Hay sacerdotes que piensan que la Iglesia ha descuidado el uso de sus signos sagrados FOTOS NICOLA ROCCO
Supermercados, tiendas de ropa y de telefonía han desaparecido para dar paso a locales de santería
DELIA MENESES Y JAVIER BRASSESCO | EL UNIVERSAL
domingo 29 de abril de 2012 12:00 AM
Un anuncio inesperado sorprendió a los feligreses que asistieron a la iglesia de San Bernardino el domingo pasado. La hostia se repartiría en la boca y no en la mano (como también suele hacerse) para evitar el riesgo de que se llevaran el signo sagrado de los católicos a algún ritual de santería.
No es una amenaza nueva para las parroquias. El presbítero Otty Aristizábal, capellán de Betania, ha visto como en cinco oportunidades han intentado llevarse hostias del santuario de la virgen. Hace poco, el domingo después de la Pascua, el Cirio Pascual de Betania desapareció. "La santería persigue los signos católicos bendecidos para sus ritos", afirma Aristizábal, por eso asegura que este culto viene entrando en conflicto con la Iglesia.
El auge que vive la santería se refleja en los espacios de la ciudad que ha ido tomando. En 2008 las tiendas que vendían artículos para esta práctica religiosa en la capital pasaban de 150. Hoy ese número se ha duplicado. En la avenida Sur 4, la paralela a la Baralt, locales de ropa y de telefonía celular han desaparecido para dar paso a tiendas de santería. Una de las revistas más emblemáticas de este movimiento vio aumentar su tiraje en un par de años de 5 mil a 15 mil ejemplares.
Aristizábal coincide con el padre Honegger Molina, de la parroquia El Salvador de Las Acacias, en que la gran apertura, desde el Gobierno, a los cubanos, y por consiguiente a su cultura, ha favorecido el auge de la santería. Se estima que hay unos 60 mil cubanos en Venezuela.
La autocrítica en el seno de la Iglesia Católica está presente. "Los sacerdotes no hemos sido lo suficientemente completos en la primera formación de los niños en la catequesis, hay mucha gente confundida buscando soluciones efectistas. La Iglesia ha descuidado los sectores populares y eso lo pagamos bien caro", dice Molina.
Agrega que la santería se aprovecha de personas desesperadas, ingenuas en su fe. "Esta práctica ofrece una visión utilitaria de la fe, un deseo de manipular lo sagrado. Yo te doy para que tú me des, se compran los favores divinos y a Dios no se le puede comprar. Todo esto fructifica por la poca formación religiosa de las personas".
Entre los santeros no cayeron nada bien las palabras del Cardenal Jorge Urosa Savino, el pasado Miércoles Santo, que hablaban de la incompatibilidad de la religión católica y la santería. Santos López, quien organiza el Festival Internacional de Tradiciones Afroamericanas, cree que Urosa Savino es la expresión del sector más intolerante de la iglesia.
No cree que lo que él llama "espiritualidad africana" esté reñido con la religión católica ni con ninguna otra, y que pensar así es menospreciar a países como Brasil, Cuba o Venezuela, que han encontrado en ésta su razón de ser: "Creer además que la llamada santería no tiene fundamentos ni principios es dejar en evidencia una gran ignorancia, o menosprecio de la teogonía africana, de la espiritualidad de los pueblos más primitivos".
Para Aristizábal, el reto para la Iglesia es revitalizar la evangelización. "Pero faltan sacerdotes, solo somos 2.341 para 28 millones de habitantes y hay pocos laicos comprometidos".
Molina agrega que el católico es acomodaticio, restringe su religión al espacio del culto y no hace valer su impronta, "debería estar más comprometido con la labor pastoral".
Por su parte Salvador Xiqués, babalao cubano con más de treinta años de experiencia, dice que desde la alta jerarquía eclesiástica se suele condenar todas aquellas cosas que no entienden. Pero al mismo tiempo prefiere concentrarse en lo que les une como creyentes: "Yo también creo que existe un solo Dios verdadero, no importa el nombre que le pongamos o la manera en que lo adoremos".
Además reconoce que hay muchas cosas que criticar en la manera en que aquí se practica la santería: "Se ha prostituido su sentido, es manejada por personas que solo buscan un interés monetario en esquemas tipo pirámide y que cobran millones por montar un santo. Eso es una estafa".
José Gregorio Salazar, subsecretario de la Conferencia Episcopal Venezolana, aclara que no hay ninguna línea oficial por parte de la Iglesia Católica de regresar a la comunión en la boca. Pero en algunos casos puntuales las parroquias han optado por esta opción. Molina sugiere que los laicos deben estar atentos a las personas que lleguen con indumentaria santera y pedirles que no se acerquen a comulgar y asegurarse que las personas consuman la hostia en el momento que la reciben. Para Salazar, catolicismo y santería no pueden entrar en conflicto porque son dos cosas completamente distintas. "La Iglesia no da soluciones efectistas a los problemas pero muchos desesperados van buscando lo fácil y lo rápido.
Salazar hace un llamado a que se respete la salud y el entorno de todos "En Montalbán a cada rato nos topamos con cajas con animales muertos. Están destruyendo la fauna: venados, cabritos, ovejas, gallinas. ¿Por qué las ONG profauna no se enfocan en esto?".
DÉFICIT DE SACERDOTES
• Lo que hoy conocemos como santería tiene su origen en África, específicamente de la tribu Yoruba, que ocupaba un territorio que hoy corresponde a Nigeria. Los esclavos trajeron esta religión a América, echó raíces sobre todo en Cuba y Brasil.
• Al llegar a América se produjo un sincretismo con la religión católica y muchas de sus deidades (orishas) fueron identificados con santos cristianos.
• Actualmente podría decirse que el número de babalaos (máximos representantes de la santería) dobla al de curas católicos: 2.341 contra más de 5 mil. En Caracas hay 400 sacerdotes pero según Molina solo 180 están activos en las 140 parroquias que tiene Caracas.
• La ciudad necesitaría quintuplicar su número de sacerdotes activos, tener al menos unos mil, para atender de manera más eficiente a la feligresía caraqueña y los servicios pastorales de las iglesias.
• Entre 2003 y 2009 solo se ordenaron 27 sacerdotes. En lo que queda de año saldrán del seminario cinco sacerdotes. De un grupo de 10 jóvenes que ingresan al seminario solo se ordenan 5 o 6 después de siete o nueve años de estudios. Un babalao, dice Salazar, se fabrica en mucho menos tiempo. El acto de "hacerse un santo" tiene costos variables: desde 15 mil hasta 50 mil bolívares.
Cura ignorante... ¿Quién te dijo que nosotros los sacerdotes yoruba necesitamos de una oblea para realizar nuestros rituales con los Orishas?
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