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martes, 12 de junio de 2012

Sí hay presos políticos


ADELSO GONZÁLEZ URDANETA - Tal Cual

Ha habido ayer y hoy en Venezuela presos políticos.

Aunque la mayoría de los gobiernos ha intentado en vano negarlo.

José Vicente Rangel, por ejemplo, siendo en la práctica vocero gubernamental, aunque haga ocasionalmente señalamientos críticos, y ejerciendo el oficio de operador político del oficialismo, ahora se sigue empeñando en negar que haya presos políticos. Antes, él se hacía eco del repetido decir de que políticos presos es lo que hay. Hasta la dictadura militar pérezjimenista (1948-1958) cayó en lo mismo.

Los tiempos no pasan en vano con los presos políticos. Antes y ahora el tipo de preso político es en algunas cosas un tanto diferente, manteniendo el obvio común denominador de la razón de fondo de su existencia: la manifestada y activa inconformidad, desavenencia, disidencia o rebeldía frente a la política gubernamental y a sus acciones concretas. Hoy los jueces comprometidos y hasta juramentados, con el agregado de los cobardes por miedo, se prestan más al maléfico juego de diseñar un aparente preso político.

Sin faltar, aunque en pequeña expresión, quienes no siendo realmente presos políticos acuden a la digna figura para esconder las incorrecciones en sus actuaciones personales. En el gobierno actual hay algo más que es muy singular: la voluntad presidencial hecha orden superior. Un ejemplo a la vista de toda Venezuela y del mundo entero: el caso de la jueza María Lourdes Afiuni Mora, hoy presa política más allá de la maña jurídica. Igualmente, también por la voluntad presidencial, aunque con expresiones de menor descaro y de mayor operatividad jurídica, y distorsionada ésta por completo, aprovechando hechos conmovedores como los del 11 de abril de 2002: los casos sentenciados, algunos al máximo, sin la menor contemplación y consideración. Por ejemplo: los comisarios y policías, entre otros. La menguada formalidad jurídica no quita a sus víctimas la condición de presos políticos.

Producto de cierto acoso gubernamental resultan también en el presente los casos de exiliados y autoexiliados políticos, dada la poco estimulante atmósfera que se respira en algunos ámbitos intelectuales y empresariales. Es la fuga de mucha gente valiosa en conocimientos y experiencia, que pudieran ser muy útiles a la Venezuela del futuro. Es mucho el "talento autoexiliado". Además, el confinamiento, aplicado por la dictadura militar pérezjimenista, ahora se dio en la fuerza armada, con oficiales de alto nivel y no confiables para el Presidente. Los mandó a sus casas, sin ejercicio alguno de sus funciones, en una especie de confinamiento político.

Conclusión de todo: Sí hay presos políticos en la Venezuela actual. También, por los efectos de cierto acoso gubernamental, figuran en la pizarra exiliados, autoexiliados y confinados.

Pensar y decir lo contrario es estar y actuar fuera de la realidad existente.

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