Bolívar: Vecinos de La Curia dicen sentirse en el olvido total

DOUGLAS FLORES | el siglo
fotos | CARLOS PEÑA

Arriba: El mal estado de la calle Mi Delirio es evidente
Abajo:
Izquierda: La canal principal está full de monte
Derecha: Las aceras también se encuentran deterioradas

Bote de aguas negras es otra de las
calamidades

La desidia parece haberse apoderado de La Curia, pues según expresaron los propios vecinos del sector, desde hace ya un buen tiempo las autoridades gubernamentales lo les echan una manito, incluso “no se les ve la cara por acá si no es en campañas políticas para buscar votos, del resto ni por casualidad”.

En la calle Mi Delirio es una en las que se puede observar el deterioro de las aceras y de la propia calle, cuando al caminar si las personas no están pendientes pueden que caigan en un bache y se embarren bien los zapatos o sandalias, pues un bote de agua blanca empeora el andar de los vecinos.

“Aquí cuando no es una cosa es otra, ese bote de agua tiene más de un mes se le ha hecho el llamado a Hidrocentro, en la Alcaldía de Bolívar y no hemos tenido respuesta alguna. Sin duda que esto ha originado que la calle y todo el sector tenga una peor apariencia y que los vecinos como mi persona nos sintamos en el olvido”, dijo Juan Morales, miembro del consejo comunal de la zona, quien comentó que en La Curia lo que sobran son problemáticas pero no hay quien les ayude a solucionarlas.

Entre las calamidades que se pueden encontrar en La Curia, solamente por nombrar algunas de las denunciadas por los lugareños de la zona, se puede mencionar la deficiencia del alumbrado público, la falta de mantenimiento de las canales de aguas de lluvia, la nueva estructura del colegio del sector la cual tiene cuatro años construyéndose, la cantidad de insectos y alimañas de todos los tamaños y colores como ratas, zancudo, garrapatas, pulgas, culebras y pare usted de contar.

Pero si en la calle Mi Delirio hay un bote de aguas blancas, en la calle Los Llanos baja “un río” de cloacas que aumenta el grado de infección al que están expuestos todos los habitantes de la zona, principalmente los niños (as) y las personas de la tercera edad, quienes siempre son los más vulnerables.