ATENCIÓN USUARIOS DE ARAGUA SIN MIEDO

La computadora desde donde actualizamos la página web de la organización y publicamos los anuncios de los eventos está dañada desde la mañana del domingo 12 de marzo de 2017, por lo que les informamos que haremos una pausa técnica en la actualización mientras resolvemos los inconvenientes. Gracias por su atención!!!

domingo, 13 de mayo de 2012

Ciudad de desarraigo

Un video trajo el éxodo venezolano al debate. Más allá de la polémica desatada, varios sociólogos concluyen que hay una generación criada con barreras impuestas por el hampa y la ideología. Por Joseph Poliszuk. Fotos de Gustavo Bandres.










EL UNIVERSAL
domingo 13 de mayo de 2012  12:00 AM

Ivanna Chávez Idrogo fue conmovida por un amigo que -afectado por una separación obligada- un día puso en su estatus de Facebook: "Caracas, la ciudad de las despedidas". A partir de allí nació el título y la idea del ya célebre video que ha reventado críticas, escándalos y uno que otro apoyo en Youtube, Twitter y medios de comunicación nacionales y hasta extranjeros.

CNN resumió esta semana, en su sitio web, que "un video donde jóvenes venezolanos hablan sobre la situación actual de su país y explican los motivos por los cuales abandonarían esa nación sudamericana, se ha convertido en un tema obligado, principalmente en redes sociales".

El asunto ya era espinoso desde antes de que Carlos Baute se fuera del país. El sociólogo de la Universidad Central de Venezuela, Carlos Colina, cree que no es fácil hablar de migraciones desde un lugar en el que por tradición solo se había recibido extranjeros. Pero más allá del video, sus formas y la retahíla de comentarios que se tejen alrededor de los casi 18 minutos que conducen los testimonios de siete muchachos que "se irían demasiado" y que lamentan limitar sus vidas al "este del este", se pregunta qué ofrece Caracas a estos y otros jóvenes.

"¿Hay un contexto que los favorezca para su desarrollo?", cuestiona. "¿Hay acaso un contexto que premie su motivación al logro?", insiste. Después de las ciudades de Brasil, la capital de la República Bolivariana de Venezuela es la más cara de América latina. De acuerdo con el índice de Costo de Vida que todos los años publica la consultora Mercer, Caracas cerró el año pasado en el puesto número 51 de las ciudades más caras del mundo, incluso por encima de Madrid, Miami y otros de los destinos que algunos venezolanos han escogido como sus nuevos hogares.

Un combo de hamburguesas es más caro aquí que en Londres, Tokio y Moscú. El estudio de Mercer abarca 214 ciudades en los cinco continentes y mide -al cambio del dólar oficial- los costos comparativos de más de 200 productos y servicios como viviendas, transporte y alimentos. Es así como se desprende que para tomarse un café con el Ávila de fondo, hacen falta casi dos dólares más que en Nueva York.

Más allá de Tazón 

Es cierto que no es la primera vez que Venezuela aparece en la lista de países con mayor costo de vida; el déficit habitacional y las colas tampoco son una novedad. En la capital de Venezuela, sin embargo, nunca antes se había visto un tiroteo en el Metro, una industria del secuestro que no discrimina ni a embajadores y unas 50 personas menos cada fin de semana.

Hay una brecha entre el costo y la calidad de los servicios: otro estudio de la misma firma advierte que Caracas ocupa el puesto número 164 en la lista de 221 centros urbanos en los que miden el nivel de vida a través de variables, que van desde la calidad del agua hasta el entorno político y la seguridad personal.

"Más que polarizado, estamos en un país desgastado", opina el profesor de Sociología de la Universidad Católica Andrés Bello, Francisco Coello. Está seguro de que pronto el tema desaparecerá; luego del video vino la crisis de la cárcel de La Planta, más tarde el famoso crucigrama y así el asesinato dentro del Metro. En unos días Twitter adoptará nuevas etiquetas pero aun así y al margen de los comentarios a favor y en contra, cree los protagonistas de "Caracas, ciudad de despedidas" documentaron los niveles de hostilidad y aislamiento en los que viven los jóvenes venezolanos.

"El país va más allá de Tazón". Eso suele repetir a sus estudiantes en la UCAB. Lamenta, sin embargo, que la inseguridad, las colas y los vaivenes de estos días limiten a los ciudadanos de hoy a una suerte de corredor vial, que los conduce de un gueto a otro.

A los 18 años Coello caminaba la ciudad. La relación de los jóvenes de hoy no puede ser igual a la que él vivió en los 80, lo que asegura que ha generado desarraigo. "Es muy difícil que sientas identidad con una ciudad que no conoces 100%", concluye. "En estos momentos no hay garantías para recorrerla y así, Mérida queda aún más lejos y probablemente haya quienes nunca lleguen a Puerto Ordaz".

