Me asegura la "gerente del hogar" que trabaja en mi casa hace añales y suele ser el contacto más directo que la gente como yo tiene con la realidad nacional.
-¿De dónde sacaste eso?, le pregunto alarmada, si todavía no ha habido elecciones...
-Si, pero cuando me inscribí en eso de la pensión de vejez (debe ser la Misión en Amor Mayor, sospecho), me dijeron que si yo puse mi firma y mi cédula, ya voté por Chávez. Que esos datos pasan directo a las máquinas de votación.
Ella, habitante de una zona full chavista por allá en El Tuy, me asegura que en cada elección se pone su franela roja y se monta en los camiones que los van a buscar pero que vota por la oposición. Su familia hace tiempo que brincó la talanquera y sus hijas y yernos siempre sufragan en contra de los rojitos, pero que este año no podrá ser: -Por allá se aparecieron en diciembre regalándole juguetes y ropa a los niños. Y las mujeres hicieron cola desde la madrugada. Se mataban por dos camisitas y dos bermudas. Y ni le cuento la colota que se hizo cuando las madres iban a inscribir a los niñitos para que les regalaran 400 bolos mensuales a cada uno. Ahí hubo hasta golpes. Pues toda esa gente ya votó por el presidente Chávez, eso es lo que nos dijeron los del Consejo Comunal.
Y se faja a sacarme cuentas del dineral que se va a meter cuando le paguen la pensión a ella y a sus nietos, como quien me da el preaviso.
Otra persona me cuenta, casi llorando de la indignación, que un joven humilde, muy asustado, le reveló que va a tener que votar por Hugo porque en el barrio le aseguraron que "desde el satélite Simón Bolívar pueden descubrir por quien votó uno...", información que casualmente coincide con la desmesurada propaganda que han desplegado sobre ese Elefante Blanco chino, el más caro engaña-bolsas que hemos adquirido en estos 13 años de asombro.
Y lejos de caer en el pesimismo obvio, de acuerdo con el cual vale preguntarse cómo le vamos a ganar las elecciones a semejantes malandros, lo que se me atravesó fue una arrechera enorme que me permitió armar finalmente el rompecabezas que podría responder el por qué son tan incapaces y negligentes. Tiene que ser una estrategia, señores, dirigida y planificada desde la oscura Sala Situacional del Poder, según la cual a mayor ignorancia más votos. Que mientras menos herramientas tenga el pueblo (o sea, sus votantes) para sacar sus propias conclusiones, más tiempo ellos seguirán en este "dolce far niente" que les ha regalado una vida de corrupción, irresponsabilidad y privilegios no digo hasta el 2031.
Por eso no construyen escuelas ni liceos o inventan universidades donde lo menos importante es el esfuerzo. Y mucho menos van a levantar viviendas dignas porque es más fácil ganar votos regalando camisitas y juguetes. Y ni hablar de generar empleo ("se nos pueden alzar después los trabajadores", dirá algún iluminado del tren ejecutivo), cuando resulta más eficiente tramitar conciencias con dinero cash, como los narcotraficantes.
"Mientras más pobres más delincuentes", aconsejará otro desde su camioneta blindada. "Así la clase opositora se irá en bandada para Miami", pondrá un cubano su granito ideológico en el asunto, recomendando que ni se les ocurra sacar de la pobreza a sus millones de fieles votantes porque es justo ahí, en el universo de mendigos, donde Fidel ha vivido como un emperador más de 50 años, atendido por mayordomos con guantes blancos mientras el capitalismo le acecha la soberanía al resto de los pendejos.
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