Huracán Progreso

EDUARDO LIENDO - Tal Cual

Lo que hace pocos meses era sólo una aspiración de los amplios sectores democráticos enfrentados al militarismo autocrático, lograr concretar una candidatura unitaria con un líder representativo, se ha alcanzado de un modo extraordinario. Una franca y limpia elección hizo visible la figura política y humana de Henrique Capriles Radonski. En poco tiempo, por méritos de desempeño, se ha transformado en un magnífico capitán del equipo amplísimo, múltiple, diverso, policlasista y entusiasta, que debe conducirnos a una gran victoria democrática y progresista.

Quien esto escribe está completamente curado de espanto contra la aberración política conocida como culto a la personalidad. Cosa distinta, es apoyar y defender a nuestro líder como una tarea fundamental. Si toda la maquinaria del régimen autoritario y arbitrario está dirigida a destruir a la opción de poder democrático representada en lugar prominente por Henrique Capriles, nuestro deber ciudadano es defenderlo. Defenderlo cívicamente, políticamente, abiertamente, porque, hay que decirlo, Henrique Capriles se ha ganado ese respeto. Está sembrando con inusitada energía una esperanza concreta de cambio. Hay un camino.

Sin temor a incurrir en exageración, creo que las circunstancias han producido un joven líder a la altura del reto que vive la nación en esta coyuntura histórica. Ese joven líder, el flaco Capriles, ha logrado asombrarnos con una entrega infatigable, garra, astucia para eludir las provocaciones y replicarlas, lenguaje directo, sencillo, contundente y emotivo, que toca las aspiraciones y sentimientos de multitudes que parecían secuestradas por el espejismo retórico del caudillismo militarista.

Para decirlo con la figura utilizada por un veterano y respetado político de izquierda que adelantó en su momento varias campañas electorales: "Lo que está haciendo Henrique Capriles es una verdadera épica".

Las fuerzas del cambio democrático y progresista no sólo están obligadas a ganar para salvar al país del barranco totalitario que enseña sus fauces, sino deben hacerlo de modo contundente, abrumador, para detener cualquier maniobra que pudiera intentar el desconocimiento de la victoria. Todo indica por la masiva acogida con la que pequeñas comunidades, caseríos, pueblos, medianas y grandes ciudades, respaldan y festejan los actos de campaña de Capriles Radonski que un triunfo clamoroso se asoma en el horizonte.

Hasta nos parece escuchar la emocionada voz del gran Aly Khan: "En plena recta final Huracán Progreso aumenta su ventaja, mientras Viento Cansado pierde posiciones, da muestras de fatiga y sufre serios tropiezos, Triquiñuela trata inútilmente de interferir la línea de carrera de Huracán Progreso que se lanza en firme hacia la meta.

Viento Cansado sumamente exigido ya no avanza, Huracán Progreso para todo el mundo. Saca uno, saca dos, saca tres millones de votos de ventaja sobre su fatigado rival. Y ganooooó Huracán Progreso".

A cobrar, ciudadanos libres, a cobrar.