Vino la Reina

CAROLINA ESPADA - Tal Cual

"¡Venezolanas, venezolanos!"... pero "¡Españoles y canarios!", igualmente; ¡y ni se diga "a los que sepan leer y escribir"! (y a los que no, también); y a los que vivan en este oxímoron ­disparate bien amado­ de nombre "Venezuela"; y a los ciudadanos del mundo en general. A todos-toditos.

Por "vuestras" vidas, salud mental, extraordinario humor, capacidad para hondas reflexiones, enormes deseos de reír y de pensar, necesidad de presenciar un espectáculo de extraordinaria calidad, recordar esta experiencia para siempre y hacer terapia griega, que no es lo mismo que catarsis, tienen que ir a ver la pieza teatral Vino La Reina en Corp Banca.

Desde la fila 3 y no cesaba de reír y recordar, reír y pensar, reír y reflexionar, reír y conmoverme. Al finalizar la obra, el público se puso de pie: aplausos y "¡bravos!". Yo gritaba: "¡Gracias, gracias!". Al salir "curada, sanada" y ver a Karin Valecillos, la dramaturga, fue que terminé de hacer terapia griega. No me pude contener, la abracé muy fuerte, le agradecí haber escrito Vino La Reina, y me sentí ligerita y restablecida.

Los griegos antiguos eran muy sabios. Los de ahora, no; tienen un lío tremendo con lo del uro y la Unión Europea.

Antes-antes, durante la escenificación de las tragedias griegas se lograba que los asistentes experimentaran la "catarsis". Cuando el vendedor de aceitunas del ágora o la campesina de las berenjenas presenciaban el tragedión en el que estaba metido Orestes o Edipo, salían del anfiteatro purificados, liberados o transformados. "¿Qué importa si bajó el precio de las olivas?"; "¿qué relevancia tiene si a mi siembra le cayó piojito macedonio?"; "¡menos mal que somos simples mortales y que los dioses son propicios y benévolos con nosotros!". Pero, además de eso, está el tema curativo. Según una profesora, había un sector en las graderías para los locos, los enfermos, los moribundos, los "causas perdidas", los depresivos y los deudos inconsolables. Estos seres no sólo terminaban haciendo catarsis, sino que durante toda la obra, se olvidaban de sus penas, angustias y ­en los casos extremos­ padecimientos terminales. ¡Podían respirar un poquito de consuelo, algo de salud física y mental! Sólo para dejarlos con la intriga y se vayan riendo: ¿Qué tiene que ver Freddie Mercury con Rómulo Betancourt? ¿Qué relación hay entre el grupo "Queen" y "AD"? ¿Cómo se relacionan la venida del grupo inglés al país y la partida del "Padre de la Democracia"? ¿Cómo es posible que una obra que se desarrolla en 1981 tenga tanta vigencia en pleno 2012? Estas respuestas, con una inteligencia y un talento sublimes, las da Karin Valecillos y su excelentísimo grupo de actores, bajo la dirección de Jesús Carreño.

¡Tieeempo sin ver una obra tan extraordinaria! Y sigamos creyendo que: We are the champions my friends/ And we’ll keep on fighting till the end/ We are the champions. We are the champions/ No time for losers/ ’Cause we are the champions of the World.

espada@cantv.net