Hijos del Caracazo 

"Se nos ha limitado a dividir la ciudad en partes", agrega Javier Pita, el editor de "Caracas, ciudad de despedidas". A sus 22 años habla de talanqueras y barreras impuestas por el hampa y las ideologías. Señala, además, que la suya es una generación que nació después del Caracazo, vivió el golpe de Estado de 1992 casi en la cuna y cuando el presidente Hugo Chávez llegó al poder, apenas habían aprendido a leer.

Estos muchachos -que nunca esperaron la andanada de mensajes que les lanzaron hasta por el aparato comunicacional del Estado- querían dejar constancia de que sus fiestas se volvieron reuniones de despedidas. Tras el chaparrón, la directora del documental, Ivanna Chávez Idrogo, dice que nunca se plantearon hablar en nombre de todos los jóvenes del país pero aun así, cree que el hampa y las frustraciones que manifiesta el video son todavía mayores en los barrios de Caracas.

En esa onda, Luis Vicente León advierte que 48% de los jóvenes de todos los estratos sociales quisieran irse del país. Desde que el debate saltó al Twitter recordó que aunque no todos emigran, los estudios más recientes de Datanalisis indican que casi la mitad de las nuevas generaciones ve esa alternativa como solución.

"Es un problema muy serio porque buena parte de la juventud siente desapego y un país sin generación de relevo no tiene futuro", dice. Desde la UCAB, el sociólogo Francisco Coello añade que un país del "tercer mundo" como Venezuela está financiando el desarrollo del "primer mundo" al decir adiós a muchos profesionales.

Como Miguel Otero Silva lo retrató en su novela Casas Muertas, los pueblos se mueren cuando sus hijos se van. Buena parte del país, de cualquier forma, no está pensando en irse independientemente de su trinchera política.

Si algo demostraron las reacciones del video es que muchos no están dispuestos a hacer su vida en el exterior. Y es que a pesar de sus problemas, esta no siempre fue una ciudad de despedidas. Caracas, de hecho, también fue un lugar de encuentros y bienvenidas: aquí anduvo Gabriel García Márquez a sus anchas, aquí se refugió Tomás Eloy Martínez y aquí Isabel Allende escribió La Casa de los Espíritus.

"Llegaron los venezolanos" 

No se sabe cuántos realmente se han ido. Aunque el Banco Mundial da cuenta de más de 500.000 principalmente en Estados Unidos, España, Canadá, Panamá y Australia, en la página Mequieroir.com creen que el número llega al millón de personas. Al otro lado del teléfono, la directora de esa plataforma, Esther Bermúdez, comenta desde Montreal que "los venezolanos hemos aprendido a ser inmigrantes".

"Llegaron los venezolanos", anunció la revista Semana de Colombia en su portada del 4 de junio del año pasado. "A pesar de tratarse de una diáspora de apenas cinco años, hay que decir que ya ha dejado una huella significativa en la estructura del país", señalaron entonces. Y tres años antes la revista Newsweek de Estados Unidos también reservó sus páginas centrales, para advertir que a diferencia de la otras migraciones, en la de Venezuela predomina la clase media y los jóvenes universitarios.

El viceministro de Organización de la Patria Nueva del Ministerio para la Juventud, Rander Peña, advierte que irse es una posición egoísta que no conduce a nada: "No creo que huir permita superar nuestros problemas".

No es que niegue el hampa pero está convencido de que ahora los jóvenes tienen oportunidades. Él también tiene 22 años, también es hijo del Caracazo y por eso, llama a los muchachos del video a "querer a su país".

El tema de la inseguridad está presente en toda América latina incluso en Estados Unidos, dice, pero en vez de ser una razón para irse cree que es otra para quedarse. "Nosotros vemos un grupo minoritario que circunstancialmente son venezolanos pero hablan como si no lo fueran", sentencia.

Ante esa y otras condenas contra el video, el profesor de la maestría de Comunicación de la UCV, Carlos Colina, opina que hay que rescatar el concepto de ciudad de la Polis, que en la Grecia clásica traducía un espacio para el diálogo.

A contracorriente de lo ya dicho, cree que no se puede usar el documental para generalizar sobre un estrato social porque sus protagonistas no tienen que representar un único sector. Y en ese sentido cita a dos venezolanos para poner las cosas en orden: sobre la forma del video recuerda que "Rafael Cadenas señaló que la descomposición y el deterioro del idioma es el síntoma del quiebre de la cultura", y con respecto a la polémica que se ha tejido sobre el fondo, concluye con Mariano Picón Salas para advertir que "oscilamos entre el desdén y la exaltación nacionalista".

