El lago también llegó al sector La Isla en Cogollal. Ranchitos a punto de ser arrasados.

LUIS CHUNGA | el siglo
fotos | JOSÉ LUIS VALERA

Ranchito a punto de ser arrasado por las aguas del Lago de Tacarigua

Limpiaron la vía hacia Cogollal

El piso de la casa ya comenzó a rajarse

Las temibles aguas del Lago Los Tacarigua, avanzan sigilosamente y estarían a punto de acabar con la vivienda de cuatro familias, que habitan en unos ranchitos, cuyas bases han sido socavadas y en cualquier momento pueden quedar sepultadas en el histórico lago.

Las modestas viviendas están ubicadas en la comunidad de La Isla, sector Cogollal, municipio Girardot y desde lejos se puede apreciar claramente que en cualquier momento puede ocurrir una tragedia.

La señora María Rivas, su esposo y sus hijos, ruegan todos los días para que Dios tenga misericordia de ellos y les permita seguir viviendo. “Yo sólo pido que me saquen de aquí, hace dos meses llegó el alcalde Pedro Bastidas y el gobernador Rafael Isea, vieron las condiciones en que estamos viviendo y nos prometieron que nos iban a sacar de este lugar para entregarnos un apartamento, pero vemos que todo fue una simple promesa para salir del paso”, dijo.

La angustiada madre de familia, tiene dos hijos con discapacidad, tiene 30 años viviendo en el sector y parte de su casa recibió una descarga eléctrica, porque los cables de alta tensión cruzan un enorme árbol que está cerca de su casa y cada vez que hay un fuerte aire, la corriente pega en el humilde rancho.

Añadió que después de las promesas de las principales autoridades de Aragua, siempre acude a las oficinas de la Gobernación, pero una secretaria lo único que le responde es “que tenga paciencia y espere una llamada”.

“Santo cielo hasta cuándo voy a estar con esa angustia, yo y mi familia tenemos mucha fe en Dios, pero hay dudas en las palabras del hombre, el piso de mi casa se está hundiendo, vivimos en una zona de alto riesgo, una y otra vez nos han censado y sabemos que nuestras vidas peligran, ojalá que no ocurra alguna desgracia”, dijo.

Según Raúl Camejo, vocero del consejo comunal de Cogollal, dice que el mandatario regional conoce a plenitud y ha palpado la realidad en que viven esas familias, pero nadie comprende porqué hasta el momento no ha reubicado esas familias. “Esas cuatro o cinco familias viven en ranchos inundados, las guayas están pegando a un árbol y cuando ventea pasa corriente a las casitas, aunque cuesta decirlo, pero en este sector el Gobierno Nacional y regional no ha hecho nada”, señaló.

Añadió que el problema se extiende para otras siete familias que desde hace años construyeron sus ranchos pegados al cerro, pero también están sufriendo las consecuencias. Esas familias necesitan ser reubicadas, no podemos permitir que sus vidas se vayan apagando de la angustia, porque temen que con las fuertes precipitaciones se les pueda venir un deslave desde el cerro, mientras que por el otro frente las aguas del lago también los inunden.

“Quiero ser sincero para señalar que en la isla peligra la vida de las familias, pero nadie quiere tomar la decisión para reubicarlos, esta es una denuncia humanitaria sin fines políticos, necesitamos ser más solidarios entre hermanos venezolanos”.

Asimismo Enrique Martínez, vocero del consejo comunal, señaló que todavía hay tiempo para que esas familias puedan recuperar su fe y confianza en la revolución, pero es necesario que sean reubicadas, porque el Lago de Los Tacarigua no perdona.

“Yo le pregunto a las autoridades que están esperando para evacuar a estas familias, porque desde las oficinas de la Gobernación le responden que deben tener paciencia, creo que nadie desea que ocurra una desgracia, sin embargo, tenemos que prevenir antes que lamentar”, señaló.

Según Camejo, el sector de Cogollal es una de las comunidades más pacíficas del municipio Girardot, pero existe mucha pobreza. Los vecinos aseguran que las autoridades de turno solamente se acuerdan de los pobladores de esa comunidad en épocas electorales cuando necesitan un voto.

“Aquí no tenemos nada, pareciera que no pertenecemos al estado Aragua, las vías están destruidas, no se realizan operativos de salud, los censos han perdido su seriedad y lo peor de todo es que en la Gobernación nunca nos reciben, pareciera que las secretarias y los funcionarios nunca van a pasar por este tipo de desgracia, es por eso que cada día nos sentimos abandonados”, dijo Samuel Jiménez.