Notitarde
Valencia, enero 1 (Karlenys Vielma Miranda /Francisco A. Briceño J.).- En la celebración de la eucaristía de fin de año, efectuada en la Catedral de Valencia el pasado 31 de diciembre, el presbítero Pedro De Freitas manifestó a los presentes el mensaje de paz que el Papa Benedicto XVI ofreció en el mes de agosto del año 2011, en torno a la necesidad de educación de los jóvenes y niños en el tema de la justicia y la paz, al tiempo que en la misa de año nuevo, oficiada por el padre Ángel Alegría, las oraciones estuvieron dirigidas hacia la paz entre naciones y la justicia.
Explicó que el Papa en ese mensaje hace ver la responsabilidad de los padres e instituciones al no inculcar en los jóvenes esa sensibilidad especial hacia el tema de la bondad, la justicia, la libertad y la paz, puesto que sin ese proceso de enseñanza y el camino de la inclusión de los valores que fundamentan la vida cristiana, es imposible que los hombres avancen hacia la construcción de un mundo mejor.
Adicionalmente, recordó que esta última misa del año civil correspondió a la víspera de la solemnidad de Santa María Madre de Dios, por lo que de esta manera se cierra y se abre un año de la mano de la Virgen, que es conmemorada por todos sus feligreses como la Madre de Cristo.
Al igual, mencionó que a lo largo del año son muchas las fiestas que se realizan en nombre de la Virgen, sin embargo, la del 31 de diciembre es la más importante, porque a partir de un concilio efectuado en el año 430 la Virgen fue solemnemente definida y proclamada por la Iglesia como la Madre de Dios", "a propósito de que muchos herejes que proponían una especie de Jesús sin divinidad y para demostrar la verdad de su divinidad, la Virgen entra en juego para finalmente demostrar que desde sus entrañas nació el esperado hijo de Dios".
Además, el párroco De Freitas acotó que ese día se otorgaba un reconocimiento especial a la Virgen, luego de toda la gratitud, amor y afecto verdadero que manifestó durante el 2011 con todos sus fieles reflejada como madre, compañera, y como el camino para alcanzar y llegar a su hijo Jesús.
"Hoy damos gracias a Dios por la santísima Virgen y la vemos como modelo creyente de seguidora de su hijo Jesús, porque nosotros somos discípulos de Cristo y es por ello que nos interesa valorarla, puesto que por medio de ella nos muestra lo que debemos hacer, lo que Cristo nos manda y ordena, nos ayuda a cumplir la voluntad de él y es justo retribuirle todo lo que hace por nosotros".
Por otro lado, invitó a todos los presentes en el fin de año a reconocer y hacer un examen de conciencia para examinar lo bueno y lo malo que ocurrió en la vida de cada uno, "a veces parece que prevalece lo malo, lo desagradable, y otras veces lo bueno, sin embargo, ningún año estamos exentos de una cosa o de la otra".
Igualmente, dijo que el fin de año da la oportunidad de buscar la forma de canalizar y buscar solución a los problemas de la vida, puesto que en muchas oportunidades cuando vamos en el camino, cambiamos de trayecto y se debe detener para saber dónde estamos y hacia dónde queremos seguir.
Misa de año nuevo por la justicia, la paz y el amor entre las naciones
Entre tanto, a las 10:30 de la mañana de ayer el padre Ángel Alegría fue el encargado de oficiar la primera misa de la Catedral de este nuevo año.
En su homilía, el sacerdote oró al Padre Santo, por el nacimiento del hijo revelado en la Madre María, en pro de la concesión de "todas las bendiciones que tu palabra ofrece a favor de la vida, la paz, la justicia, el amor entre las naciones, pueblos y familias".
Asimismo, pidió porque en el mundo priven los convenios para el desarme de las naciones y la lucha por la paz y el medio ambiente, tras sentenciar que "el camino que tenemos es el de El Señor".
La misa, que tuvo bastante concurrencia, en especial de jóvenes y adultos mayores, estuvo acompañada por la potente voz del tenor Paris Milona y la soprano Margarita Marrero, quienes interpretaron "Adeste Fideles", Gloria a Dios, el popular villancico "A Adorar al Niño" y como canto de comunión "Ave María" de la versión de Schubert y de Charles Gounod.
Al término de la celebración de la eucaristía, los feligreses les acompañaron a interpretar "Oh Madre del Socorro" a la patrona de Valencia.
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