No es fácil colocar la palabra paz y la palabra Chávez en la misma frase. No lo es. De hecho, la violencia o la amenaza de violencia han sido y son las claves inseparables de su retórica y su proceder. Y desde las épocas conspirativas en las Fuerzas Armadas
FERNANDO LUIS EGAÑA
En primer lugar, no es fácil colocar la palabra paz y la palabra Chávez en la misma frase. No lo es. De hecho, la violencia o la amenaza de violencia han sido y son las claves inseparables de su retórica y su proceder. Y desde las épocas conspirativas en las Fuerzas Armadas.
Pero a la violencia política hay que agregar la violencia delictiva que se ha desenfrenado a lo largo de sus tres desgobiernos. La explosión de ésta se deriva, en gran medida, de la justificación de aquella.
Y para desgracia de los 29 millones de venezolanos, nuestro país se ha vuelto uno de los más violentos del mundo. Entonces, tratar de identificar a Chávez con la paz es un propósito dantesco. Como también lo es el sostener que Chávez asegura y protege a Venezuela contra el riesgo de la violencia. O sea, que es una garantía al respecto.
Cosa absurda, no sólo por lo ya dicho, sino porque se trata del mandón que cadena tras cadena se esfuerza en atemorizar a la población con el fantasma de la violencia, si llegara a perder el poder en las elecciones del 7-0.
Un discurso plagado de advertencias agresivas e intimidatorias, incluso de llamados al arrase sociopolítico de los adversarios, y además cargado de vituperios y descalificativos brutales a los críticos reales o potenciales, ¿acaso no es un discurso cargado de violencia? Claro que lo es y lo ha sido siempre en la satrapía roja, sólo que ahora se hace más ruidoso por la campaña electoral.
Y encima no se limita al tema de la violencia interna sino que se adereza con el de la violencia imperialista, desestabilizadora, invasora, etcétera, y demás teorías conspirativas tan del gusto de los mercadotécnicos de la "revolución". Y la corona del chantaje se desliza habilidosamente: si no gobierno yo, no dejaré a nadie gobernar y la violencia que empujaremos se encargará de ello.
Esta es la nuez del mensaje que están amplificando en la recta final, y es la misma que los propagandistas disfrazan con el colmo de la manipulación del lenguaje al decir que Chávez es la garantía de la paz. Vaya garantía...
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