OPINIONES SOBRE CARACAS

Isabel Allende: "El impacto de la llegada fue como haber caído en otro planeta; venía del invierno, el orden aterrador de la dictadura y la pobreza generalizada, y llegué a un país caliente y anárquico en plena bonanza petrolera (...) Para mí, criada en la sobriedad de la casa del Tata, era difícil creer tanto exhibicionismo, pero con el tiempo no sólo me acostumbré, sino que aprendí a celebrarlo. (...) Caracas en 1975 era alegre y caótica, una de las ciudades más caras del mundo. Brotaban por todas partes edificios nuevos y anchas autopistas, el comercio exhibía un derroche de lujos, en cada esquina había bares, bancos, restaurantes y hoteles para amores clandestinos y las calles estaban permanentemente atochadas por millares de vehículos de último modelo que no podían moverse en el desorden del tráfico, nadie respetaba los semáforos, pero se detenían en la autopista para que cruzara un peatón distraído. El dinero parecía crecer en los árboles, (...) los hombres mantenían a varias amantes, las mujeres iban los fines de semana de compras a Miami y los niños consideraban un viaje anual a Disneyworld como un derecho natural... (Paula - 1994).

Gabriel García Márquez: "A pesar del calor, del fragor del tránsito en las autopistas de vértigo, de las distancias cortas más largas del mundo, yo iba reconociendo a cada vuelta de rueda los sitios familiares de mi infancia desde que atravesé la ciudad por primera vez. Identificaba en las laderas escarpadas las cabañas de colores (...) y una edificación luciferina que sólo por su nombre sobrepasaba de muy lejos a todos los horrores del mundo infantil: El Helicoide de la Roca Tarpeya. (...) Una de las hermosas frustraciones de mi vida es no haberme quedado a vivir para siempre en esa ciudad infernal. Me gusta su gente, a la cual me siento muy parecido, me gustan sus mujeres tiernas y bravas, y me gusta su locura sin límites y su sentido experimental de la vida. Pocas cosas me gustan tanto en este mundo como el color del Ávila al atardecer. Pero el prodigio mayor de Caracas es que en medio del hierro y el asfalto y los embotellamientos de tránsito que siguen siendo uno solo y siempre el mismo desde hace 20 años, la ciudad conserva todavía en su corazón la nostalgia del campo. (La infeliz Caracas - 1980).

······························································

Jóvenes en la encrucijada


Qué perspectivas de futuro se les ofrece hoy a quienes estudian y tratan de abrirse camino en una Caracas cada vez más hostil. Qué consideran los que piensan que tal vez el futuro está aquí. Por Javier Brassesco

Neyeska Quintero vive en Casalta y tiene 21 años NICOLA ROCCO

David Santos se identifica con algunas cosas de Caracas, Ciudad de Despedidas KISAÍ MENDOZA



Lorena Freitez tiene ya siete años trabajando en un proyecto dirigido a los jóvenes


EL UNIVERSAL
domingo 13 de mayo de 2012  12:00 AM

"Opciones hay, falta la voluntad de encontrarlas"

Neyeska Quintero es estudiante del quinto semestre en el Pedagógico de Caracas y da clases en un colegio de Propatria.

"Las oportunidades de trabajo lucen muy escasas cuando tienes veintiún años como yo y de pronto te preguntas qué vas a hacer cuando termines la carrera. Eso me preocupa especialmente a mí, cómo va a ser mi vida laboral. Desde ya es un problema, porque cuando vienes de una universidad autónoma estás casi que descartado para trabajar en cualquier escuela nacional, en cualquier puesto público, pues ahora toda la prioridad se la están dando a quienes estudian en la Universidad Bolivariana o en las misiones. Yo intenté empezar a dar clases de química y fue imposible. En colegios privados te piden experiencia, pero de dónde agarra uno la experiencia si en ningún lado te quieren o te aceptan.

En cuanto a espacios recreativos para nosotros, la situación es bien grave. Yo vivo en Casalta, y el cine más cercano me queda en Capitolio. Cómo es posible que en toda Catia (¿tú sabes el tamaño que tiene Catia?) no haya solo un cine. Si quiero salir a cualquier lado es un drama, hay que agarrar camionetica pero entonces sabes que ya después de las ocho de la noche no puedes hacerlo porque es muy peligroso y total te terminas quedando en tu casa.

