fotos | ENRIQUE SILVA
Las cercas de las viviendas del callejón Romero de Bello Monte I también salieron volando |
Familias tuvieron que salir corriendo en busca de piedras para sostener las láminas de zinc del techo de sus viviendas |
Una señora y 5 niños se refugiaron en casa de un familiar luego que el rancho que se ubica entre Bello Monte y Valle Verde fuera destrozado por los fuertes vientos |
Ello sin contar los deslizamientos de tierra que se registraron en la parte alta de la citada comunidad y socavaron la base de algunos ranchos cuyos habitantes temían que éstos se “vinieran abajo”, al tiempo que sus enseres se le llenaban de agua pues “las inundaciones” no se hicieron esperar.
“Fue realmente espantoso, las láminas de zinc del techo de mi humilde casa volaron por los aires, mientras los colchones, neveras, ropa, mueble, artefactos y pared usted de contar se emparamaban de agua; junto a los enseres los cuatro niños que aquí habitan y mi persona (...) no tuvimos otra opción más que esperar que todo pasará y amontonarnos en el único colchón que quedó medio seco, para pasar la noche”.
Así lo relató una de las afectadas, Rosa Maizo, mientras mostraba las torcidas paredes de su rancho (de tablas) que, según señaló, también estuvieron a punto de caer. Dijo que “lo peor, es no poder arreglar y realizar las mejoras que requiere mi casa (...) estoy registrada en la Gran Misión Vivienda y debo esperar salir beneficiada con dicho programa habitacional”.
Dicho esto y tras destacar que su historia se repitió en al menos cuatro viviendas de la parte alta de la zona y otras tantas que sufrieron afectaciones no tan severas, Maizo dio la palabra a Egoina Mare, habitante del callejón Romero del sector Bello Monte I, cuya vivienda también sufrió daños por las lluvias acompañadas de fuertes vientos.
“El techo se levantó pero no voló pues no lo dejamos, de inmediato buscamos piedras y las colocamos sobre éste, de no haber sido por eso hubiésemos dormido a la deriva como algunos de los vecinos de la barriada aledaña; siendo preciso destacar el caso de una señora que tuvo que correr con sus cinco niños acuesta pues el rancho se le vino abajo y, según supimos, durmieron todos arrimados en la casa de un familiar”.
¡No podían faltar los apagones!
Dicho esto Mare y la también afectada María de Herrera, continuaron diciendo “por si fuera poco, los apagones no podían faltar y, como era de esperarse, se prolongaron por largas horas, siendo preciso mencionar que los habitantes del final de la calle La Estación -entre los sectores Jobalito y Bello Monte- no escaparon a la falla en el servicio de energía eléctrica. Entre ellos, Xiomara Villegas quien a eso de las 10 de la mañana de ayer seguía sin poder hacer uso de sus artefactos eléctricos. Explicó “luego del apagón que se registró a eso de las 5 de la tarde cuando arrancó el palo de agua (...) después de varias horas sin electricidad, la luz llegó pero deficiente y a esta hora de la mañana del día siguiente el servicio nada que se normaliza, así que seguimos en las mismas”.
Tras lo antes descrito, la entrevistada Egoina Mare aprovechó la oportunidad para exhortar al burgomaestre de La Victoria y su equipo de trabajo a echarles una manito con la construcción de las caminería que tanto requieren los vecinos del callejón Romero; “el camino es de piedras y grandes lajas que en días de lluvias como éste son peligrosamente resbaladizas (...) no hay que olvidar el impenetrable pantano que se apodera de las calles de abajo y las intransitables calles de tierra de Valle Verde”.
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