¿Es tan difícil darse cuenta?

Tal Cual

Se trata de siete casos repudiables, que deben ser investigados y rechazados por la sociedad. Una persona que cumple funciones de representación no responde a sí misma, sino a la comunidad que representa 

MIGUEL ÁNGEL LATOUCHE

I ­Coño viejo, quién lo diría, estoy de acuerdo contigo­. Pienso que no podía ser de otra manera, a fin de cuentas cuando de proteger a la gente de los excesos de la política se trata uno debería estar en capacidad de comprender y converger en términos de fines que bien podemos compartir, que bien podemos considerar que son comunes. ­Así es, viejo, estoy de acuerdo contigo, no es permisible que se ataque a un periodista cuando no hace otra cosa que informar. Esa es su misión, ¿no es cierto? Coincido en que todos somos responsables de salvaguardar la salud de la República, que debemos estar pendientes para evitar que los exaltados hagan daño a quien cubre una noticia, a quien pudiera opinar diferente, a aquellos que expresan sus creencias de manera pública o, simplemente, a quienes le brindan a los demás la posibilidad de expresarse, a quienes en el ejercicio de su profesión transmiten al público diferentes visiones de un asunto, a quienes buscan la noticia.

Te confieso que me preocupa un poco ­se lo atribuyo a algún malhadado descuido­ que se te hubiera olvidado mencionar que no son siete los casos de ataques en contra de periodistas. A ver, son siete los que han ocurrido en contra de comunicadores que forman parte del Sistema de Medios Públicos (con mayúscula y todo, pana). Entendámonos por favor: se trata de siete casos repudiables, que deben ser investigados y rechazados por la sociedad. Pero recordemos que son unos setenta los casos que se han presentado en contra de periodistas de medios privados. A saber: robos de cámaras, de automóviles, amenazas, gritos, disparos, golpes, correteos y algún que otro empujón de un alto funcionario. Creo que en el contexto de un discurso que busca defender los derechos de esos trabajadores de los medios, que son, a fin de cuentas, tan trabajadores como cualquiera, valía la pena hacer la mención correspondiente.

Yo estoy convencido de que de esta división artificial y artificiosa en la que nos hemos metido, le hace daño a nuestra construcción republicana. No hay nada peor que un apartheid, cualquiera sea su naturaleza. Sabes, es como decir que el otro no existe. Yo creo que un país no puede construirse, hermano, desde la lógica amarga de la enemistad pública. Yo creo de manera sincera en la necesidad de reencontrarnos. ¿Viste?, por esos excesos del devenir de lo político es que me preocupa la posibilidad de salirnos de la Comisión Interamericana de los DDHH. La gente tiene que tener al menos derecho al pataleo, al final de la historia, como diría alguien, uno no puede pagarse y darse el vuelto.

II Yo entiendo que todos los ciudadanos tenemos responsabilidades públicas, pero creo, de igual manera, que tenemos responsabilidades diferenciadas. Una persona que cumple funciones de representación no responde a sí misma, sino a la comunidad que representa, por ello tiene la obligación de escuchar a quienes se encuentran bajo su responsabilidad, sea que piensen o no igual al funcionario, sea que compartan o no sus valores, sus ideas, sus puntos de vista, se trata de la representación de una investidura. Las palabras que se usan en el ejercicio de un cargo deben ser elegidas de manera cuidadosa, el insulto que se produce desde el poder tiene un peso mayor que el que pudiera producir un ciudadano común, desde el poder se puede aplastar al otro con las acciones o con las palabras.

De la misma manera, la construcción que de las cosas se hace desde el ejercicio del gobierno tiene una significación diferenciada. Así, por ejemplo, cuando me preocupo por los ataques que se producen en contra de un grupo de periodistas, pero no lo hago por aquellos que se producen en contra de otro, estoy diciendo que estos últimos no son importantes y, perdóname, pero lo son, son tan venezolanos como los primeros, tanto como tú y como yo. ¿Es tan difícil darse cuenta? Hay un libro genial de un tal Brian Barry en el cual desarrolla la tesis de que la justicia solo puede prevalecer allí donde los preceptos sobre los cuales se fundamenta tienen un carácter imparcial. Es decir, allí donde se han considerado de manera suficiente los intereses de unos y otros, se han ponderado sus necesidades, se han atendido sus demandas; allí donde todos somos considerados iguales; allí donde a todos se nos reconoce, en el marco de nuestras diferencias profundas, el derecho que todos tenemos a existir y el deber que tenemos de tratarnos de manera respetuosa.

De nuevo, estoy de acuerdo contigo, debemos denunciar cualquier ataque que en un acto público se produzca en contra de un comunicador social, quienquiera que sea, independientemente del medio que represente. La gente merece estar informada desde múltiples perspectivas para crear su propio punto de vista. La verdad no le pertenece a nadie, a ningún grupo, la construimos juntos.