MERCEDES CARRILLO GRAU | el siglo
fotos | EDUARDO RICO
Aunque en marzo de este año autoridades del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS), anunciaron que en un lapso no mayor de 4 meses asignarían tarjetas débito a los pensionados, esto todavía no se ha hecho efectivo, y justamente por falta de este instrumento ayer miles de adultos mayores debieron madrugar y formar largas colas para poder cobrar su pensión.
Si bien este escenario se registró de forma simultánea en diferentes puntos geográficos de la entidad aragüeña, en el municipio Ribas la mayoría de los abuelos y abuelas se mostraron optimistas, y hasta sonrientes, pese al maratónico trajín.
Pedro Carrillo, pensionado, aseguró a la prensa que “hacer esta cola no me importa. Al contrario, estoy agradecido con el Gobierno Bolivariano porque me dan mi pensión. Este es un sacrificio que se hace sólo una vez al mes. Por eso afronto la situación con mucho ánimo y con buena cara”.
Algo similar opinó Lourdes Hernández, quien explicó, “en La Victoria los adultos mayores tenemos suerte porque nos prestan sillas y banquitos para reposar. Incluso, hay un empresario que nos brinda jugos y arepas”.
Por su parte, Francisco Reyes, otro abuelo consultado, confesó, “el secreto para no amargarse la vida en esta mega cola es conversar con la gente que está en la misma situación que uno. Aquí hasta se hacen amistades”.
De acuerdo estuvo Leonardo Ortega, quien además aseguró que habla “hasta por los codos” en esta “bendita” cola. “Yo intercambio experiencias aquí con todos, y lo que no sé lo invento para no aburrirme”, dijo sonriente.
Abusadorcitos en la mira...
Fue Luis Ramón Guerrero, quien explicó que lo peor de este suplicio no es la cola, sino los “abusadorcitos”. “Siempre hay gente que se colea. Llegan con sus caras muy lavadas y pasan como si trabajaran en el banco. Lo más insólito es que quienes lo hacen son personas más jóvenes y fuertes que nosotros”, acotó.
¿Falta de respeto?
De igual forma, cabe destacar que hubo un nutrido grupo de abuelos que manifestó gran descontento. “Es una falta de respeto que el Gobierno nos tenga cobrando la pensión en estas condiciones y bajo este inclemente sol. ¿Dónde está la tarjeta débito que nos prometieron? Algo tienen que hacer, pero deben darle respuesta pronto a este sector de la población. No sé. ¡Qué se ingenien algo! También podrían pagar en fechas distintas, según los últimos dígitos de la cédula. Pero este es un calvario al que se le debe poner fin ya”, opinó Orlando Rivas, quien además precisó que la mayoría madrugó para hacer su cola.
“Incluso, hay gente que llega desde el día anterior y pasa la madrugada a las puertas del banco para salir primero”, dijo, acotando que las colas se extienden hasta dos cuadras de la entrada de las entidades bancarias habilitadas para la cancelación de la pensión.
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