Tal Cual
La ilusión se mantiene a partir de unos tractores bielorrusos que no sirven para arreglar "Agropatria". Las cadenas presidenciales son un chantaje en forma de tenaza: temor por un lado e ilusión por el otro
SEBASTIÁN DE LA NUEZ
Las dos cadenas de esta semana han demostrado varias cosas: la primera, que el presidente Chávez cuenta con las milicias para su campaña de amedrentamiento. La amenaza se dirige a los electores de oposición que piensan en su fuero interno votar por Capriles.
Pero también va contra los ahora llamados no alineados. A los ni-ni o dubitativos puede moverlos en una dirección determinada, instante supremo frente a la máquina de votación, la imagen de un miliciano parecido al Che con una bayoneta en ristre a punto de soltarle un aguijonazo fatal al votante fuera del redil.
El cándido Presidente que suele apurruñar niños y viejitas, o al menos solía hacerlo, quiere apuntalar una imagen tal en la mente de sus queridos coterráneos; al menos lo intentó en su alocución del martes, coreado por ministros.
Giordani no porque Giordani estaba en la galaxia de Andrómeda. La segunda conclusión es que la campaña del chavismo carece de escrúpulos pero a cambio ofrece billete a raudales; los ministros coreaban la repartición. Suelen hacer eso, corear y reír.
Y aplaudir. Lo hicieron mientras el Presidente repetía el estribillo barinés referente a los arreboles de su tierra. Una mariconada. Maduro, el macho de la partida, se abstuvo.
La tercera conclusión es que en el chavismo creen que 37 tractores de dudosa calidad van a sumar votos. La cuarta conclusión, ésta derivada de la cadena documental del lunes, es la utilización de la inocencia con fines partidistas. Varios niños fueron mostrados, sin vergüenza alguna por parte de los productores, cantando loas al benemérito y/o a las misiones. Gente transida de agradecimiento por haber recibido la dádiva.
Los demás, a esperar, a mantener la esperanza en vilo: así funciona el mecanismo. La quinta conclusión es que Últimas Noticias va a pasar a ser un medio perseguido, tanto como cualquier otro.
Fue terrible la alusión a su director, Eleazar Díaz Rangel, insinuando que si él hubiera estado presente en Redacción no le hubieran tergiversado su declaración al benemérito. La siguiente conclusión, de todas las cadenas, es que Aponte Aponte no existe; tampoco Velásquez Alvaray. Es más: nunca existieron.
La otra conclusión es que el Presidente ahora es que vino a saber del hacinamiento y violencia en las cárceles; carajo, es que no le informan.
No hay más conclusiones, como no sea que el pillo de "Cayendo y rodando" pueda ser elevado a la categoría de ministro en cualquier momento. Allá rodó "La Hojilla". Dos cadenas. Una industria. Un cometido: mantener una ilusión. Esa ilusión hay que desmontarla.
Las dos cadenas de esta semana han demostrado varias cosas: la primera, que el presidente Chávez cuenta con las milicias para su campaña de amedrentamiento. La amenaza se dirige a los electores de oposición que piensan en su fuero interno votar por Capriles.Pero también va contra los ahora llamados no alineados. A los ni-ni o dubitativos puede moverlos en una dirección determinada, instante supremo frente a la máquina de votación, la imagen de un miliciano parecido al Che con una bayoneta en ristre a punto de soltarle un aguijonazo fatal al votante fuera del redil.
El cándido Presidente que suele apurruñar niños y viejitas, o al menos solía hacerlo, quiere apuntalar una imagen tal en la mente de sus queridos coterráneos; al menos lo intentó en su alocución del martes, coreado por ministros.
Giordani no porque Giordani estaba en la galaxia de Andrómeda. La segunda conclusión es que la campaña del chavismo carece de escrúpulos pero a cambio ofrece billete a raudales; los ministros coreaban la repartición. Suelen hacer eso, corear y reír.
Y aplaudir. Lo hicieron mientras el Presidente repetía el estribillo barinés referente a los arreboles de su tierra. Una mariconada. Maduro, el macho de la partida, se abstuvo.
La tercera conclusión es que en el chavismo creen que 37 tractores de dudosa calidad van a sumar votos. La cuarta conclusión, ésta derivada de la cadena documental del lunes, es la utilización de la inocencia con fines partidistas. Varios niños fueron mostrados, sin vergüenza alguna por parte de los productores, cantando loas al benemérito y/o a las misiones. Gente transida de agradecimiento por haber recibido la dádiva.
Los demás, a esperar, a mantener la esperanza en vilo: así funciona el mecanismo. La quinta conclusión es que Últimas Noticias va a pasar a ser un medio perseguido, tanto como cualquier otro.
Fue terrible la alusión a su director, Eleazar Díaz Rangel, insinuando que si él hubiera estado presente en Redacción no le hubieran tergiversado su declaración al benemérito. La siguiente conclusión, de todas las cadenas, es que Aponte Aponte no existe; tampoco Velásquez Alvaray. Es más: nunca existieron.
La otra conclusión es que el Presidente ahora es que vino a saber del hacinamiento y violencia en las cárceles; carajo, es que no le informan.
No hay más conclusiones, como no sea que el pillo de "Cayendo y rodando" pueda ser elevado a la categoría de ministro en cualquier momento. Allá rodó "La Hojilla". Dos cadenas. Una industria. Un cometido: mantener una ilusión. Esa ilusión hay que desmontarla.
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