ATENCIÓN USUARIOS DE ARAGUA SIN MIEDO
La computadora desde donde actualizamos la página web de la organización y publicamos los anuncios de los eventos está dañada desde la mañana del domingo 12 de marzo de 2017, por lo que les informamos que haremos una pausa técnica en la actualización mientras resolvemos los inconvenientes. Gracias por su atención!!!
martes, 8 de mayo de 2012
Los peores de la clase
JULIÁN MARTÍNEZ - Tal Cual
Imagino que también podríamos llamarlos majunches. Si usted tuvo vida escolar, seguramente supo, o fue uno, de los peores de la clase. Aquellos que no tienen la ventaja del poder ni los beneficios de ser bien vistos. Aquellos que, por suerte, pueden cambiar su suerte. Convertirse en los mejores en otras cosas. O al menos no ser los peores.
Sin embargo tiene su encanto ser Los peores de la clase. De eso se trata el libro de Federico Vegas, una antología de cuentos que, de entrada, nos hace pensar que no todo es árido en el jardín. Y que en medio de la Afganistán caribeña en que se ha convertido Venezuela, aún se puede ser caraqueño y alcanzar los confines de la literatura universal.
La maestría de su prosa, la profundidad de algunas reflexiones sencillas y lo conmovedor de ciertas anécdotas, hacen que el afortunado lector se sienta con frecuencia agradecido. Es bueno tener una voz venezolana echando cuentos que logran unos más que otros ser maravillosos y entrañables.
Hasta la editorial es parte del buen asombro. Se trata de una cooperativa llamada Lugar Común.
Seguramente formada por talentosos majunches que no permitieron que les sofocaran la sensibilidad y el empeño. Uno hasta imagina, en plan cubano, lo difícil que debe haber sido conseguir el financiamiento y los materiales para editar el libro. Que por cierto está muy bien editado.
Lo único que ofrecemos a la humanidad no son delincuentes motorizados, en carros y en las esferas del Gobierno. Tampoco somos sólo el realismo mágico de un país rico que, sumergido en la inflación más alta del planeta Tierra, genera miseria y violencia como si se tratara de salchichas y pan caliente. También podemos parir escritores insignes. Miguel Otero, Massiani y Garmendia tienen relevo. Y como prueba, transcribo el final de un relato brillante llamado "El Baile", donde el divorciado y solitario protagonista cierra con estas palabras que, irónicamente, empiezan con una cita de la Biblia: "Dejarás a tu padre y a tu madre y formarás una sola carne. Siempre supuse que se refería al hombre y a la mujer juntos, revueltos y desnudos, pero ahora, al verme metido en estas trampas del pasado y del futuro, comprendo que esa sola carne es nuestro hijo junto a todas las fiestas y ceremonias en que tendré que ver, una y otra vez, a su madre bailar". Pero, por aquello del escepticismo, me permito otra prueba, salida de otro de los cuentos: "La parte más hilarante de su imitación fue hacia el final, cuando empezó a angustiarse porque no lograba dejar de ser una tortuga".
Afortunadamente la literatura local aún puede conectarnos con mundos más relevantes. Y, por qué no, defendernos un poco de los insultos, las cadenas, la corrupción, los abusos y la autocracia.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario