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domingo, 21 de octubre de 2012

Gobierno tenía un guión

ELIZABETH ARAUJO/ FOTO CRISTIAN HERNÁNDEZ - Tal Cual

Coordinador de la comisión que analizará sin apasionamiento, pero también sin victimizarse, la derrota de Capriles Radonski, Antonio Ledezma admite que el 7-O pasó de todo. Desde la ofensiva del terror impuesta por Miraflores hasta el comportamiento del CNE “que no debe seguir actuando como un ministerio más”. “Lo que para mí sigue siendo un enigma es por qué tras la victoria de Chávez no haya habido fiesta en las calles”

–Está al frente ahora del equipo que indagará por qué se perdió el 7-O ¿Tenía usted en su agenda la posibilidad de esa derrota?
–Cuando uno va a la guerra, en este caso a una lucha cívica, se debe plantear todos los escenarios. No hacerlo es iniciar la lucha con una debilidad. Es como meterse en la boca del lobo, sin prever que podemos ser mordidos. Nosotros estuvimos conscientes que pisábamos terreno fangoso. Decir ahora que no sabíamos del ventajismo del Gobierno, es para que nos entierren en urna blanca. Y haber asumido este compromiso en esas condiciones, no nos apena. Siento el orgullo de haber mantenido en pie sobrellevando inmensas adversidades. Cuando hay gente que dice que pelear en esas condiciones es absurdo, admite que ya perdió sin dar la pelea. Porque es declararse vencido sin siquiera hacer el mínimo esfuerzo.

–Esperaban al menos una campaña ventajista…
–Lógico. Chávez lleva 20 años en ese mismo tono. Nunca ha jugado limpio. Con Chávez pasó que hubo gente ingenua que se dejó seducir por dos palabras: Por ahora. Y no debemos olvidar las difamaciones engañosas, su pésima conducción de gobernante y las equivocaciones a que ha sometido a su propia gente. Ahora, los resultados sí me sorprendieron. Acuérdate que yo estoy en la política desde los 12 años. Y nunca he visto que quienes nos derrotaran hayan sido los pobres. Ciudadanos a quienes les han asesinado un familiar o varios, los que duermen sin comer, los que viven con el alma en vilo. Porque es una realidad: de los 150 mil muertos registrados en estos años de gobierno chavista, la mayoría viene de los sectores más empobrecidos. Que las viudas adolescentes, que han parido, el Gobierno haya querido compensar las pérdidas de sus hijos, dándoles beneficios de una misión, es triste.

–Le resulta inexplicable.
–Me resulta inexplicable, y comprendo a la gente que tiene un tarugo en la garganta porque se pregunta ¿Cómo llegamos a perder ante un candidato que no visitó pueblos, y lo que hizo fue ráfagas de presencia en su carroza; ni hizo casa por casa o pueblo por pueblo como Capriles. Sí, es inexplicable. Además ¿en todo el país? ¿Cómo se le pudo renovar la confianza a un presidente después de lo sucedido en Amuay y de los apagones? Sin contar con la inflación más alta de América Latina. Otro elemento que me llamó la atención es que cuando un equipo gana, sea Leones, Magallanes o cualquier otro, estalla una fiesta prolongada por ese triunfo de más de una semana. ¿Y qué pasó el 8 de octubre? La gente se veía como triste, no había sonrisas, no hubo fiestas. Eso me extrañó.

–En declaraciones recientes, María Corina Machado dijo que estas elecciones no fueron libres ni justas ni transparentes ¿Coincide con ese planteamiento?
–Es lo que he dicho en mis reflexiones. Estoy completamente de acuerdo. El Gobierno usó todas las herramientas sin escrúpulo alguno. Activó lo que nunca se había visto en la historia venezolana. La gente votó entre tinieblas y algunos se habrán preguntado ¿será verdad que sabrán por quién voté? Mucha gente me juró que la vigilaban. En esas condiciones, es legítimo que hayan pensado: ¿voto por este u otro candidato? ¿Perderé mi puesto de trabajo? Además, esa operación de arreo de gente que fueron a buscar a sus casas casi obligados después de las 5 de la tarde. Nosotros queríamos llegar a Miraflores con un juego limpio; ellos querían mantenerse con un plan donde el voto libre era lo menos que contaba.

