado, lo primero que deja claro el periodista Oscar Yanes es que fue el caudillo José "El Mocho" Hernández (aspirante a la presidencia en 1897) quien trajo de Estados Unidos a Venezuela muchas de las formas de hacer campaña y recaudar fondos que se aplican hoy.
Lo segundo es que la práctica electoral en 1947 -cuando se celebraron las primeras elecciones con voto libre, directo, secreto y universal- era una celebración nacional. "Las elecciones no fueron un problema político en sus comienzos sino una fiesta, porque se hacían grandes desfiles electorales con carros adornados con los colores de las tarjetas de los partidos que, sin disfraces, compitieron con las comparsas de Carnaval", rememora.
-¿Se hacían desfiles durante la campaña?
-Sí. Las campañas eran muy simples porque el desarrollo publicitario era modesto y lo que había era un despliegue moderado y mucha tomadera de pelo. Por ejemplo, salía una cuña y a los tres días estaba el adversario respondiendo con otra: X decía "Yo voy a dar dinero para mejorar el país" y entonces J contestaba "No creas en promesas que no tienen ni una puya". Era muy agradable, muy folclórico.
-¿De dónde salían los recursos para las campañas?
-En esa época se hacían colectas y rifas. Los sectores femeninos de los partidos organizaban tremendas rifas, verbenas y tómbolas para recoger plata, una de las cosas que copió "El Mocho" Hernández en su época. Eso ha desaparecido porque ahora parece que los partidos generan muchos recursos pero antes no era así.
-¿Dónde estaban los centros de votación más concurridos de la capital?
-En aquella época San Juan era la parroquia con más votantes por su característica popular. Otra que arrastraba mucho voto era la parroquia La Pastora.
-Una vez escogido el Presidente, ¿cómo se celebraba?
-La gente hacía lo que estaba acostumbrada a hacer en el béisbol. Una de las características del béisbol venezolano es que los adversarios se disparaban a muerte, pero esa gente que deportivamente defiende con las uñas a su equipo es la misma que, cuando termina el juego, sale a echarse palos en la esquina. El béisbol creó lo que se llama la fraternidad con el adversario y eso lo copió la política. Por eso las elecciones eran como un juego de pelota.
-¿Y en qué lugares se celebraban los resultados?
-En las plazas. En la Bolívar no porque era más aristocrática, pero las grandes celebraciones las hacía el pueblo en San Juan y en La Pastora. Duraban un día o dos pero los desfiles antes de las elecciones eran lo más importante.
-¿Cuál fue la primera elección en la que usted participó como votante?
-En la de Rómulo Gallegos (1947). Fue un verdadero espectáculo porque aquella generación no había votado nunca y estábamos emocionadísimos. También se decían las cosas más locas y curiosas. Por ejemplo, para desacreditar a Acción Democrática se decía que había que tener mucho cuidado porque "votar blanco" era votar nulo y eso creó mucha confusión en la gente más humilde.
-En esa elección se incorporó el voto femenino, ¿cómo participó la mujer?
-En las primeras elecciones muy tímidamente, pues la mujer siempre es muy desconfiada. Nunca había votado pero decía que iban a hacer trampa. Luego se incorporó seriamente porque había una entidad llamada Agrupación Cultural Femenina que era prácticamente un partido de la mujer, aunque su naturaleza era más cultural.
-¿De los presidentes el más pintoresco cuál fue?
-No digamos que el más pintoresco sino el más singular fue Luis Herrera por sus refranes, por su actitud ante la gente. Yo recuerdo que en un mitin en Valencia llegó 45 minutos tarde y Miguel Bello, un dirigente copeyano muy famoso, cuando llegó Luis Herrera le dijo: "Chico, pero fíjate en el reloj". Y él con la mayor tranquilidad del mundo le puso la mano en la espalda y le dijo: "No me regañes porque me pones nervioso y entonces no puedo hablar".
-Antes se hablaba de la época de la guanábana, ¿qué fruta se tiene ahora?
-Ninguna. La fruta desapareció como símbolo de la política venezolana. Pensándolo aquí, yo creo que la fruta que debería resucitar es el mango, porque el que pisa una concha de mango, de todas todas, se fractura. (risas)
acova@eluniversal.com
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