LOS PREMIOS

ELIZABETH ARAUJO - Tal Cual

La semana pasada el presidente Chávez arribó a los 3 millones de seguidores en su cuenta de Twitter, y en señal de agradecimiento regaló una casa que no ha sido construida a la persona que hizo posible la gesta.

Al día siguiente, quien fuera ministro de Defensa y hoy aspira a la Gobernación de Nueva Esparta, visitó a Natalia Valdivieso, la afortunada usuaria de @Chavezcandanga número 3 millones, para hacer efectivo el documento que le acredita la casa prometida. "Gracias al Gobierno Bolivariano esta joven tendrá una vivienda digna demostrando el amor de Chávez por su pueblo", expresó el general Mata Figueroa, con esa mezcla de ramplonería electorera y jalabolismo oportunista, que estoy segura habrá puesto en aprietos a mi vecino, el coronel Araujo, el mismo que se desgañita en reuniones de condominio para defender el honor de su uniforme.

Como aquella lotería de Babilonia, de la que Jorge Luis Borges decía que su virtud moral era nula, porque no se dirigía a todas las facultades del hombre, sino a su esperanza, los actos de premiación de Hugo Chávez llevan la impronta de la inmoralidad y lo irresponsable. Chávez hace uso del dinero y bienes de los venezolanos en demostraciones electoreras que repugnan, porque junto a la dichosa Natalia Valdivieso otros margariteños esperan ser beneficiados con las casas del municipio Díaz, al este de la isla, donde el Gobierno prevé cumplir antes de octubre con la Gran Misión Vivienda Venezuela.

Por otro lado, @ChavezCandanga ha sido objeto de serias controversias para quienes estudian el mundo de las redes sociales y que han descubierto cómo detrás de la cuenta presidencial, además del fraude (tal y como lo han expresado mensajes en Aporrea que reportan sospechas de la legitimidad del número de seguidores), se ocultan otras actividades a las cuales se ha referido InfoCiudadano, al dar cuenta de que los datos más "confiables" provienen de fuentes que están dentro de la maquinaria chavista o que son sensibles de represalias.

Mencionan a un tal AntiCan, que ostenta un cargo medio en un ente público y que asegura que existen centros informáticos, manejados por cubanos que monitorean la red en busca de disidentes y "conspiradores".

Lo que interesa es ver cómo Hugo Chávez pierde la oportunidad de exhibirse como gobernante responsable, capaz de cumplir algunas de sus promesas y planes, para aparecer ante los ojos de los más necesitados como un millonario bondadoso, que premia a atletas olímpicos, escolares que pasan de grado con 20 puntos y seguidores de su cuenta en Twitter, en una prueba de que si en la vida bien vale la pena hacer un esfuerzo personal, resulta mejor anotarse en la lotería del comandante, de la que cada semana salen grandes premios, como embajadas y ministerios, candidaturas a gobernaciones y alcaldías, gerencias en empresas expropiadas, becas estudiantiles, viajes gratuitos a Cuba y hasta operaciones sin costo alguno en clínicas privadas.