–Ahora que examinan los resultados ¿usted no sospechó en algún momento que del lado del oficialismo había una sensación de seguridad?
–El Gobierno tenía un guión, que fue cumpliendo paso a paso: Nosotros contábamos con una agenda, con una estrategia democrática. Primeroquisieron descalificar las primarias e intimidar a los electores, exigiendo los cuadernos de votación, que sabiamente Teresa Albanez no los dio. Cuando Capriles comienza a recorrer Venezuela, visitando el santuario de la Virgen del Valle arrancan con la campaña de las encuestas, que sirvió para hacer el lobby internacional, acerca de la invencibilidad de Chávez. Mientras Capriles caminaba y recorría los pueblos, ellos se limitaban a lanzarnos dardos, que si Henrique no sería finalmente el candidato, que si era representante de la derecha y que ocultaba un paquetazo económico. Todo fue un guion bien montado y cumplido. Mientras Capriles planteaba que las misiones dejaran de ser un chantaje gubernamental y se erigieran como un derecho constitucional, para evitar que la gente pasara por algún ente gubernamental ni ponerse una franela de cualquier color. Luego vino el capítulo ya gastado de que si nosotros no íbamos a reconocer los resultados. Todo fue un laboratorio en donde se fraguaron estas tácticas Fue un terreno en donde se sembró y cultivó la cizaña en dónde nunca se jugó limpio. Jugaron con la suerte de Venezuela.

–Han surgido otras posiciones, como la de Henry Ramos Allup, de que no hay que andarse por las ramas y asumir la derrota, sin estar inventándose argumentos de consuelo, como eso de que se creció en tal o cual región.
–Mira, es obvio que hay que hacer un examen. No para flagelarnos. No se trata de hacer una autopsia, que no está planteada porque aquí no ha muerto la esperanza. Hay que ver los centros en donde hubo fallas, desequilibrio. Y eso se está haciendo. Cada equipo está realizando sus estudios en cada región. La verdad no se puede manipular. No se puede decir que el sol sale de noche. Hay que ser realista y no nos pueden decir que somos anarquistas, ni pesimistas ni hombres y mujeres frustradas. Hay que sacar conclusiones. ¿Fallamos? Habrá que corregir las fallas. La autocrítica es un buen camino para la rectificación.

–Por lo visto, usted y Ramón Guillermo Aveledo parecen ser los pocos que se atreven a ver el vaso medio lleno ¿qué decirles a quienes siguen viendo el vaso medio vacío?
–Todavía corre mucha agua bajo el puente. Si no cae agua del suelo, podemos llenar ese vaso con el sudor de nuestra frente. Tengo vivos los recuerdos que nos dejó el 2006, cuando mucha gente amaneció con la empalizada en el suelo. Pero nos empeñamos en seguir dando la pelea y después pasamos de la derrota a la ganancia del 2 de diciembre.

–¿Podría caer la oposición en un errado reduccionismo al atribuirle el triunfo de Chávez solo a la combinación de la petrochequera y el uso descarado de la maquinaria del Estado, contando incluso con cierta complicidad de la FAN?
–El ventajismo no puede excusarnos de nuestras responsabilidades. No sólo ver las limitaciones del adversario. El arte de ganar se aprende de las derrotas. La jingle que acompañaba a Capriles: algo bueno está pasando, no ha concluiso. Yo digo que también algo bueno está pasando en la FAN Independientemente de todo el ventajismo y el clientelismo. Yo digo como el filósofo, si me engañan una vez no es culpa mía, pero si me engañan dos veces, ya es mi culpa. Estamos aprendiendo y recibiendo lecciones.

–Hay analistas que en sus cálculos incluyen el elemento de la enfermedad de Chávez ¿Tan mal está la oposición que no hay manera de quitarse a Chávez de encima democráticamente?
–La enfermedad de un ser humano lo dejo en manos de Dios. Sería una pena jugar a esos desenlaces. Hay que seguir dando la pelea en el terreno democrático. Ese es el terreno en el cual me he formado. A pesar de que el Gobierno sostiene que ésta es una revolución armada, compra tanques a Rusia y se esmera en recordar que está capacitando milicianos, auspiciando colectivos, grupos de choque, conformados muchos de ellos por sujetos que han cometido delitos y actúan protegidos por el manto de la impunidad

–En cuanto al CNE ¿no cree usted que es hora de que la oposición le exija al ente electoral que deje de ser el cuarto de atrás de Miraflores?
–Nosotros tenemos que dejarnos de pendejadas con este CNE. No se trata de amenazarlos o de zapatear. Se trata de reclamar nuestros derechos. Hay que ir a elecciones en igualdad de condiciones. No debemos aceptar que VTV sea el megáfono de los candidatos de Miraflores; que el Plan República se exhiba como soporte del Gobierno. Eso es gravísimo en cualquier país democrático. Eso ya llegó a límite

–Ya la MUD ha dicho que no hubo tal fraude. Pero ¿no sería bueno que la MUD dejara de hacer el trabajo de convencer a la gente de que no hubo fraude y que fuera el CNE que diera las explicaciones?
–Sí, el Gobierno tiene que limpiar las sombras de su victoria. Si ese triunfo se mantiene en nubarrones no va a producir un buen resultado. En nuestro caso, trabajamos para explicárselo al país porque la gente merece respeto. Exigir derechos no es confrontar para eliminar el diálogo. Queremos que se proceda con los principios democráticos. Que se corrija el exceso del voto asistido, que se vio muy bien en un video de una televisión brasileña. Hay que ponerle más ojo a la transmisión de los datos. Reconocer a los miles de testigos valientes que arriesgaron su pellejo para proteger el voto, con amenazas constantes. Hubo centros donde los motorizados insultaban, agredían, atemorizaban, sin que los efectivos militares pusieran un mínimo de orden.

