Tal Cual Digital
Cuando el chavismo explica las causas de la violencia en el país, alude al "paramilitarismo y al rentismo petrolero". La primera razón responde a una estrategia de justificación política. El primero es que el Estado venezolano queda como un ente pasivo, incompetente, que perdió absolutamente el control de lo que pasa dentro de sus fronteras
PAULA VÁSQUEZ
Cuando el chavismo explica las causas de la violencia en el país, alude al "paramilitarismo y e al rentismo petrolero". La primera razón responde a una estrategia de justificación política. La segunda es mas bien metafísica de los ideólogos de la revolución. La especulación analítica llega al punto de explicar la violencia por el "rentismo cultural" y por el famoso estilo de vida enajenado por el consumismo. En dichos tratados sociológicos brillan por su ausencia categorías como impunidad y crisis de las instituciones del Estado. Que en Venezuela no exista justicia pareciera ser lo de menos cuando el culturalismo florece para explicar conductas criminales.
En un artículo publicado en Aporrea, Nicmar Evans denuncia la "colombianización" de Venezuela y alega la "instalación de nichos paramiliatres" para explicar la exorbitante tasa de homicidios que sacude a Venezuela. Sin mayores datos sociológicos se afirma que los desplazados de Colombia por la violencia paramilitar trajeron consigo prácticas y técnicas de violencia y que se "trasladó la violencia paramilitar a nuestras barriadas populares". Varios elementos subyacen a este razonamiento.
El primero es que el Estado venezolano queda como un ente pasivo, incompetente, que perdió absolutamente el control de lo que pasa dentro de sus fronteras. El Estado venezolano queda pues como un cuerpo desvalido e inerte que ve proliferar la violencia traída por extranjeros y no hace nada.
El segundo es que en ese discurso cercano al oficialismo no se habla de "delincuencia organizada", eso seria despolitizar lo que ellos quieren politizar. Se habla de agentes externos, ajenos al cuerpo social venezolano, que vinieron a instalarse y a hacer escuela.
Hay un dejo en estas explicaciones de teoría del complot, de infiltración, de enemigo externo que viene a contaminar a un cuerpo social estable y en buenas condiciones. Como si en lo interno no pasara nada que pudiera explicar la matazón que se vive en Venezuela. Y en el diario Rebelión se junta esta violencia con el intento de magnicidio e infiltraciones de todo tipo por supuesto, porque Estado y gobierno en Venezuela son inocentes víctimas. Como si en las propias "barriadas" de Venezuela no existiera el caldo de cultivo para que prolifere cualquier escuela del crimen, endógena o exógena.... Los desplazados colombianos que huyeron de las políticas de limpieza social durante Uribe son pues la causa de las teorías oficiales de la situación de violencia incontrolada en Venezuela. Como si aquí no hubiera grupos de exterminio bien criollitos, como si los casos de las policías de Lara y Portuguesa no fueran significativos.
El punto no es eludir la importancia del problema del desplazamiento de población de Colombia; se trata más bien de interrogarse por la validez universal de teorías conspirativas que siempre terminan eximiendo al Estado venezolano de sus responsabilidades.
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