Porque aparte de que es peligroso salir no hay muchos sitios a donde ir. Estoy hablando de opciones culturales, más allá de fiestas y discotecas. Eso del joven buscando una fiesta y una discoteca es un cliché, no todos son así, ni siquiera la mayoría. Nuestros intereses son de lo más variados, pero a nadie parece que le importa averiguarlo. Ni enseñarles que hay otras cosas más allá de la fiesta.

Me gustaría mudarme de Casalta, eso sí, quisiera poder ofrecer a mis hijos una mejor calidad de vida. Pero irme de Caracas, irme del país, no. La verdad es que ni siquiera hablamos de eso entre nosotros. Yo la verdad es que no tengo amigos que quieran irse del país. Más bien tengo amigos de Barlovento y Los Teques que quisieran establecerse en Caracas. Este es mi país, yo lo siento así, aquí hay muchas cosas que hacer. Yo me estoy formando para educar aquí en Caracas.

"No es solo fiestas y minitecas"

David Santos tiene 19 años, estudia en la Universidad Católica Andrés Bello y dice que se sintió identificado con algunas de las cosas que vio en el célebre video Caracas, Ciudad de Despedidas, aunque no está de acuerdo con muchas otras:

"Creo que allí se refleja gran parte de la juventud caraqueña, aunque mucha gente del video no haya hablado de la mejor manera, no se haya expresado bien, y tal vez por eso tuvieron tantas críticas. Pero en el fondo, aunque sea de una manera ingenua, se expresa un problema real: muchos se quieren ir. Dos amigas mías están ahora en Argentina, una se fue a estudiar una carrera que aquí no se dicta y otra después de que la secuestraron. Otros dos amigos se quieren ir.

¿Son mayoría?" No sé, no sabría decirlo, yo solo puedo hablar por mí: yo no me quiero ir, no me lo planteo. Todo el tiempo estoy oyendo que la ciudad no te ofrece opciones, que no hay nada que hacer, pero yo pienso que hay opciones para el que las quiere encontrar.

Claro, lo malo es que casi todas están en Chacao. La Feria del Libro fue una maravilla, y fui a ver la Camerata de Caracas en el teatro César Rengifo (Petare) hace un mes, y poco antes a un espectáculo de corales que la embajada china presentó en el teatro El Rosal. Aquí en Palo Verde, donde vivo, la iglesia San Rafael tiene siempre actividades, y a través de la web veo siempre dónde hay toques o eventos deportivos. Hasta un torneo de basket jugué en el barrio San Blas, en Petare.

Se corre siempre el riesgo de la inseguridad, y es una tragedia cuando vivir o no depende tanto de tu suerte, cuando nuestras salidas se limitan cada vez más a las cuatro paredes del apartamento de un pana. Por eso yo no juzgo a quienes desean largarse de aquí, yo simplemente digo que yo me quedo, que aquí nací y aquí me siento bien. Y si las cosas no caminan como uno quiere, pues entonces más quiero quedarme: en vez de quejarme, trabajaré para arreglarlas".

"Nadie les pregunta qué es lo que quieren"

Lorena Freitez (@lorenafreitezi) tiene siete años trabajando con jóvenes en el parque cultural Tiuna El Fuerte (El Valle), y lamenta que no existan más políticas de inclusión específicas para jóvenes:

"Primero habría que empezar por contarlos y conocerlos: cuántos son los jóvenes, qué quieren, a qué aspiran, qué programas ven, qué musica escuchan, cómo es su sexualidad, cuál es su relación con las drogas y su expectativa de vida productiva. Desde el año 1993 aquí ni siquiera se hace una encuesta nacional de juventudes, algo que por ejemplo en México se hace de manera biaanual.

Nadie se les acerca, y no se les ofrecen muchas opciones porque ni siquiera se conocen cuáles son las opciones que buscan. Y esto genera una exclusión social que a la vez provoca violencia.

Yo creo que si a los jóvenes se les hace formar parte de proyectos colectivos a partir de lo que les gusta, vas a hacer que se sientan incluidos. Eso es lo que tratamos de hacer ahora con la creación de una red nacional de distribución artística y con las tiendas Redada en todo el país. Estamos potenciando el emprendimiento juvenil en el campo cultural, y los jóvenes están haciendo desde videoclips hasta gorras.

Y además hay que crear más espacios alternativos para los jóvenes, porque de lo contrario se está alimentando un círculo vicioso que no beneficia a nadie: mientras menos lugares de recreación, más inseguridad, y mientras más inseguridad pues menos espacio público. Hay que idear mecanismos para acercarnos a ellos, los mecanismos clásicos no son suficientes.

······························································

Video: "Caracas ciudad de despedidas"

El video realizado por jóvenes estudiantes y como un proyecto de universitario ha generado un amplio debate en las redes sociales venezolanas.



jpoliszuk@eluniversal.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario