Turgua en el olvido

Tal Cual

Las lluvias en Miranda han ocasionado estragos y la población rural de Turgua en El Hatillo, es una de las más afectadas con unas 5.000 familias incomunicadas. Habitantes de la entidad aseguran que el gobierno no ha respondido a las necesidades

DANIEL PALACIOS YBARRA

Solo la necesidad, la valentía o el servicio público justifican el paso por el inestable cerro que bordea la zona del desastre en Turgua, El Hatillo. Con los pies llenos de barro iban y venían pobladores de esta comunidad rural, desde madres con niños en brazos hasta abuelos apoyados en bastones. No faltaron los más osados, quienes tentando su suerte cargaban pesados muebles por la fangosa pendiente que ante un paso en falso podía llevarlos al abismo.

Desde el enrevesado camino Rosángela Ruiz detalló cómo ha soportado el desastre que podría dejar 15 familias damnificadas, dado el potencial riesgo de que cedan sus respectivas viviendas ante un derrumbe natural o controlado, con la experticia de las autoridades.

Pese a estar recién operada de un mioma en la matriz caminó más de 20 minutos hasta llegar a su casa, tras pasar dos semanas de convalecencia en casa de una hermana. Con paso lento pero seguro Rosángela Ruiz caminó por donde, antes de su operación, había un camino continuo y sin contratiempo. Pero ahora todo cambió. "Me siento en condiciones para caminar. Mi familia me trae una silla para sentarme cuando esté muy cansado. De resto, creo que puedo caminar sin tanto problema".

Con profunda decepción asegura que no hay gobierno que responda a las necesidades de la población de Turgua, a 20 minutos del centro del El Hatillo. "No hay transporte.

Por aquí siempre vienen puros transportistas piratas que no pertenecen a ninguna línea, sin que haya un tiempo puntual de espera". El pasaje, comenta, es de Bs 8 para llegar a la población de El Hatillo.

Si esto se suma como un viaje ida y vuelta con trasbordo a Baruta o a otro municipio, la inversión en traslado puede ser hasta de Bs 30 diarios. "Con mi sueldo más o menos me alcanza, pero no así ocurriría con alguien que cobre sueldo mínimo", acota Rosángela Ruiz.

TRABAJO ARTICULADO

Cerro arriba también caminó el personal de Protección Civil y del Ministerio de Salud. Sarkis Adjounian, médico general de esta institución, informó que en Turgua "hay muchos niños con discapacidad que reciben la asistencia que requieran, hasta el caso de un traslado.

Aquí suministramos medicamentos para hipertensos y diabéticos, solo por nombrar algunos casos. Somos aproximadamente unos 6 funcionarios del ministerio aquí en la zona", apuntó el galeno, rumbo a atender a más pacientes.

Octavio Salinas, director de Infraestructura Miranda, declaró que unas 2 semanas pueden tardar las obras "para hacer pasar una variante por la parte de arriba (el cerro) y así estabilizar la vía. No descartamos la construcción de un puente, pero creo que hasta el Ministerio de Transporte Terrestre lo tiene descartado. Por el momento, nosotros trabajamos en hacer el despeje de la zona".

Como parte del mismo equipo, la directora de Movilidad regional, Isangel Ruiz, recordó que en abril de 2009 hubo un decreto de reversión de competencias que transfirió de Miranda al Poder Ejecutivo nacional la administración de autopistas y carreteras, incluso las rurales. "Nosotros hacemos el diagnóstico, pero no tenemos el músculo financiero para desarrollar. Lo de Turgua no es nuestra atribución, pero sí nuestra incumbencia. Es una lástima que esto ocurrió por faltas de mantenimiento correctivo y preventivo, como un bacheo o la limpieza de cunetas y drenajes".

AL OTRO LADO DEL ABISMO

Del otro extremo, al otro lado de la vía rota -ya próximo a Santa Lucía- estaba Angélica Cisneros observando, aún impresionada, el trabajo de la Guardia Nacional, Polihatillo y la Gobernación de Miranda.

"A los vecinos, cuyas casas pueden caerse, les pido que desalojen a tiempo antes de que definitivamente ceda la montaña con todo a su paso. Ahí, quieran o no, quedarán sin casa. Por eso, es mejor preservar la vida porque lo demás se recupera", declaró Cisneros, quien es parte de una de las 5.000 familias incomunicadas.

También desde ese extremo, estaban el los ingenieros geólogos de la Gobernación de Miranda, Eudo Villegas y Edegma Fuentes, evaluando las condiciones del terreno.

Ambos diagnosticaron que la vía "está sobre un relleno que tenía alta infiltración de agua tanto por unos manantiales como por pozos sépticos que hay allá arriba de unas casas informales, permitiendo que cediera también la roca ya meteorizada", explicaron ambos técnicos ampliando qué es significa un proceso de meteorización.

En ese caso, acota el ingeniero Villegas, "hay un desmejoramiento de las propiedades mecánicas de una roca por agentes climáticos, químicos o físicos. Incluso, factores externos como la construcción anárquica de viviendas que acelera la infiltración y por ende, la meteorización de la roca. Esto se atribuye al crecimiento desproporcionado de viviendas informales que no tienen los servicios correctos de canalización de aguas negras y de lluvias".