Ir al ensayo electoral y hacer una cola no daba mucho ánimo, igual el CNE había anunciado que no iban a dar resultados, y sin resultados se convertía en un arroz con pollo sin pollo o un Miss Venezuela sin su alter ego Miss Chocozuela
TULIO RAMÍREZ
La verdad no me daba mucho ánimo ir a hacer una cola debajo de esa pepa `e sol que encandilaba a Caracas. Total, el CNE había anunciado que no iban a dar resultados, y sin resultados ese simulacro se convertía en un arroz con pollo sin pollo o un Miss Venezuela sin su alter ego Miss Chocozuela.
Es decir, no levantaba el entusiasmo que hubiese producido, en este caso, la expectativa de ver al oponente que siempre nos ha fregado, pasar la vergüenza de verse derrotado por un adversario que, de acuerdo a esa gran demócrata llamada Jacqueline Faría, no solo había que vencer, sino aniquilar.
Pensé que dadas las circunstancias, el simulacro sería solo una pequeña práctica para ver si el terreno, los bates, los guantes y las pelotas que se utilizarían para el juego decisivo del 7 de octubre, estaban en buen estado.
Lo cierto del caso es que al mediodía me entero por twitter de que estaban dando resultados que favorecían abrumadoramente al eterno Presidente. Un poco confundido, decidí acercarme a mi centro para ver cómo iban las cosas. Antes de llegar, visite algunos que estaban en el camino, tres en total. Lo que vi en el primero se repitió en los siguientes.
En todos había un tarantín del PSUV, bajo la mirada indiferente del Plan República, en todos había compatriotas con franelas rojas de esas que asoman parte de la cara del Presidente, como si estuviera viendo por una ventana el interior de un baño de damas, en todos había un operativo de alguna Misión Colita, ya que llegaban busetas, motos y automóviles de donde bajaban personas con paso apurado para votar, en todos había compatriotas con carpetas chequeando, me supongo, las personas que ingresaba al recinto y en ninguno vi a militantes de la oposición ejerciendo controles, dando colitas, identificando votantes, repartiendo propaganda y mucho menos identificados con algún atuendo que sugiriera la pertenencia a algún partido político.
Como diría alguna de las rectoras del CNE, todo transcurrió como era de esperarse. Algunos votantes comentaron que el ventajismo oficialista se repetía en muchos centros. De ser así, me dije, nada de raro tendría que los resultados en boca de urna dieran ventaja a Chávez.
Cuál fue mi sorpresa cuando a las 8 pm anuncian por twitter una ventaja de 8 puntos a Capriles. No podía haber otra explicación. Efectivamente fue un simulacro, la gente simuló que iba a votar por Chávez e hizo todo lo contrario. ¡Qué broma, Jorge!
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