La paz sea con vosotros

Tal Cual Digital

A hora resulta que cada vez que uno toca a Mahler se convierte en candidato al Premio Nobel de la Paz. Pero no seamos extremistas. Algo tiene que ver Mahler con la paz. Al menos es difícil que los muchachos de La Piedrita pongan fusiles de alto calibre en manos de los niños ocupadas por violines y cornos. Aunque eso en realidad también sucede con los juegos de perinola que, aunque usted lo dude, necesitan harta concentración

FERNANDO RODRÍGUEZ

A hora resulta que cada vez que uno toca a Mahler se convierte en candidato al Premio Nobel de la Paz. Y si no lo cree lea las frases que engalanan los programas recientes de Dudamel. Como cosa curiosa de esta novedad éstas hablan de muchas maneras de paz, salvo de la que sería interesante hablar, la que debería reinar entre los venezolanos que nos venimos comportando desde hace trece años como verdaderos matones y a lo mejor, Mahler no lo quiera, un día de éstos nos vamos a las manos y luego a los tiros y después a los cañones y esos otros artefactos que desfilaron estos días en Los Próceres para celebrar un beatífico golpe. De eso no se habla curiosamente y es casi el único tema de conversación de los venezolanos en los últimos tres lustros para desgracia de nuestras almas entumecidas.

Pero no seamos extremistas. Algo tiene que ver Mahler con la paz. Al menos es difícil que los muchachos de La Piedrita pongan fusiles de alto calibre en manos de los niños ocupadas por violines y cornos. Aunque eso en realidad también sucede con los juegos de perinola que, aunque usted lo dude, necesitan harta concentración.

Claro, también sabemos en el fondo que la gran música eleva el espíritu de ejecutores y oyentes a cósmicas zonas espirituales donde sólo reinan la luz y la belleza, lo cual es un clima muy saludable a no dudar. Pero pasa que más abajo hay una periquera atroz por estos lados, y por muchos otros, que es poco melodiosa y más bien bélica, que no se ve afectada por la maravillosa levitación, basta oír el discurso del Comandante y mecenas para registrar esa falta de sintonía. Bueno, la patria es Mahler también.

2. Hablando del 4f hay que felicitar al Ministerio de no sé qué vaina popular de la Cultura por el despliegue de los batallones museísticos que han enfrentado con todo valor y las armas más aceradas las poderosas fuerzas de las artes burguesas. Pusieron en correcta formación los pintores épicos, comprometidos no importa con quién, los adulones, los pintajefes, los realistas arcaicos, etc., etc., al lado de sus hermanos revolucionarios del desfile cívico-militar. Hasta incluyeron, no todo es exclusión y zdanovismo, a gente decente y de enorme valía en la patriótica brigada, por ejemplo a Jacobo Borges, Paolo Gasparini o Gego, seguramente sin invitación y sin contexto. Ni se le ocurra ir, mucho menos con niños que deben jugar a la paz de los violines o de Mario Bross.

3. El 4f va a terminar sus festividades (esto se escribe el sábado) de una manera inesperada con las primarias, valga decir con el voto como bandera y los discursos pacíficos como armas. Cosas del destino. A lo mejor el contraste va a ser entusiasmante para muchos que prefieren un gentío haciendo cola para sufragar como les venga en gana que los ruidos de los aviones y el abominable espectáculo de gente vestida igual, dando el mismo paso, robotizada, cosificada y cronometizada desfilando armadas ante el César. Y no aprecien artistas sirviendo de comparsa.