–Por eso le pregunto si no habrá que insistir a diario con denuncias de los abusos del presidente Chávez?
–Nosotros venimos haciéndolos. Ese es un aspecto que hay que analizar. La gente no puede estar resignada a vivir sin luz, que lo atraquen en su barrio, que no tenga cloacas en su calle. Y que no se resuelve porque Chávez manda los reales a Cuba, a Bolivia, a Nicaragua. Y no creo que el pueblo está hipnotizado o que viven ciegamente y no capten la esencia de nuestro discurso.

–El tema del fraude sigue siendo muy sensible para un sector que votó por Capriles. Hay a quienes les molesta que se hagan distinciones semánticas entre fraude, ventajismo, trampa, omisión del CNE y otros factores que pudieron haber contribuido a consolidar esa victoria de Chávez
–Aquí no hay que dorar la píldora. Al pan, y al vino, vino. Sufrimos una derrota y ahora hay que sacar fuerza para levantarnos.

–Más allá de la derrota ¿qué le quedó a Antonio Ledezma de esta experiencia electoral?
–Ver a mucha gente dispuesta a participar. Un país que se movilizo, dentro y fuera de nuestras fronteras. Cierto, hay gente descorazonada y la campaña es desmoralizante, pero hay que seguir con valor y paciencia. Ahora cuando nos queda un país por delante. A mí me encanta Venezuela. Soy capaz de dar mi vida por Venezuela porque vale la pena.

–Vienen las elecciones de gobernadores ¿cuál cree que debe ser la estrategia para conquistar nuevos espacios?
–Apelar a la verdad, no a la demagogia. Nuestros candidatos son líderes en sus regiones, no son paracaidistas. Vamos con voceros comprometidos con los intereses de cada región. Hay que dar el debate contra el centralismo asfixiante y a favor de la descentralización. Ahora bien, la gente debe saber escoger. Si se trata de un paracaidista, sabrá ya por experiencia de estos 14 años que ese estado será destruido, mientras escojan a los que viven en sus regiones sabrán que tendrán a alguien que luchen por sus intereses.

–¿Cómo califica usted el esfuerzo de los venezolanos, la mayoría sin recursos, que hicieron lo imposible para votar en el exterior, y de quienes viajaron de otros países para cumplir con ese deber?
–Me rindo a sus pies. Me recuerdan a los lanceros de Apure capitaneados por Páez. Su viaje fue heroico. Por gestos como esos es que debemos seguir luchando.

–Si lo obligaran a dar un indicio de lo que le espera a la oposición en estos largos 6 años ¿qué diría Antonio Ledezma para levantar el ánimo de los que todavía están en cama?
–Lo peor es la incertidumbre. Si erramos podemos diluirlo, pero no debemos caer en debates bizantinos. Si empezamos por despellejarnos para después arrepentirnos de lo que pudo haber sido y no fue, no vamos a salir del foso. Los chilenos tuvieron que cargar cruz de 17 años de Pinochet. Mandela tuvo 27 años en una cárcel. Churchill en 1914 lo tiraron al techo y sin embargo fue Churchil el único capaz de convencer al trufán de Stalin. Sin muy lejos, Bolívar salió derrotado en Puerto Cabello y se perdió la Primera República. Pero luego vinieron las victorias de Carabobo

–Usted es visto, si se permite la expresión, como un animal político. Alguien que piensa centrado en hechos políticos y que no parece perder el rumbo ni postergar intereses personales. ¿Cuándo va a emerger el Antonio Ledezma lanzado a diputado, gobernador, o a una eventual candidatura presidencial?
–No es hora de pensar en mí. Puedo tener méritos, virtudes, hay gente que me quiere aspirando a cualquier puesto. Pero primero está el país y de eso me convenció Patricio Aylwin en Chile, quien me dijo que la concertación chilena la realizaron los dirigentes cuando comenzaron a pensar en la necesidad de tener razón. Formo parte de un liderazgo colectivo. Aquí no cabe liderazgo mesiánico.

–En lo personal ¿cómo reaccionó al conocer los resultados la noche del 7-O?
–No lo creía. Yo viví las grandes manifestaciones que se hacían espontáneas en todos los pueblos y regiones. No era teatro. Todo era realidad. Claro, uno se va reponiendo. Me pegó, a pesar de que tengo la piel curtida. Pero siempre pienso en esa mujer u hombre que sufren a diario las inclemencias de este mal gobierno y sé que estamos obligados a dar explicaciones

–¿Qué palabra le vino a la mente en ese instante?
–¡Carajo!

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