A DIOS ROGANDO...

MARÍA CLAUDIA PERERA - Tal Cual
@MaClaudiaPerera

Hace 14 años, aquellos que votaron por Chávez, junto con aquellos que dejaron de ir a votar, eligieron a quien se pensó traería prosperidad al país: "viviendas dignas, seguridad", según decía su campaña. Desde aquel entonces, ya los venezolanos estábamos en la búsqueda de un cambio, de un mejor futuro que hasta ahora no hemos visto llegar.

Con el paso de los años nos hemos ido sorprendiendo con la cantidad de abusos que se han cometido en este gobierno, y el deterioro creciente del país. Hace 10 años el Presidente botó a más de 18.000 empleados de Pdvsa, y dos semanas atrás ocurrió la tragedia petrolera más grande del mundo en los últimos 20 años. Y lo más lamentable es que algunos de esos botados son los que, al día de hoy, han duplicado la producción petrolera en Colombia.

Los primeros años muchos vimos como "ajenas" esas situaciones que estaban ocurriendo: expropiaciones, apagones, falta de agua potable, homicidios, secuestros, escasez de alimentos.

Tantas situaciones que comenzaron a ser cada vez más frecuentes, y no fue sino hasta que inevitablemente alguna o varias de estas nos tocaron la puerta, que comenzamos a mostrar preocupación e impotencia por las realidades del país. Y sin embargo, tal vez no la suficiente.

Constantemente le rogamos a Dios que nos ayude a salir de esta crisis, pero quizá no hemos concienciado si como sociedad, realmente hayamos hecho todo lo que está en nuestras manos para que esto cambie. No basta con preocuparse, hay que ocuparse. No podemos quedarnos esperando a que se repita la historia de enero del 58, en donde la mayoría del pueblo queda silente por miedo, esperando una señal que nos indique que somos muchos los que nos sentimos descontentos, para entonces salir a dar la batalla. El momento es ahora, si queremos que este sea un año de triunfo, tendrá que ser entonces un año de lucha y coraje.

Las elecciones han cambiado la historia de muchos países, y en Venezuela puede ser igual. Veamos estos duros años de gobierno como una época de gran lección, y tomemos esas experiencias para fijar nuestra mirada en el futuro que imaginamos, y recordar que construirlo depende de cada uno de nosotros. Venezuela es como un gran rompecabezas en el que todos somos una pieza fundamental. Si nos unimos podremos ver esa vaca sagrada volando directo a Cuba, y un país que se llenará de esperanza y fraternidad.